David Borden, director ejecutivo
Es fácil comprenderlo â hay muchas malas noticias en la lucha contra la droga y no siempre es fácil aguantarlo. Aun cuando los titulares de la Crónica parecen esperanzados, solamente bastan con unas cuantas búsquedas en Google News para ver que la campaña masiva de arrestos del gobierno estadounidense, en su mayorÃa de infractores no violentos de bajÃsima entidad, sigue sin cesar. Eso es una mala noticia para las cerca de 4.000 personas al dÃa que son arrestadas por todo Estados Unidos a causa de cargos de delitos de drogas, más todas las de los otros paÃses y todas las demás formas por que la lucha contra la droga trae problemas, perjuicios y pesar.
Empero, a veces los titulares son demasiado buenos para ignorarlos, aun en materia de polÃticas de drogas. Cuando un amigo mÃo publicó esta semana en Facebook una noticia sobre TRES proyectos de ley sobre la marihuana medicinal que hacen progreso considerable en Asambleas estatales â no uno, sino TRES, en Nuevo Hampshire, Minesota y Rhode Island -, eso llamó mi atención. Cuando pasó por mi buzón electrónico la noticia de que el gobierno Obama iba a pedir en una vista en el Senado de EE.UU. la reducción de las sanciones federales contra la cocaÃna en piedra para igualarse a las que existen para el polvo de cocaÃna, eso llamó mi atención. Y cuando leà que el Senado de México ha aprobado un proyecto de ley, con el apoyo del presidente Calderón, para despenalizar la tenencia de pequeñas cantidades de drogas, pese a que hayan recibido una bronca de luchadores antidrogas en México y EE.UU. la última vez que lo intentaron, eso seguramente llamó mi atención. Todo ello esta semana.
TodavÃa hay hartas malas noticias, por supuesto, y el porvenir aún no va a ser fácil. El proyecto de despenalización de México no es tan buen como el que casi aprobaron la última vez. El proyecto de ley sobre la marihuana medicinal de Minnesota hace frente a una gran posibilidad de veto de Tim Pawlenty, el gobernador afable, pero no siempre razonable del estado. Según consta, el presidente de la Cámara de Misuri impide que el proyecto siquiera llegue allÃ. La marihuana medicinal no es todo, la despenalización tampoco. La administración compensa sus apuestas con la probabilidad de que las reducciones en las condenas para la cocaÃna en piedra sean retroactivas. Además, por supuesto, la campaña masiva de arrestos del gobierno sigue sin cesar. Pero los titulares todavÃa son demasiado buenos para ignorarlos.
Hace doce años y medio, después que las primeras iniciativas electorales estatales de nuestro movimiento fueron aprobadas (la Propuesta 215 [Proposition 215] sobre la marihuana medicinal en California, la Propuesta 200 [Proposition 200] para reformar la condenación en Arizona), mis colegas de la antigua Drug Policy Letter pusieron una cita adecuada de Winston Churchill en la cubierta: â[e]sto no es el fin, tampoco es el comienzo del fin, pero tal vez es el fin del comienzoâ.
A la luz de todo lo que ha cambiado desde entonces, es justo decir que 1996 fue de hecho el fin del comienzo. En el 2009, ¿será que ahora estamos experimentando el comienzo del fin?
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