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Policial: Las historias de policías corruptos de esta semana

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Esta semana hay guardias de cárcel y prisión que se han alocado y un policía veterano de California cuyo vicio en pastillas lo ha sobrepujado. Vamos a ello:

En Bangor, Maine, el martes una ex guardia de cárcel de la Comarca de Penobscot fue sentenciada a seis meses de prisión por introducir marihuana y medicamentos recetados en la cárcel para los presos. Lori Call se confesó culpable de dos cargos de tráfico con artículos contrabandeados en prisión. Ella también puede recibir dos años de libertad vigilada, exámenes toxicológicos aleatorios y asesoramiento para la toxicomanía.

En la Ciudad de Nueva York, el lunes incriminaron a un guardia del penal de Sing Sing por aceptar efectivo y cocaína de un agente encubierto. Ashley Harris, 47, fue arrestado el 19 de febrero en una gasolinera de Bronx tras quitarle US$ 500 y 224 g de cocaína al agente, quien se hacía el narcotraficante. Harris fue incriminado por seis cargos criminales de tenencia de sustancia fiscalizada, que los fiscales dijeron que se destinaba a la prisión. Su arresto fue el punto culminante de un montaje de tres meses de los agentes antidrogas y del Departamento de Servicios Correccionales del Estado de Nueva York.

En Kingston, Nueva York, el viernes pasado un guardia de la Cárcel de la Comarca de Ulster fue arrestado por cargos de traficar con drogas en prisión. El guardia Peter Portalatin, 23, cayó después que los investigadores determinaron que había introducido heroína, OxyContin [oxicodona], marihuana y tabaco contrabandeados en la cárcel y le tendieron una trampa. Ahora responde ante Justicia por cargos de cohecho en el segundo grado, tentativa de tenencia de sustancia fiscalizada en el tercer grado, recepción de recompensas para la improbidad de funcionario público en el segundo grado, tentativa de promoción del contrabando en prisión en el primer grado y adulteración de pruebas físicas, todos delitos graves. También lo acusaron de improbidad de funcionario público y de resistir al arresto, ambos delitos leves. Él regresó a la cárcel comarcal en calidad de prisionero hasta que pague su fianza de US$ 10.000 en efectivo. Ah, y ahora es un ex guardia de cárcel. Lo despidieron al mismo día en que lo arrestaron.

En Texarkana, Arkansas, el 26 de febrero un ex guardia de la Cárcel de la Comarca de Miller fue sentenciado a 28 años de prisión por introducir contrabando ocultado en artículos alimenticios para los presos. Jordan Michael Waller, 26, llevaba tacos, pizzas y chili al trabajo y utilizaba la comida para esconder teléfonos celulares, cargadores, metanfetamina, marihuana, jeringas, tabaco y papeles de fumar. Los familiares de Waller declararon que padecía de esquizofrenia paranoica, pero que era manejable con medicamentos.

En Alameda, California, el 26 de febrero un policía de Alameda fue arrestado por visitar la residencia de una persona en estado terminal, decirle a la familia que la policía ofrecía servicios de eliminación de medicamentos y quedarse con las pastillas para consumo propio. Por lo visto no fue un incidente aislado, dijeron los comandantes de la policía. El sargento Ronald Jones, tras 26 años de servicios prestados a la comisaría, fue acusado de dos cargos criminales de valerse de fraude, engaño e impostura para obtener una sustancia fiscalizada. Ha recibido permiso administrativo.

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