Hoy la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) publicó su último informe anual (divulgado el 20 de febrero aquÃ) sobre la situación mundial de la droga. El informe indica bastante que la JIFE sigue anclada en el siglo pasado cuando se trata de polÃticas de drogas.
[iinline:jife.jpg align=left caption="folleto de la JIFE"]La JIFE es la agencia independiente y casi judicial de las Naciones Unidas que monitorea la conformidad con los convenios antidrogas de la ONU, el espinazo jurÃdico de la prohibición mundial de las drogas. En cuanto tal, por lo general ha sido muy conservadora y, pese al clamor mundial cada vez más alto por un nuevo abordaje, parece que este año no es ninguna excepción.
Este año uno de los blancos de la ira de la JIFE es la marihuana, la cual la agencia dice que la comunidad internacional está subestimando. âLa comunidad internacional tal vez desee examinar el problema del cannabisâ, dijo el informe. âA lo largo de los años el cannabis ha adquirido más potencia y se le relaciona con un número cada vez mayor de ingresos a las salas de urgenciasâ, declaró el informe mientras agregaba que con frecuencia la marihuana es llamada âdroga inicialâ.
âPese a todos esos hechos, el uso de cannabis se suele trivializar y, en algunos paÃses, la vigilancia del cultivo de la planta de cannabis y de la posesión y el uso de cannabis es menos estricta que la que se ejerce con respecto a otras drogasâ, se quejó la JIFE. Aunque algunos paÃses sean poco estrictos en materia de consumo personal y otros permitan el consumo medicinal, las ideas de la opinión pública acerca de la hierba âse superponen y se confundenâ, dijo la agencia.
También criticó los programas de terapia de mantenimiento con opiáceos y de reducción de daños. Los programas de mantenimiento con heroÃna violan los convenios de la ONU, aunque algunas prácticas de reducción de daños faciliten el consumo de drogas, acusa la JIFE.
Otra gran preocupación para la JIFE fue el alza de la Internet tanto en el tráfico de drogas lÃcitas como en el de ilÃcitas. âLos narcotraficantes son importantes usuarios de claves para mensajes de Internet y están en condiciones de contratar especialistas de alto nivel en informática para que los ayuden a eludir la acción de la ley, coordinar las remesas de drogas ilÃcitas y blanquear capitalesâ, advirtió el informe. âEs necesario lograr una respuesta mundial coordinada para abordar ese retoâ.
Asimismo la agencia informó que los proveedores de los quÃmicos utilizados en la elaboración de drogas ilÃcitas también se valen de la Internet. A veces los delincuentes crean empresas ficticias o autorizaciones falsas para importar dichos quÃmicos, acusó la JIFE.
Pero la JIFE también se puso âalarmadaâ con el desarrollo de farmacias âengañosasâ en la Internet. Aunque reconociera âque la venta de productos farmacéuticos en lÃnea [pueda] tener ventajas, especialmente en zonas en que los hospitales y los servicios farmacéuticos están muy dispersos, [la JIFE] está alarmada por el hecho de que esas farmacias âengañosasâ [estén] fomentando el abuso de drogas en los grupos vulnerablesâ.
El informe pidió providencias internacionales âpara abordar la venta ilegal de medicamentos por conducto de farmacias de la Internet y sitios webâ. âLa Internet es un tremendo problemaâ, dijo el profesor Hamid Ghodse, presidente de la junta. âPor eso empezamos hace tres años a ponernos en contacto con la INTERPOL respecto a la cuestión. Hay farmacias ilÃcitas en la Internet y ellas no tienen lÃmites naturalesâ.
Por el lado positivo, la JIFE, que se hace cargo de monitorear el consumo de analgésicos a base de opiáceos, dijo que âmillones de pacientesâ estaban sufriendo innecesariamente e instó a los gobiernos a que âestimulenâ el consumo de dichos analgésicos. âLa OMS considera que el acceso a estupefacientes como la morfina y la codeÃna es uno de los derechos humanos definidos en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (resolución 2200 A (XXI) de la Asamblea General, anexo). No obstante, según la OMS, en más de 150 de sus 193 Estados miembros el acceso a los medicamentos fiscalizados es nulo o casi nuloâ.
Pero, en conjunto, el informe estaba lleno de pesimismo y advirtió que el narcotráfico mundial estaba expandiéndose y poniéndose más violento. Al evaluar la culpa por la situación en que están las cosas, la JIFE deberÃa mirarse en el espejo, dijeron los crÃticos.
âCon la publicación de su informe anual hoy, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes reafirmó con atrevimiento su compromiso vergonzoso con la polÃtica sobre la ciencia y también su indiferencia escandalosa para con los fracasos y las consecuencias nocivas del régimen mundial de prohibición de las drogasâ, dijo Ethan Nadelmann, director ejecutivo de la organización Drug Policy Alliance.
âLa JIFE es la última de las agencias antidrogas de la ONU que todavÃa prioriza la ideologÃa de la abstinencia exclusiva sobre las polÃticas comprobadas que han demostrado ser eficaces en la reducción de los daños relacionados con las drogas. Sus recomendaciones respecto al tratamiento con sucedáneos, a las polÃticas de cannabis y a las medidas de reducción de daños para disminuir la mortalidad, la enfermedad, la delincuencia y el sufrimiento están en desacuerdo tanto con las pruebas cientÃficas como con las polÃticas en evolución en muchas partes del mundoâ, prosiguió Nadelmann. âQuizá lo más contundente sea que la junta no piensa en la delincuencia, la violencia y la corrupción y también en la encarcelación excesiva y las violaciones contra los derechos humanos relacionadas con el régimen mundial de la prohibición de las drogasâ.
âLa trágica ironÃa es la de que es la supervisión inhumana, injusta e irracional de la junta sobre el sistema de fiscalización de drogas de la ONU que ha creado o exacerbado la mayor parte de los problemas esquematizados en su informeâ, estuvo de acuerdo Danny Kushlick de Transform, la fundación británica de las polÃticas de drogas. âLa junta es connivente en la entrega del mercado de drogas ilÃcitas a grupos terroristas, paramilitares y criminales organizados, lo que contribuye a la desestabilización polÃtico económica de los paÃses productores y de tránsito y pone a millones en riesgo de contraer virus de transmisión sanguÃnea. La JIFE y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito suponen una amenaza más grande al bienestar mundial que las mismas drogasâ.
Nadelmann señaló que hay alternativas. âTras la estela del informe publicado la semana pasada por la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, que llegó a conclusiones muy distintas con su pedido de un cambio de paradigma en las polÃticas mundiales de fiscalización de las drogas, lamentablemente el informe de la JIFE parece irrelevante para las cuestiones más importantes en la fiscalización de las drogas hoyâ, dijo. âAhora que el gobierno Obama hace muestras de sumarse a otros paÃses en la enfatización de la salud y la ciencia sobre la retórica y la ideologÃa antidrogas, puede que dentro de poco la JIFE haga frente a la opción de evolucionar o terminar sus actividades. Pronto habrán pasado cien años desde que el Congreso Internacional sobre el Opio se reunió en Shanghái en 1909, lo que, de ese modo, inició el sistema mundial de fiscalización de las drogas. Un memorial adecuado serÃa la abolición de la JIFEâ.
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