Una encuesta publicada el miércoles por Families Against Mandatory Minimums (FAMM, por su sigla en inglés) descubrió que hay apoyo general a eliminar las condenas mÃnimas obligatorias para infractores no violentos y una mayorÃa que dijo que votarÃa en polÃticos que tomaran providencias para terminarlas. Los resultados de la encuesta cuestionan la creencia popular de que los polÃticos necesitan ponerse âduros con la criminalidadâ para ganar elecciones.
âLos polÃticos han votado a favor de las sentencias mÃnimas obligatorias para que puedan parecer âduros con la criminalidadâ para sus bases electorales. Insisten que sus votantes son a favor de estas leyes, pero eso simplemente no es verdadâ, dijo Julie Stewart, presidenta y fundadora de FAMM. âLos republicanos y demócratas apoyan el cambio y eso deberÃa animar a los congresistas a contemporizar con el otro lado el año que viene y trabajar juntos para reformar las mÃnimas obligatorias. La reforma en la condenación obligatoria no es un problema partidista, sino una cuestión de equidad y justicia que transciende las divisiones partidariasâ.
âEsta encuesta indica que la mayorÃa de los estadounidenses está abierta a reexaminar esta cuestión y pasar a un modelo condenatorio orientado por los tribunalesâ, dijo Sparky Zivin, director de investigación en StrategyOne.
âEstoy asombrada que un número tan alto de personas comprenda la diferencia entre el Congreso haciendo la condenación y los tribunales haciéndolaâ, dijo Nora Callahan, directora ejecutiva de la November Coalition, un grupo antiprohibicionista centrado en libertar a prisioneros federales de la lucha contra la droga. âNo creÃa que tanta gente iba a estar de acuerdo, pero parece que el público ha captado que se ha politizado la criminalidad. Eso me lleva a creer que probablemente tendremos una comprensión mucho más grande de lo que está mal en nuestra legislación antidroga punitiva y de lo que está mal en la prohibiciónâ.
Los resultados de la encuesta demuestran que aunque los polÃticos continúen en gran parte casados con la filosofÃa de âseveridad con la criminalidadâ y la idea de que ella ayuda a ganar elecciones, el público sigue una dirección diferente, dijo Callahan. âEs espectacular; es asombrosoâ, dijo. âEsto está muy lejos de lo que los polÃticos están pensando; vemos que hay una distancia enorme allÃâ.
âEstados Unidos encierra a personas en Ãndices asombrosos. En nombre de âponerse duro con la criminalidadâ, ahora hay 2.2 millones de estadounidenses en las prisiones y cárceles federales, estatales y municipales y más de 7 millones bajo alguna forma de supervisión penitenciaria, incluso libertad vigilada y condicional. Tenemos la población carcelaria más grande del mundoâ, dijo Webb en una declaración inclusa en el comunicado de prensa de FAMM que anunciaba los resultados de la encuesta. âEste crecimiento no es una respuesta a tasas cada vez más grandes de criminalidad, sino una dependencia de las prisiones y de largas sentencias obligatorias en cuanto respuesta común a la criminalidad. Es tiempo que los lÃderes de Estados Unidos perciban lo que el público comprende â nuestro abordaje es costoso, injusto y poco prácticoâ.
Webb no está solo. Aun en el lado republicano, hay señales de apoyo a la reforma en la condenación. El diputado Bob Inglis (R-SC) es un miembro del Partido Republicano listo para el cambio.
âLas mÃnimas obligatorias causan desorden en un sistema lógico de directrices condenatoriasâ, dijo Inglis. âLas mÃnimas obligatorias convierten la retórica polÃtica acalorada de hoy en las pesadillas de muchos mañanas para jueces y familiasâ.
Además de sacar los resultados de la encuesta el miércoles, FAMM también publicó un nuevo informe abarcador, Correcting Course: Lessons From the 1970 Repeal of Mandatory Minimums, que detalla cómo el Congreso de EE.UU. creó las sentencias mÃnimas obligatorias de prisión para infractores de la legislación antidroga en 1951 y las revocó en 1970 porque las leyes no detuvieron la toxicomanÃa, la adicción y el tráfico. Los polÃticos involucrados en revocar las mÃnimas obligatorias en 1970 no tuvieron problemas para ser reelegidos, observa el informe.
El informe también examinó el renacimiento de la condenación mÃnima obligatoria en los años 1980 repletos de miedo y siguió atentamente las maneras por que ha sido ineficaz y contraproducente. De acuerdo con el informe, las mÃnimas obligatorias:
- No han desanimado el consumo de drogas en Estados Unidos;
- No han reducido el narcotráfico;
- Han creado costes penitenciarios galopantes para estados y el gobierno federal;
- Imponen costes indirectos considerables a las familias al apresar a cónyuges, padres y jefes de familia durante largos perÃodos;
- No son aplicadas equitativamente, impactando desproporcionadamente a las minorÃas y resultando en sentencias enormemente diferentes para infractores igualmente culpables;
- Socavan el federalismo al convertir los delitos estatales en crÃmenes federales;
- Socavan la separación de poderes al usurpar la discreción judicial.
âNuestro informe y encuesta muestran que los legisladores pueden votar en la reforma de las mÃnimas obligatorias para delitos no violentos y sobrevivir. Tanto los republicanos como los demócratas no quieren estas leyes. No funcionan, le cuesta una fortuna al contribuyente y la gente cree que los Tribunales pueden fulminar sentencias mejor que el Congreso. Otra revocación de las condenas obligatorias para delitos de drogas no solamente es viable, es viable ahorita mismoâ, dijo Molly Gill, autora del informe.
Eric Sterling, director de la Criminal Justice Policy Foundation, fue asesor del Comité de la Cámara sobre el Judiciario de EE.UU. a mediados de los años 1980, cuando se aprobaron unas de las leyes más severas sobre las condenas mÃnimas obligatorias para delitos de drogas. Ãl ha estado trabajando para deshacerlas desde entonces.
âEn 1986, tuvimos que cargar con unas de las leyes condenatorias más punitivas y menos eficaces jamás creadasâ, dijo Sterling. âLas mÃnimas obligatorias no han detenido el narcotráfico. No han encerrado a los grandes traficantes e importadores. Se aplican a los pequeños, no a los capos. Es un desperdicio del dinero del contribuyente apresar a un traficante callejero durante 10 años cuando podÃa gastarse ese dinero en tratamiento, juzgados de delitos de drogas o ir tras de la gente que trae barcadas de drogas cada año. Librarse de las mÃnimas obligatorias se trata de poner nuestras prioridades en ordenâ.
âLas mÃnimas obligatorias están entre las peores polÃticas de justicia penal jamás adoptadas en EE.UU.â, dijo Stewart de FAMM. âTratan a todos los infractores de la misma manera cuando el principio más sagrado de la legislación condenatoria estadounidense es el de que el castigo debe ser proporcional al individuo y al delito. Revocar estas leyes no es imposible â se lo ha hecho antes. El próximo Congreso deberÃa hacerlo otra vezâ, dijo.
El informe de FAMM ofrece dos opciones para lidiar con las mÃnimas obligatorias: Revocarlas de una vez mientras se dejan las directrices condenatorias federales en vigor, lo que permitirÃa discreción judicial, o expandir la âválvula de seguridadâ, conforme a la cual los jueces pueden ignorar las mÃnimas obligatorias en algunas circunstancias.
Con la economÃa estadounidense y el presupuesto federal bajo presión inédita y con elecciones venideras que pueden alterar enormemente el paisaje polÃtico, puede estar acercándose el momento para una reforma radical en las condenas, pero los reformadores todavÃa no están cantando la victoria.
âPuede haber una oportunidadâ, dijo Callahan de la November Coalition. âNo voy a empezar a esperar antes de ver los resultados de las elecciones, pero trabajamos duro y nos preparamos para trabajar aún más duro en los próximos cuatro añosâ.
Aunque una encuesta no vaya a hacer que el Congreso cambie de idea, dijo, crea una oportunidad, tanto con polÃticos como con el público en general. âCon estas cifras, puedo pensar en muchÃsimas nuevas maneras de conversar con la genteâ, dijo. âLos activistas tienden a pensar que la gente no lo entiende, pero esta encuesta muestra que la gente sà lo comprende y ahorita las personas están aún más cÃnicas respecto a sus lÃderes. Esto ayuda a crear un clima seguro para lograr la reformaâ.
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