El jueves un juez federal de Los Ãngeles condenó a Charles Lynch, gerente de un dispensario de marihuana medicinal de Morro Bay, a un año y un dÃa de pena en una prisión federal en una de las primeras condenas fulminadas desde que el gobierno Obama dijo que iba a ajustar las polÃticas federales sobre la marihuana medicinal. La condenación de Lynch estaba programada para un momento anterior del año, pero, George Wu, juez de distrito federal de EE. UU., postergó la vista con las polÃticas federales estadounidenses sobre la marihuana medicinal en suspenso.
El juez Wu demostró un poco de indulgencia en la condenación. Según la legislación federal estadounidense, Lynch podÃa recibir una sentencia mÃnima obligatoria de cinco años, pero Wu dijo que Lynch merecÃa que le hicieran una excepción. También permitió que Lynch permaneciera en libertad bajo fianza mientras buscaba una apelación.
Eso no fue suficiente para los militantes pro reforma de las polÃticas de drogas. âEs una farsa que Charlie Lynch pase una noche en una prisión federal, ni hablar de un añoâ, dijo Stephen Gutwillig, director estatal de Drug Policy Alliance California. âEste gerente de dispensario siguió todas las reglas estatales y municipales y ha sido arrastrado a una pesadilla jurÃdica digno de Kafka. Se encuentra entre el sistema de marihuana medicinal aprobado por los electores de California y el intento resuelto del gobierno Bush de sofocarlo. Este error judicial es todavÃa más perturbador cuando se sabe que el ministro Holder de Justicia modificó la polÃtica federal hace solamente tres meses. Charlie es como un prisionero de guerra olvidado, abandonado después que se declaró la treguaâ.
âDentro de algunos años, el Sr. Lynch será recordado como el último estadounidense reducido a una prisión federal por un equÃvoco, la vÃctima final de una ya repudiada polÃtica en curso de convertirse en las cenizas de la historia, pero cuyos efectos de mala fe todavÃa persistenâ, dijo Rob Kampia, director ejecutivo de Marijuana Policy Project. âEsta sentencia es un error judicial cruel y sin sentido. El Sr. Lynch y sus abogados dicen que planean recurrir y esperamos que tengan éxito. Con la fuerza pública federal en la frontera con México tan abrumada que dejan que crucen traficantes con 230 kilos de marihuana, aun un penique más gastado para perseguir a un hombre que no es un criminal en cualquier sentido racional de la palabra es un desperdicio indignante de recursosâ.
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