Antonio Maria Costa, director ejecutivo de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), aprovechó la ocasión de la reunión del 08 de octubre con los ministros responsables por la seguridad pública en México, D.F. para echarle la culpa otra vez al narcotráfico por la criminalidad y la violencia ocasionadas por la prohibición de las drogas. Al hacerlo, también les pegó un tiro al azar a los reformadores de las polÃticas de drogas, llamándolos el âlobby pro drogasâ.
âEn cuanto hemisferio, las Américas se enfrentan al problema de drogas más acuciante en el mundoâ, les dijo Costa a los luchadores antidrogas congregados en un discurso que abrió el evento. âLo midamos en hectáreas de cultivo, toneladas de producción, por su valor de mercado o por el número de personas que son asesinadas en este procesoâ, la crisis de la droga que afecta la seguridad de la gente común en la región es enorme.
âLa opinión pública en el continente manifiesta que aquello que más teme no es el terrorismo, ni el cambio climático, ni la crisis financiera, ni el desempleo, sino la inseguridad pública. Y en las Américas, la mayor amenaza a la seguridad pública procede del tráfico de drogas y la delincuencia organizadaâ, declaró.
Pero Costa ignora el hecho irrefutable de que la amenaza al orden y seguridad públicos del tráfico de drogas ilÃcitas es un resultado directo de la prohibición de las drogas, que crea las condiciones en que prosperan dichas ilegalidad y violencia, no de alguna propiedad inherente a las drogas actualmente proscritas. Ãl les echó la culpa por todo, de la violencia urbana en EE.UU. y las pandillas de motociclistas canadienses a la guerra mexicana a la droga, la insurgencia de Colombia y los âcomandosâ brasileños del narcotráfico, a las âdrogas y el crimenâ.
Y aun al paso que más y más gobiernos latinoamericanos, cansados de intentar alcanzar las metas de la ONU y EE.UU. para las polÃticas de drogas, ponderan la despenalización y/o la legalización de las drogas (véase el artÃculo relacionado aquÃ), Costa daba la voz de alarma respecto a las tentaciones de la legalización. âHay personas - como por ejemplo el lobby pro drogas -, que dirÃan: legalicemos las drogas y el problema del crimen desaparecerá. En otras palabras, frente a un problema difÃcil de resolver, se nos invita a meter la cabeza bajo tierra y aceptar el libre mercado de las drogas que matan a nuestros jóvenesâ.
Frente a décadas de polÃticas fracasadas de fiscalización internacional de los estupefacientes que dependen de la imposición de la prohibición, la reducción de la demanda, y, en menor medida, el tratamiento y la prevención de la toxicomanÃa, Costa pidió más de lo mismo, pese a que pareciera admitir que el mundo no podÃa alcanzar la sobriedad total a través de la represión. âHasta que se inviertan más recursos en el tratamiento y la prevención de la toxicomanÃa y también en alternativas viables a los cultivos ilÃcitos, los narcotraficantes seguirán ejerciendo su oficio lucrativo y mortÃfero por todo el hemisferio occidentalâ, advirtió Costa.
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