Penas: Senado de Nueva York tratará de reforma de legislación Rockefeller sobre la droga en presupuesto – Mientras tanto, aparece otro estudio mordaz

La Asamblea de Nueva York aprobó un proyecto de ley que reforma la legislación Rockefeller sobre la droga el miércoles último y se espera que el Senado estatal tome providencias dentro de poco. Pero el viernes pasado los líderes demócratas del Senado decidieron incorporar su versión del proyecto a propuestas presupuestarias generales, de que se tratará a fines de este mes.

De acuerdo con el Albany Times-Union, los senadores demócratas, quienes controlan la cámara por una margen de 32 a 30, quieren evitar ser tachados de “indulgentes con la delincuencia” por sus homólogos republicanos. Con la versión del proyecto de reforma de la legislación Rockefeller del Senado enterrada en proyectos presupuestarios generales, los senadores no tendrán que ponerse a votar por las reformas realmente, sino solamente por el paquete presupuestario general.

“Nuestra postura en estos proyectos de ley debería ser considerada por sus méritos y no incorporada a un proyecto presupuestario”, dijo Scott Reif, vocero republicano del Senado, cuyo partido quisiera ver a los demócratas siendo forzados a votar por “libertar a narcotraficantes”.

“Claro está que es tanto una cuestión presupuestaria como condenatoria”, dijo Austin Shafran, el vocero demócrata del Senado, al observar que tanto apresar a la gente como someterla al tratamiento de la toxicomanía tienen costos financieros. Él negó que los demócratas hayan tomado este camino porque les faltaban los votos para aprobar la reforma en la legislación Rockefeller por sí misma.

Aunque los políticos en Albany, la capital del estado, estén sacándose la vuelta, se ha publicado aún otro informe que demuestra el impacto desastroso que más de tres décadas de legislación Rockefeller sobre la droga han causado en el estado. El informe, Rockefeller Drug Laws: Unjust, Irrational, Ineffective [Legislación Rockefeller sobre la droga: Injusta, irracional, ineficaz], fue producido por la Unión de Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU, por sus siglas en inglés) y examina el impacto socioeconómico de la legislación Rockefeller sobre el estado como un todo y sobre sus ciudades más grandes: Albany, Búfalo, la Ciudad de Nueva York, Rochester y Siracusa.

En un análisis demográfico de quiénes son reducidos a prisión y por qué en Nueva York, el informe descubrió enormes desigualdades raciales y geográficas. En la Ciudad de Nueva York, por ejemplo, barrios que solamente cuentan con un 4% de la población adulta de la ciudad respondían del 25% de los que eran reducidos a prisión. Más de la mitad de los que son apresados lo es por delito de drogas y el 97% no es blanco. Hay cifras parecidas para otras ciudades grandes del Empire State.

“Las leyes sobre las penas para los delitos de drogas de Nueva York son las leyes de Jim Crow del Siglo XXI”, dijo Robert Perry, director legislativo de la NYCLU y principal autor del informe. “El enjuiciamiento de delitos de drogas ha reducido a cientos de miles a prisión, cuya mayoría fue acusada de delitos no violentos de menor entidad. La legislación Rockefeller sobre la droga ha sido una fuerza motriz en la encarcelación de una población carcelaria que es casi exclusivamente negra y morena”.

“La legislación Rockefeller sobre la droga se ha frustrado por toda medida. Destrozan familias, desperdician el dinero del contribuyente y crean desigualdades raciales escandalosas”, dijo Donna Lieberman, directora ejecutiva de la NYCLU. “Empero, tras 36 años de fracaso, nuestro estado sigue encerrando a la gente equivocada por los motivos equivocados. La justicia y el buen sentido exigen una reforma abarcadora”.

El informe hace varias recomendaciones para la reforma, incluso:

• Reducir las sentencias para los que fueron condenados por delitos relacionados con la droga;

• Restablecer la discreción judicial y terminar con las sentencias mínimas obligatorias para delitos de drogas;
• Desarrollar una alternativa estatal al modelo de la encarcelación para proporcionar tratamiento supervisado, concienciación y capacitación profesional para los que sacarían más provecho de la desviación que de la prisión e invertir en ella;
• Proporcionar reparación condenatoria retroactiva a los que ya se encuentran encarcelados conforme a la legislación Rockefeller sobre la droga.

“Frente a una tremenda recesión y un déficit presupuestario multimillonario, Nueva York no puede permitirse el lujo de desperdiciar cientos de millones de dólares para encerrar a infractores no violentos de la legislación antidroga”, dijo Lieberman. “El dinero ahorrado con la reforma de la legislación sobre las penas para los delitos de drogas podría ser gastado para ayudar a los neoyorquinos en apuros a recuperarse”.

La Asamblea ha hecho su deber. Ahora les toca al Senado estatal y al gobernador David Paterson (D) proponer un verdadero proyecto de reforma que sea por lo menos tan bueno como el de la Asamblea.