Esta semana, las tensas relaciones entre el gobierno Bush y el presidente venezolano Hugo Chávez se pusieron aún más tirantes al paso que Washington y Caracas intercambiaban acusaciones y contraacusaciones por la lucha de Venezuela contra el tráfico de cocaÃna. Aunque parezca indiscutible que el tráfico de cocaÃna a través de Venezuela ha aumentado en los últimos años, los dos gobiernos intercambian pullas por el tamaño de la complicidad oficial venezolana en el comercio, ya si Venezuela hace lo suficiente para combatir contra el tráfico, ya si necesita acceder a las exigencias estadounidenses a fin de luchar contra el narcotráfico con eficacia.
âEl flujo de cocaÃna a través de Venezuela â tanto al norte, particularmente a través de la República Dominicana y de HaitÃ, pero también a Europa a través de Ãfrica y otras partes â ha aumentado enormementeâ, le dijo John Walters, secretario antidroga de EE.UU., a la Associated Press en una entrevista reciente. Ãl dijo que el contrabando a través de Venezuela habÃa cuadruplicado desde 2004 para cerca de 250 toneladas métricas el año pasado, o cerca de un cuarto de la producción regional total (y, por consiguiente, mundial) de cocaÃna.
Los comentarios son hechos al paso que EE.UU. presiona a Venezuela a que renueve la cooperación con él en materia de narcotráfico y probablemente preparan el terreno para una venidera decertificación de la conformidad de Venezuela con las metas de la lucha contra la droga estadounidense. Las relaciones entre la DEA estadounidense y el gobierno venezolano casi no han existido desde que Chávez echó a la DEA en 2005 por acusarla de espiar a su paÃs. Apenas dos agentes de la DEA están apostados actualmente en Venezuela y sus actividades son muy circunscritas.
Pero, el fin de semana pasado, Venezuela rechazó bruscamente los nuevos pedidos de Washington a que acepte una visita de Walters y reanude la cooperación respecto a la droga, diciendo que habÃa progresado sola y que trabajaba con otros paÃses. âLa lucha antidrogas en Venezuela ha registrado progresos significativos durante los últimos años, en particular desde que el gobierno bolivariano puso fin a los programas de cooperación oficial con la agencia estadounidense DEAâ, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela en una declaración. Renovar las negociaciones sobre las drogas serÃa âinútil e inoportunoâ, dijo el comunicado.
Walters habÃa intentado âimponer como obligatoria una visita a Venezuelaâ, se quejó el ministro. âEl gobierno bolivariano, por las razones antes expuestas, consideró inútil e inoportuna una visita de esta naturaleza, siendo de la opinión que este funcionario harÃa un mejor uso de su tiempo controlando el floreciente tráfico y consumo de drogas en su propio paÃsâ, manifestó la nota. âDespojada del nefasto accionar de esa agencia criminal, Venezuela se ha convertido hoy en un paÃs libre de cultivos, que no produce ni procesa drogas ilÃcitas, que ha batido año tras año récords de incautación de sustancias provenientes de paÃses vecinosâ, añadió.
Esa declaración sucedió un dÃa después que Patrick Duddy, el embajador de EE.UU. en Venezuela, causó malestar en Caracas al decir que Venezuela abrÃa una brecha para los narcotraficantes al no cooperar con EE.UU. âLos narcotraficantes están aprovechando la brecha que existe entre los dos gobiernosâ, le dijo Duddy a los reporteros, citando el cálculo de la cuadruplicación del tráfico.
El presidente Chávez contestó esos comentarios el domingo llamándolos âburrosâ y advirtiendo que Duddy pronto âagarrarÃa sus maletasâ si no tiene cuidado. Chávez también indicó que EE.UU. debÃa concentrarse en su propio consumo de drogas y producción de marihuana.
El lunes, Ramón Carrizales, el vicepresidente venezolano, repitió a su jefe, diciéndoles a los reporteros en Caracas que Venezuela estaba cooperando internacionalmente, apenas no en los términos de EE.UU. âLa DEA pide tener libertad para sobrevolar nuestro territorio de manera indiscriminadaâ, dijo Carrizales. âPero eso no lo van a tener porque somos un paÃs soberano e independienteâ.
Venezuela ha incautado toneladas de cocaÃna en los últimos años y ya tiene unas 4.000 personas entre rejas por cargos de narcotráfico, añadió. La mayor parte de la cocaÃna con destino hacia EE.UU. va al norte por el mar, dijo, en gran parte a lo largo de la Costa del PacÃfico de Colombia.
Pero el gobierno Bush no iba a ceder. El martes, Sean McCormick, vocero del Departamento de Estado de EE.UU., dijo: âNuestros funcionarios, incluso el embajador Duddy, van a seguir manifestándose sobre la condición de las relaciones entre EE.UU. y Venezuela [â¦] (y) lo que vemos que pasa dentro de Venezuela. Eso no elimina la posibilidad de una relación mejor [â¦] y seguramente estamos listos para tener una relación mejorâ, agregó, diciendo que primero Washington necesitaba ver algunas providencias indeterminadas de parte del gobierno venezolano.
Buena suerte, dijo un trÃo de analistas consultado por la Crónica. âHay poca posibilidad de más cooperaciónâ, dijo Ian Vásquez, director del Centro de Libertad y Prosperidad Mundial en el Instituto Catón de tendencias libertarianas, quien aludió a la corrupción dentro del gobierno venezolano.
Las perspectivas de reaproximación en las polÃticas de drogas son bajas, dijo Adam Isaacson del Center for International Policy de Washington. âHay mucha desconfianza entre los dos gobiernosâ, dijo. âChávez antevé la amenaza de una invasión estadounidense y la presencia militar, de seguridad o aun policÃaca serÃa considerada un sondeo de puntos débiles. Por el otro lado, EE.UU. cree que Venezuela hace campaña para llevar a Irán y Rusia a la región y Walters es un ideólogo que piensa que Venezuela lo hace para desestabilizar la región, sabes, la idea del lÃder izquierdista haciendo causa común con narcotraficantes. No hay confianza y no va a haber ninguna confianza. La verdad es que la lucha contra la droga es apenas un aspecto de ese contexto generalâ, dijo.
âLos venezolanos han declarado varias veces que quieren cooperar con EE.UU. en materia de droga, pero Chávez le tiene una profunda desconfianza al gobierno estadounidenseâ, dijo Larry Birns, director del Council on Hemispheric Affairs en Washington. âLa ha pasado muy mal con embajadores estadounidenses activistas y siente que han intervenido varias veces en los negocios soberanos de Venezuela, pero puede ser un momento propicio. El gobierno Bush no va a lograr nada con nuevas medidas antichavistas, entonces es posible que estén interesados en tomar algunas providencias para normalizar las relaciones con Venezuela simplemente para mostrar que EE.UU. es capaz de emplear la diplomaciaâ.
Con todo, dijo Birns, no espere ningún tremendo avance. âNo habrá ningún acuerdo real sobre el narcotráfico a menos que haga parte de una mezcla general de medidas de construcción de confianzaâ, dijo. âHugo Chávez posee una personalidad pendenciera y combativa, pero no hay relativamente nada contra él cuando se trata de violaciones de los derechos humanos y demás negligencias, y eso es muy frustrante para Washington. No habrá ningún acuerdo abarcador sobre esta cuestión, sólo algunas mejoras de hecho poco a poco porque la confianza necesaria entre los dos gobiernos simplemente no existeâ.
Los tres estuvieron de acuerdo que el tráfico de cocaÃna a través de Venezuela está aumentando, pero ninguno creÃa que era una cuestión de polÃtica oficial. âEs verdad que ahora hay harta cocaÃna pasando por Venezuelaâ, dijo Isaacson. âAunque no crea que Chávez esté intentando transformar el paÃs activamente en un patio de recreo para los narcos, no he presenciado ninguna labor importante para desenraizar la corrupción relacionada con la droga. Chávez también tiene problemas para controlar su territorio nacional; hay problemas de seguridad y seguridad pública, la delincuencia es un problema grave y el crimen organizado está creciendoâ.
âVenezuela recauda $100 mil millones al año con los ingresos del petróleo, ¿por qué estarÃan interesados en las entradas de la droga?â preguntó Birns. âSeguro que hay algunos elementos bellacos en el gobierno, pero no es una cuestión de polÃtica del estadoâ, dijo. âEs innegable que haya narcotráfico en Venezuela, pero no me puedo imaginar que Chávez tenga algo que ver o ganar con ello. A fin de cuestas, está regalando cientos de millones de dólares al año alrededor del mundo, incluso a los EE.UU., en petróleo y combustóleo, entonces esto no parece una oportunidad de renta en que tendrÃa interésâ.
La guerra contra la droga es simplemente un desperdicio de tiempo y recursos, dijo Vásquez. âPedir a los paÃses que impongan la prohibición de las drogas estadounidenses es pedirles que hagan lo imposibleâ, manifestó. âNo ha tenido éxito en Colombia ni en México ni en ninguna parte de los Andes. Se ven algunas victorias efÃmeras â se puede matar a un capo o desbaratar un cartel, pero es un sector multinacional multibillonario que se puede adaptar con facilidad a lo que seaâ.
Pedir más represión es pedir problemas solamente, dijo Vásquez. âCuanto más prohibición, cuanto más represión legal, tanto más violenta se poneâ, dijo. âNo hay luz al fin del túnel. Podemos esperar más violencia y corrupción en la medida en que se lleve a cabo la lucha contra la droga con más agresividadâ.
Con todo, hay cosas que Venezuela puede hacer para aliviar las tensiones, dijo Isaacson. âVenezuela puede ser más cooperativa al monitorear su espacio aéreo, compartir informaciones del radar, aun permitir de vez en cuando vuelos de verificación estadunidense como lo hacen otros paÃses latinoamericanosâ, dijo. âY como Fidel Castro lo ha hecho, necesitan ser intransigentes con la corrupción relacionada con la droga en el estado â puede devorar a un estado de dentro para fueraâ.
Pero si Chávez puede ser acusado de jugar a la polÃtica con la cuestión de la droga, EE.UU. también puede serlo, dijo Isaacson. âLas metas antidrogas estadounidenses parecen aún más politizadas. Estoy seguro que Venezuela será decertificada y la gente dirá con justicia que están escogiendo a Venezuela porque son izquierdistas y hablan mal de EE.UU. Mientras tanto, Colombia, con el segundo cultivo más grande de coca, y México, que cuenta con un enorme sector del narcotráfico, pasarán porque son pro EE.UU.â.
âEl proceso certificatorio estadounidense en materia de drogas está muy manchadoâ, estuvo de acuerdo Birns. âTodas estas atribuciones anuales del Congreso respecto a las drogas y al terrorismo y cosas por el estilo han sido efectuadas de modo sumamente polÃtico. EE.UU. minimiza los pecados de sus amigos y maximiza los de sus enemigosâ.
Los problemas de Washington con Venezuela son solamente parte de un descenso general en la influencia estadounidense en la región, dijo Birns. âCon paÃses como Perú teniendo altas tasas de crecimiento a causa del aumento en la valoración de recursos naturales a todos los niveles, con Brasil a punto de convertirse en una superpotencia, con varias nuevas organizaciones de las cuales EE.UU. no hace parte, como el Grupo de RÃo y la zona de seguridad sudamericana, nuestra disminuyendo en Latinoamérica está decreciendo. La única manera de lograr resultados reales en cualquiera de estas cuestiones es la negociación seria en que se hagan verdaderas concesionesâ.
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