Esta semana la Comisión de Estupefacientes (CE) de las Naciones Unidas se reunió en Viena para redactar una declaración polÃtica y un plan de acción para guiar las polÃticas de drogas internacionales durante la próxima década. En gran parte, la declaración afirma las polÃticas prohibicionistas existentes e ignora la reducción de daños, como ha hecho la CE en el pasado. [Nota del editor: El proyecto de la declaración no ha sido aprobado formalmente al cierre de la edición, pero es probable que sea aprobado tal cual.]
Pero aunque la comunidad internacional siga descendiendo en su sendero prohibicionista de un siglo de duración respecto al consumo no medicinal y a la venta de drogas, está haciendo frente a cada vez más fricción. Estados Unidos, en calidad de lÃderes de los intransigentes, continúa dominando los debates y determinando la agenda, pero un bloc emergente de paÃses sobre todo latinoamericanos y europeos está expresando profundas reservas con relación a seguir las mismas polÃticas durante otra década.
Esta semana la atmósfera en Viena parecÃa la de un circo, con protestas en las calles y todo, cuando delegaciones nacionales, organizaciones no gubernamentales (ONGs) y otras partes interesadas debatÃan acaloradamente lo que una minorÃa cada vez más vociferante llamó un abordaje âfracasadoâ a la cuestión. El debate sobre la inclusión de la reducción de daños en la declaración polÃtica â una postura rechazada por la delegación estadounidense, liderada por Edward Jurith, el dimisionario secretario antidroga en funciones -, fue particularmente intenso.
La cumbre sobre la droga sucedió mientras la ONU, la CE y los paÃses que hacen presión por la lÃnea dura prohibicionista eran atacados varias veces por, en esencia, mantener el estado de las cosas. El martes la Comisión Europea publicó un informe que descubrió que aunque en la última década las polÃticas para ayudar a los consumidores de drogas y perseguir a los narcotraficantes hayan madurado, habÃa pocas pruebas para indicar que la situación mundial de la droga habÃa mejorado.
âEn términos generales, la situación ha mejorado un poco en algunos de los paÃses más ricos, en tanto que para otros se ha puesto peor y para algunos de esos se ha puesto brusca y considerablemente peor, entre los cuales se encuentran unos cuantos grandes paÃses en vÃas de desarrollo o transicionalesâ, comunicó una declaración de la CE a la prensa sobre el informe. âEn otras palabras, parece que el problema mundial de la droga está más o menos en el mismo estado que en 1998: si acaso, la situación se ha puesto más compleja: los precios de las drogas en la mayor parte de los paÃses occidentales han caÃdo desde 1998 en hasta un 10% a un 30%, pese a las condenas más severas contra vendedores de cocaÃna y heroÃna en algunos de estos mercados, por ejemploâ.
âCada estado que sancionó la declaración polÃtica en esta comisión refiere la ONU a la complicidad en trabar una guerra contra las drogas catastróficaâ, dijo Danny Kushlick, director de polÃticas de Transform. âEs una ironÃa trágica que la ONU, a menudo renombrada por mantener la paz, esté siendo utilizada para trabar una guerra que lleva una infelicidad indecible a algunas de las personas más marginadas en la Tierra. Ocho mil muertes en México últimamente, la desestabilización de Colombia y Afganistán, corrupción y inestabilidad continuas en el Caribe y en Ãfrica Occidental son un testimonio del impacto catastrófico de un sistema de fiscalización de la droga fundado en la prohibición mundial. No cae por sorpresa que es improbable que la declaración siquiera aluda a la reducción de daños, ya que es contraria al impacto primordial del sistema dominante de fiscalización de drogas que, como demuestran los diez últimos años, incrementa el dañoâ.
No todo sucedió en la sala de conferencias. El miércoles hubo una manifestación vivaz de ONGs, incluso de Students for Sensible Drug Policy, el grupo de consumidores de drogas IPUD, ENCOD y la Unión Húngara de Libertades Civiles, entre otros. Los manifestantes conversaron con los reporteros desde jaulas como si estuvieran en la cárcel, agitaron pancartas, distribuyeron volantes a los delegados forzados a someterse y lamentaron los daños de la prohibición de las drogas. Un manifestante particularmente eficaz estaba disfrazado de mafioso con sus gafas de sol mientras echaba humo con un puro y conmemoraba el estado de su negocio, que iba bien merced a la prohibición.
Aun Antonio Maria Costa, director de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), mientras pasaba silbando por el cementerio para insistir que se habÃa hecho progreso en la última década, reconoció que las polÃticas mundiales actuales han salido al revés de algunas maneras. Al hacer el discurso inaugural el miércoles, Costa dijo que âel problema mundial de la droga ha sido contenido, pero no solucionadoâ gracias a las labores antidrogas internacionales.
Pero las labores mundiales de fiscalización de la droga han causado âuna tremenda consecuencia imprevistaâ, añadió, âun mercado negro criminoso de proporciones asombrosasâ. El narcotráfico internacional está âsocavando la seguridad y el desarrollo y llevando a algunos a hacer apuestas peligrosas a favor de la legalización. Las drogas no son nocivas porque son fiscalizadas; son fiscalizadas porque son nocivasâ. La legalización de las drogas serÃa âun equÃvoco históricoâ, dijo.
Aun asÃ, Costa pintó un cuadro tétrico de lo que la prohibición habÃa causado: âCuando las mafias pueden comprar elecciones, candidatos, partidos polÃticos, en pocas palabras, poder, las consecuencias sólo pueden ser altamente desestabilizadorasâ, dijo. âMientras arden los guetos, Ãfrica Occidental sufre ataques; los carteles de la droga amenazan a Centroamérica y el dinero proveniente de la droga penetra en instituciones financieras insolventesâ.
âEsto es una hoja de coca, no es cocaÃna, es parte de una culturaâ, dijo Morales. La prohibición de la coca era un âgran error históricoâ, añadió. âEsta hoja de coca es medicina para los pueblos, no es dañina para la salud en su estado natural. No provoca males fÃsicos ni dependenciaâ.
El vecino Brasil también hizo crÃticas. âDebemos reconocer el importante progreso alcanzado a lo largo de la última décadaâ, dijo el delegado brasileño Jorge Armando Felix. âPero no se han realizado los logros. La meta de un mundo sin drogas ha demostrado que es inalcanzable y, en verdad, ha resultado en consecuencias imprevistas como el aumento de la población carcelaria, el aumento en la violencia relacionada con un mercado de drogas ilegal, un aumento en los homicidios y la violencia entre la población joven con un tremendo impacto sobre la mortalidad y la expectativa de vida â la exclusión social se debe al consumo de drogas y al surgimiento de las drogas sintéticasâ.
Felix también tenÃa algunas prescripciones que hacer a la UNGASS y la CE. âEn este momento histórico con la oportunidad de reevaluar los últimos 10 años y, más importante aún, pensar sobre los desafÃos en el futuro, Brasil resalta la necesidad de reconocer las estrategias de reducción de daños y dirigirse hacia ellas; evaluar la farmacodependencia y las poblaciones con VIH/Sida; asegurar los derechos humanos de los consumidores de drogas; corregir el desequilibrio entre las inversiones en las áreas de reducción de la oferta y la demanda; aumentar acciones y programas de prevención fundados en pruebas cientÃficas con un énfasis en las poblaciones vulnerables y en aumentar el acceso y el cuidado para los usuarios de drogas problemáticos o vulnerables; y reconocer los distintos modelos de tratamiento para la necesidad de un incremento en la financiación de estas laboresâ.
El brasileño Luiz Paulo Guanabara, director de la ONG Psicotropicus, presenció todo con sentimientos encontrados. âAl principio, me parecÃa que la estrategia de las ONGs para la reducción de daños no resultarÃa en nada y que, en cambio, deberÃamos buscar la regulación de las drogasâ, dijo. âY, al fin, el término reducción de daños no está en la declaración polÃtica, pero el documento Más allá de 2008 es muy enfático y no ha pasado desapercibidoâ.
Pero pese a la falta de resultados de esta vez, Guanabara estaba emocionado con la participación de la sociedad civil. âLa movilización de la sociedad civil es enorme e intensaâ, dijo. âLos eventos de las ONGs en torno a la reunión fueron verdaderos encuentros de alto nivel, no de bajo nivel como con los burócratas en la CEâ.
Aunque los sentimientos de Brasil y Bolivia fueran repetidos por varias delegaciones nacionales, en su mayorÃa europeas, y aunque aun la ONUDD y EE.UU. estuvieran dispuestos a asentir con la cabeza un aumento de énfasis en el tratamiento y la prevención â la delegación estadounidense llegó aun a aprobar el cambio de jeringas -, a fin de cuentas, la declaración polÃtica y el plan de acción de la CE representan una adhesión terca al statu quo prohibicionista.
âLas delegaciones de los gobiernos podÃan haber utilizado este proceso para evaluar lo que ha fracasado en la última década en las labores de fiscalización de las drogas y redactar nuevas polÃticas de drogas internacionales que reflejen las realidades y retos actualesâ, dijo el profesor Gerry Stimson, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Reducción de Daños. âEn cambio, produjeron una declaración que no solamente es débil â la verdad es que socava obligaciones fundamentales de salud y derechos humanosâ.
Michael Krawitz, el asistente estadounidense y antiguo activista pro reforma de las polÃticas de drogas, también tenÃa sentimientos encontrados. âEl lento desastre que Harry Anslinger empezó con el Convenio Ãnico de 1961 está finalmente parando en secoâ, dijo. âAquà la reducción de daños ha sido discutida en términos semánticos, pero el subtexto es mucho más importante y ello es el de que los tratados fueron establecidos para proteger la salud pública y actualmente son interpretados para hacer lo contrario. La declaración termina siendo mitigada y rellenada de reservas. Los próximos cinco años deben ser interesantesâ.
La IHRA y otras ONGS convocaron a los gobiernos con reservas sobre la declaración polÃtica a que se nieguen a apoyarla. Eso probablemente no sucederá, pero algunos gobiernos han hecho muestras de que agregarán reservas a su aprobación de la declaración. Tras un siglo de prohibición, las primeras rajaduras formales empiezan a aparecer en el centro del espinazo jurÃdico de la prohibición mundial de las drogas. Dado que el disenso ha aparecido en su mayor parte solamente desde la última UNGASS en 1998, tal vez no sea un mal comienzo.
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