Esta semana, varios obispos mexicanos negaron con vehemencia que la Iglesia Católica acepta donativos de narcotraficantes, alejándose furiosamente de comentarios del presidente de la conferencia de obispos mexicanos, quien dijo que los narcotraficantes habían sido “muy generosos” con la Iglesia.

El obispo Carlos Aguiar Retes de Texcoco, presidente de la conferencia de obispos mexicanos, fue noticia el fin de semana pasado cuando reconoció que carteles del narcotráfico responsables por asesinatos y desorden por todo el país proporcionaron dinero a iglesias y demás obras públicas en algunos de los pueblos más pobres de México.

“Los narcotraficantes han tratado de congraciarse con sus familias y con sus paisanos convirtiéndose en ‘generosos’ colaboradores, financiando obras de servicio público en regiones empobrecidas o intentando expiar sus culpas con obras ‘piadosas’”, dijo monseñor Aguiar después de la reunión de la conferencia de obispos de 1º a 04 de abril. “En las comunidades en que trabajan... instalan electricidad, establecen redes de comunicación, autopistas (y) carreteras”, dijo en comentarios que recibieron atención mediática nacional. Aguiar dijo que no estaba justificando el narcotráfico, apenas “decía como son las cosas”.

Los narcotraficantes se acercan a los funcionarios de la Iglesia en busca de consuelo espiritual, dijo Aguiar. “Ha habido un acercamiento a ellos ya que se sabe que se va a mantener la discreción”, dijo monseñor Aguiar. “Lo que quieren es encontrar paz en sus conciencias. Lo que van a recibir de nosotros es una respuesta severa: Cambia tu vida”.

Esta semana, obispos mexicanos se organizaron para negar que aceptaron dinero de las drogas. El cardinal Norberto Rivera Carrera de México, D.F. dijo que la Iglesia condena el narcotráfico como mal social y que nunca acepta el dinero de las drogas. “El dinero producto del narcotráfico es dinero mal habido y por lo mismo no se lava en obras de caridad”, dijo en una declaración lanzada por la arquidiócesis el domingo.

El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, Marcelino Hernández Rodríguez, y el Arzobispo José Martín Rábago de León, ex director de la conferencia de los obispos mexicanos, también sumó su voz. Hernández dijo que los narcodonativos a la Iglesia eran inaceptables, en tanto que Martín dijo que aunque la Iglesia predique la salvación, no consiente con el narcotráfico y no iba a aceptar “dinero sucio”.