El miércoles Associated Press informó que negociadores estadounidenses y colombianos se acercan a un acuerdo sobre un plan para expandir la presencia militar estadounidense en Colombia al permitir que EE. UU. base a cientos de estadounidenses en una base aérea ubicada en el valle del RÃo Magdalena a fin de apuntalar las misiones de interceptación de drogas de EE. UU. Una quinta y última ronda de negociaciones a fines de este mes puede sellar el trato.
Funcionarios colombianos le dijeron a AP que el plan era el de convertir Colombia en un centro regional de operativos del Pentágono. El borrador actual del plan, dijeron, permitirÃa visitas más frecuentes de aeronaves y buques de guerra estadounidenses a dos bases navales y tres bases aéreas en Colombia. La base aérea de Palanquero serÃa el eje del plan. Palanquero estaba vedada para las Fuerzas Armadas de EE. UU. hasta abril por motivos relacionados con los derechos humanos â un helicóptero militar colombiano que actuaba desde Palanquero habÃa matado a 17 civiles en 1998.
Pero ahora eso es agua pasada. Un proyecto que ya ha sido aprobado por la Cámara y está en espera de aprobación en el Senado asignarÃa US$ 46 millones a nuevas construcciones en la base, que aloja la principal escuadrilla de aviones de caza de la Fuerza Aérea Colombiana. Se liberarÃan los fondos 15 dÃas después de que se llegara a un acuerdo.
El presidente colombiano Ãlvaro Uribe es uno de los pocos aliados incondicionales restantes de Estados Unidos en la región y la aceptación del acuerdo sobre la base podrÃa tensar más las relaciones, que ya están tirantes, entre Colombia, Ecuador y Venezuela, sus vecinos más de izquierdas. Asimismo, eso seguramente preocupará a los latinoamericanos que no se fÃan de las intervenciones estadounidenses en la región.
Dichas inquietudes no son aligeradas por documentos de planificación del Pentágono que indican que, más allá de su misión antidroga, Palanquero podrÃa ser una âubicación de seguridad cooperativaâ desde la cual âse podrÃan ejecutar operativos de movilidadâ. En otras palabras, un punto de partida para las fuerzas armadas expedicionarias de EE. UU.
Pese a todos los miles de millones en ayuda antidroga, Colombia sigue siendo el productor más grande de coca y cocaÃna del mundo. El vecino Perú es el segundo y Bolivia ocupa el tercer puesto. Con el presidente Evo Morales al mando, Bolivia también forma parte del emergente bloque de izquierdas en Latinoamérica.
Rafael Pardo, ex ministro colombiano de Defensa que postula a la presidencia en las elecciones de mayo del 2010, le dijo a AP que el poder de interceptación de los radares y la comunicación de los aviones de reconocimiento estadounidenses puede extenderse mucho más allá de las fronteras de Colombia y puede causar problemas con sus vecinos.
âSi se trata de lanzar vuelos de vigilancia sobre otras naciones entonces me parece que serÃa innecesaria la hostilidad por parte de Colombia hacia sus vecinosâ.
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