El martes Americans for Safe Access (ASA, por sus siglas en inglés), el grupo de militancia pro marihuana medicinal, se presentó ante un tribunal de apelaciones federal estadounidense para argumentar que ello y sus integrantes tenÃan el derecho de forzar el gobierno federal de EE.UU. a corregir declaraciones imprecisas sobre las propiedades terapéuticas de la marihuana. Los abogados del gobierno Obama fueron en contra suya.
En el 2004, ASA firmó una petición con arreglo a la Ley de Calidad de los Datos [Data Quality Act] que busca forzar el Ministerio de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) de EE.UU. a corregir sus declaraciones de que la marihuana no posee uso médico reconocido en Estados Unidos. La Ley de Calidad de los Datos exige que las agencias del gobierno federal estadounidense utilicen ciencia fiable cuando hagan normas y difundan información.
Tras dos años de retrasos, el HHS denegó la petición de ASA. Entonces el grupo cursó una querella en un tribunal de distrito federal para forzar el HHS a obedecer, pero el juez de primera instancia desestimó la demanda al fallar que la ley no estipulaba revisión judicial. Luego ASA recurrió al Tribunal de Apelaciones del 9º Circuito de EE.UU. en San Francisco, donde tuvo lugar la vista del martes.
âLa ciencia para apuntalar la marihuana medicinal es abrumadoraâ, dijo Steph Sherer, directora ejecutiva de ASA. âYa es hora de que el gobierno federal de EE.UU. reconozca la eficacia de la marihuana medicinal y pare de convertir la ciencia en rehén de la polÃticaâ.
La administración de Obama ha prometido volver la ciencia â no la ideologÃa â la base para las polÃticas del gobierno federal estadounidense. El 09 de marzo el presidente Obama emitió un memorando a todos los directores de departamentos y agencias del Ejecutivo que decÃa que â[e]l público debe poder confiar en la ciencia y el proceso cientÃfico para informar las decisiones sobre polÃticas públicasâ y pedÃa âtransparencia en la preparación, identificación y utilización de la información cientÃfica y tecnologÃa en la formulación de polÃticasâ.
Pero el martes último tuvo otras preocupaciones cuando los abogados del Ministerio de Justicia de EE.UU. argumentaron contra ASA en la justicia. La subprocuradora federal Alisa Klein le dijo a un tribunal colegiado del 9º Circuito que la ley que autorizaba ciudadanos privados a buscar corrección de la información gubernamental âno tenÃa ningún derecho judicialmente ejercitableâ y que exige solamente que las agencias revisen dichas solicitudes â no que tomen providencias respecto a ellas. De lo contrario, dijo, los tribunales quedarÃan inundados de solicitudes para cuestionar decisiones del gobierno acerca de una multitud de asuntos.
La postura del gobierno volverÃa la ley algo insignificante, replicó Alan Morrison, fundador del Grupo de Litigación de Public Citizen, quien expuso el caso juntamente con Joe Elford, director del departamento jurÃdico de ASA. Aunque algunos pleitos sean demasiado subjetivos para que intervengan los tribunales, se pueden medir otros subjetivamente. âDos más dos son cuatro, no cincoâ, observó Morrison. La ley proporciona a los jueces el rol de hacer que el gobierno siga siendo honesto, añadió.
Los integrantes del tribunal colegiado parecÃan divididos. âEl estatuto es asombroso y preocupanteâ, dijo la jueza Marsha Berzon. Pero ella le dijo a Klein que parece permitir que la gente afectada por la información errónea del gobierno la haga corregir, conforme a una orden judicial si es necesario.
âEl caso ante el 9º Circuito trata del derecho de particulares a buscar providencias para impugnar la difusión de información falsa de parte del gobiernoâ, dijo Kris Hermes, vocero de ASA. âCuando el HHS dice en su sitio web que no hay uso medicinal actualmente reconocido de la marihuana en EE.UU., nosotros y nuestros miembros sufrimos al tener que rebatir esa desinformación. Tenemos que concienciar al público, a funcionarios públicos, médicos y abogados sobre la realidad de la marihuana y nos valemos de eso a fin de darnos fundamento para la demandaâ.
La misma Sherer afirma haber sufrido a causa de la información errónea del gobierno de EE.UU. En el alegato del grupo al tribunal de apelaciones, relata de qué modo Sherer rechazó la marihuana medicinal como tratamiento para su problema de salud con base en las declaraciones del gobierno de que no tenÃa valor medicinal. Solamente tras padecer de efectos colaterales graves por los remedios convencionales y a instancias de su médico ella finalmente probó la marihuana medicinal y luego descubrió que le proporcionaba alivio.
âNuestro objetivo es corregir la información errónea sobre la marihuana medicinal que el gobierno federal de EE.UU. está difundiendo, especÃficamente la de que la marihuana no posee valor medicinalâ, dijo Hermes. âEstamos utilizando un mecanismo administrativo â la Ley de Calidad de los Datos â a fin de lograrlo, pero hasta el momento el gobierno se ha negado a contestar nuestra petición con sustanciaâ.
Una victoria en el 9º Circuito significarÃa que la demanda de ASA puede proceder. Probablemente eso querrÃa decir que el caso serÃa devuelto al tribunal de distrito para que fuerce el gobierno federal a dictar una respuesta sustanciosa a la petición de ASA.
âSi están de acuerdo que su información es imprecisa y no está fundada en pruebas cientÃficas, simplemente rectificarÃan las declaraciones que están haciendoâ, dijo Hermes. âPero si no escogen admitir que están difundiendo información acientÃfica, puede que tengamos que impugnarlos con relación a los méritos otra vez en el tribunal de distritoâ, dijo.
Aunque una victoria eventual en el caso no cause ningún impacto inmediato sobre la polÃtica federal estadounidense para la marihuana medicinal, dijo Hermes, ello puede ayudar a preparar el terreno para sacar la marihuana de la Clase I en cuanto droga peligrosa sin uso medicinal reconocido. âPuede ser el primer dominó en una serie de dominós en caÃda que afectará las polÃticas federalesâ, dijo.
Ahora el 9º Circuito considera el caso.
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