Prohibición: Cincinnati culpa escasez de drogas por aumento en violencia

El verano ha sido largo y caliente en Cincinnati, siendo que la ciudad del Río Ohío sigue un ritmo que va a igualar o sobrepasar la plusmarca de 86 asesinatos cometidos en 2006. Los funcionarios municipales culpan las drogas – o la falta de ellas – por la violencia, lo que es estar a un paso de reconocer el rol de la prohibición de las drogas en los delitos de sangre, pero no espere que den ese último paso.

En la última semana de septiembre, hubo cinco asesinatos, lo que aumentó el saldo de este año para 58, tres más que en la misma época el año pasado. Eso pasa a causa de una escasez de cocaína, dijo la policía de Cincinnati.

“Nuestras informaciones dicen que hay una gran escasez de piedra de cocaína ahorita y eso deja a los compradores frenéticos para comprar con base en su adicción y los vendedores saben que su sustento corre riesgo con base en la oferta y la demanda”, dijo el teniente coronel James Whalen, comandante de la agencia de patrulla de Cincinnati. “Cuando uno se involucra con la compra y venta de drogas, lamentablemente uno topa con la violencia”, le dijo él al Cincinati Enquirer.

La jueza municipal Melissa Powers de la Comarca de Hamilton dijo que las drogas desempeñan un rol en la violencia, pero ello tiene que ver más con la competencia que con la oferta. “Es muy difícil. Tan pronto como se arresta a un narcotraficante, otro ocupa su lugar”, dijo. “Creo que eso es lo que vemos ahora, el desenraizar entre narcotraficantes”.

La semana pasada el alcalde Mark Mallory de Cincinnati y el administrador municipal Milton Dohoney hicieron una declaración conjunta que pedía un fin a la violencia relacionada con la prohibición, pese a que la llamaran violencia relacionada con la droga. “Ninguno de los tiroteos fue al azar, lo que subraya la importancia de no tomar parte en actividades ilegales”, decía la declaración de Mallory y Dohoney. “Cuando se está involucrado con la droga, ya como comprador ya como vendedor, usted se expone a un riesgo muy alto de convertirse en una víctima de la violencia”.

Aunque la fuerza pública y las autoridades políticas de Cincinnati se hayan concentrado claramente en el problema – la violencia relacionada con la prohibición -, todavía les falta identificarlo adecuadamente. Al dislocar esa causa hacia las “drogas”, la ciudad no va a solucionar su problema con la violencia, sino solamente exacerbarlo.