Reportaje: Partidarios de la marihuana medicinal de Colorado derrotan intento de restringir a cuidadores y dispensarios

El lunes por la noche el número de pacientes consumidores de marihuana medicinal que crece cada vez más rápido y el sector próspero de la marihuana medicinal de Colorado lograron una victoria importantísima contra los reguladores estatales que trataban de cortarles las alas – y juguetear con una ley sobre la marihuana medicinal incorporada a la Constitución estatal mediante iniciativa electoral hace nueve años. Tras una larguísima vista pública repleta con casi 400 partidarios de la marihuana medicinal, la Junta de Salud de Colorado rechazó una propuesta polémica de la Secretaría de Salud Pública y Medio Ambiente estatal que habría hecho más estricto el concepto de cuidador y habría limitado a los cuidadores a proveer marihuana a cinco pacientes como máximo.

La votación le pisa los talones a una ley de Rhode Island que establece un sistema de dispensarios, el tercer estado de EE. UU. que los aprueba legislativamente y el primero en la Costa Este estadounidense. El mes pasado el legislativo de Rhode Island invalidó un veto del gobernador Donald Carcieri (R) por 35 a 3 en el Senado y 67 a 0 en la Cámara para aprobar la ley.

“Es una gran victoria para Colorado”, dijo Brian Vicente, cansado, pero eufórico, el martes por la mañana. “Nos enfrentamos al aparato y ganamos”.

Vicente es director de Sensible Colorado, que trabajó con NORML Colorado, SAFER, Marijuana Policy Project y Americans for Safe Access para encabezar la campaña a objeto de mantener intacto el programa de Colorado.

La Junta de Salud debería haber sometido la propuesta a votación inicialmente en febrero, pero fue forzada a postergarla hasta que pudiera encontrar un local suficientemente grande para dar cabida a las personas que querían hacer valer sus voces durante una vista pública. En el 2004 la Junta de Salud trató de imponer restricciones parecidas, pero los tribunales desestimaron el intento porque no celebró ninguna vista pública en aquel entonces.

“Parece que la Secretaría de Salud es masoquista”, dijo Vicente. “Es la segunda vez que les hemos ganado en esta cuestión. Estoy bastante seguro de que esto los acallará durante algún tiempo”.

“El rechazo de esta propuesta tonta es el símbolo de un nuevo abordaje más sensato a la marihuana por todo el estado y el país”, dijo Mason Tvert de SAFER. “Durante demasiado tiempo las políticas públicas han sido concebidas por agentes de la fuerza pública que parecen más preocupados por preservar el poder que por la salud y la seguridad de aquéllos a quienes sirven. La Junta de Salud de Colorado no se lo tragó esta vez. Nomás podemos esperar que otros funcionarios de la salud y del gobierno por todo EE. UU. sigan su ejemplo y también les echen una mirada crítica a las políticas fracasas para la marihuana”.

Entre febrero y ahora el programa de marihuana medicinal del estado se ha puesto a funcionar a toda marcha. El número de pacientes crece enormemente, siendo que hubo más unos 2.000 pacientes en junio, lo que eleva el total del estado a más de 9.000. Además, con el cambio de gobiernos en Washington, los dispensarios han empezado a proliferar. Ahora hay casi 40, en su mayoría en la región metropolitana de Denver.

Hubo dos disposiciones en la propuesta de la Secretaría de Salud que recibieron el número más grande de denuncias de pacientes y proveedores: Una haría más estricto el concepto de quiénes están aptos en calidad de cuidadores autorizados; la otra limitaría el número de pacientes a que un cuidador puede proveer marihuana a cinco. Actualmente no hay límite para el número de pacientes a que un cuidador puede cultivar o proveer marihuana de otra forma.

El lunes los partidarios de la propuesta – que básicamente se limitan a policías, fiscales y el secretario general de Salud del estado – le dijeron a la Junta de Salud que la situación actual era susceptible a fraudes y causaba confusión con relación a quiénes podían cultivar marihuana legalmente.

El Dr. Ned Calonge, el secretario general de Salud, advirtió que el programa de marihuana medicinal “continuará creciendo descontroladamente” a menos que se adopten reglas restrictivas. La iniciativa del 2000 conceptúa a los cuidadores como personas que tienen una “responsabilidad considerable por gestionar el bienestar de un o una paciente”, dijo al añadir que no creía que eso tenía en cuenta la creación de dispensarios.

Limitar a cinco el número de pacientes a que un cuidador puede proveer marihuana era razonable, dijo Calonge. “Conceptuamos a un cuidador primario como alguien que participa considerablemente en la atención cotidiana de un paciente”, dijo. “Si esos cuidadores hacen visitas al hogar de cada paciente, considerando el tiempo de desplazamiento, pueden visitar a cinco pacientes al día. Creemos que tenemos muchos precedentes y pruebas de apoyo para este número”, manifestó.

La subfiscal Helen Morgan de Denver le dijo a la Junta que algunas comarcas no enjuician los cultivos de marihuana a causa de la confusión con relación a quiénes están autorizados a cultivar marihuana medicinal. Ella también dijo que las autoridades en Denver han descubierto grandes cultivos de marihuana cuyos gestores afirman estar proveyendo marihuana medicinal a pacientes.

Dicha afirmación fue repetida por Holly Dodge, la subfiscal de la Comarca de El Paso que habló en nombre de la Procuraduría de Colorado. “No se puede proteger adecuadamente a un paciente cuando cuentan con un cuidador con otros 300 pacientes”, dijo. “Eso no es dispensar cuidados, es cultivar marihuana”.

Pero Calonge, Dodge y Morgan estaban definitivamente en la minoría y la muchedumbre a veces estridente piteó y abucheó sus comentarios. Durante la mayor parte del día, la Junta escuchó a paciente tras paciente y también a cuidadores, gerentes de dispensarios y médicos que decían que el sistema funcionaba muy bien tal y como es. También advirtieron claramente a la Junta que le pegarían una demanda ya preparada aquel mismo día si votara por adoptar la propuesta restrictiva.

Un médico que estaba en contra de la propuesta restrictiva es el Dr. Paul Bregman, quien advirtió que ello llevaría a los pacientes a las calles en busca de su remedio. “Más regulación lleva a la gente al mercado negro y eso significa que la atención a los pacientes sufre”, dijo Bregman.

Damien LaGoy le dijo a la Junta que fuma marihuana para contrarrestar los efectos secundarios, incluso la náusea, de las dosis diarias de sus medicinas para el VIH. Él dijo que obtiene su medicamento de un cuidador que atiende a nueve personas y añadió que si no pudiera valerse de aquel cuidador, sería obligado a batir Colfax Avenue en busca de camellos. “Más valiera no tener una licencia y nomás comprarla en la calle como todos los demás”, dijo.

Jim Bent, el gerente de un dispensario, le dijo a la Junta que la propuesta amenazaba la salud de los pacientes y trataba los dispensarios de marihuana de modo desigual. “Si se aprueba esta ley, los pacientes perderán su acceso a un medicamento seguro y algunos morirán”, dijo. “Por favor, sean compasivos”. Bent también rechazó cualquier límite sobre el número de pacientes de que un dispensario se puede encargar. “Quisiera estar bajo los mismos estándares que Walgreens o una farmacia de Wal-Mart”, dijo.

Lauren Davis, ex subfiscal sénior de Denver, le dijo a la Junta que la propuesta no trataría de las inquietudes de la fuerza pública que fueron planteadas en un momento anterior del día y que aun podría ser contraproducente. “Limitar a los cuidadores aumentará el número de siembras de pequeños de cultivadores”, dijo.

Al final del día, la Junta de Salud estuvo de acuerdo con los opositores del cambio en la regla. Votó por 6 a 3 para denegar la propuesta.

“Recibieron más mensajes electrónicos y comentarios por escrito acerca de esto que respecto a cualquier cuestión en la historia”, dijo Vicente. “Vieron que cientos de personas comparecieron para testificar en contra de esto. Escucharon a una variedad impresionante de expertos, médicos, abogados, redactores de la ley, pacientes enfermos y cuidadores. La Junta escuchó”.