Policial: Las historias de policías corruptos de esta semana

Más policías pícaros en la Ciudad de Nueva York, un sheriff tejano va preso, unos agentes antidrogas manos largas en Ohío, un presunto policía cultivador de marihuana en Florida y, sí, otra empleada de prisión pillada por hacer que los reclusos se coloquen. Vamos a ello:

En la Ciudad de Nueva York, dos funcionarios de la Policía de Nueva York serán incriminados dentro de poco por hacer parte de una banda violenta que robaba a narcotraficantes, secuestrando y torturando sexualmente a algunas de sus víctimas. Uno es un oficial en servicio activo; el otro está jubilado. Los dos son acusados de vestir sus uniformes y actuar como “policías” para una banda que se robó más de 100 kilogramos de cocaína de traficantes en atracos por toda la Costa Este. La pandilla secuestraba a sus víctimas después de una batida o una redada con invasión de domicilio al estilo de la policía, luego las llevaban a regiones lejanas a punto de pistola y las amenazaban y a veces las torturaban hasta que cedieran sus drogas. Doce integrantes de la pandilla ya han sido incriminados, pero, en una vista del 16 de septiembre ante el juez Nicholas Garaufis del Distrito Federal de Brooklyn, la subprocuradora Andrea Goldberg dijo que iba a interponer una acusación modificada al indicar que el arresto de los dos policías se avecina.

En Hidalgo, Tejas, el martes arrestaron al sheriff de la Comarca de Starr por confabulación para contrabandear drogas ilícitas en el país. Acusaron al sheriff Reymundo Guerra, 52, en una incriminación federal de 19 cargos que incluye más de una docena de cómplices. Los procuradores federales dijeron que Guerra tuvo con la intención de distribuir más de 317Kg de marihuana y más de 900g de cocaína. Él también es acusado de utilizar un teléfono para facilitar la confabulación y ayudar a un coacusado a evitar la captura al sugerir el uso de papeles de arrendamiento fraudulentos. Guerra puede recibir de 10 años a cadena perpetua y multa de $4 millones.

En Warren, Ohío, dos adjuntos de la Jefatura de Policía de la Comarca de Trumbull serán despedidos por presuntamente timar a una organización de caridad en beneficio propio. Los sargentos Pete Pizzullo y Anthony Leshnack fueron informados que el sheriff había recomendado su despido el 03 de octubre. Los dos fundaron la Asociación de Agentes Antidrogas de Ohío en 2004 con la intención de recaudar fondos para organizaciones de caridad con mensajes antidrogas y, valiéndose de una empresa profesional de recaudación de fondos, recaudaron más de $1 millón en todo el estado. No se sabe con seguridad cuánto del dinero los dos presuntamente han malversado en beneficio propio. El despido no es trato hecho; hay un largo proceso de apelaciones. El fiscal de la comarca ha pedido que se designe un procurador especial, pero, hasta el momento, no se han presentado cargos criminales en contra de los dos.

En Valdosta, Georgia, una funcionaria de una prisión de la Secretaría de Administración Penitenciaria de Georgia fue arrestada el 08 de octubre por contrabandear drogas para los reclusos. Deborah Watson, 26, empleada de la cocina en la Prisión Estatal de Valdosta, cayó después que los investigadores le pidieron permiso para cachearla en el trabajo. Ella se negó y renunció al punto, solamente para ser detenida y registrada por adjuntos de la Jefatura de Policía de la Comarca de Valdosta cuando salió de la prisión. En su sostén, encontraron tres tubos llenos de drogas, incluso marihuana, cocaína y heroína. Las autoridades calcularon las drogas en $4,000 en la calle y varias veces eso entre rejas. Allá está Watson ahora.

En Orlando, Florida, el viernes pasado un policía de Altamonte Springs se confesó culpable en tribunal federal de montar una casa para cultivar marihuana y tener un arsenal a mano. Clay Adams, 26, se confesó culpable de cinco cargos federales, incluso asociarse con su mujer para cultivar casi una tonelada de marihuana. Adams y su esposa, Robyn, 32, fueron arrestados el 21 de julio tras montar una casa para el cultivo en Chuluota. Él puede recibir hasta 15 años de prisión.