El lunes el presidente boliviano Evo Morales dijo en una rueda de prensa en la ONU que a él le gustarÃa mejorar las relaciones con el gobierno entrante de Barack Obama, pero que la DEA no tendrÃa permiso para regresar a Bolivia hasta que se terminara su mandato. Los comentarios hacen muestras de un intento de restaurar las relaciones con EE.UU., tan desgastadas durante el gobierno Bush, mientras todavÃa se retiene la soberanÃa boliviana sobre sus polÃticas de fiscalización de las drogas.
Morales, un ex sindicalista cocalero que se convirtió en el primer indÃgena a ser el mandatario de Bolivia, se comparó con Obama, quien es el primer negro a ganar la presidencia de EE.UU. Las mejores relaciones entre los dos paÃses tendrÃan que estar fundadas en âel respeto de nación a nación, de presidente a presidenteâ, dijo Morales.
Ha habido tensión entre EE.UU. y Morales por sus polÃticas de âcocaÃna cero, pero no coca ceroâ, según las cuales los agricultores bolivianos en ciertas regiones pueden cultivar coca para consumos tradicionales e industriales. Pero como el gobierno Morales parece estar comprometido a combatir el tráfico de cocaÃna, las crÃticas estadounidenses de sus polÃticas para la coca fueron silenciadas hasta hace poco.
Como respuesta a lo que llamó interferencia estadounidense en sus negocios interiores, este semestre Bolivia ha llevado a cabo una serie de medidas para devolver el golpe. Ordenó la salida de USAID de la región cocalera del Chapare y, después que los disturbios de los separatistas de derechas resultaron en un conflicto sangriento en septiembre, Morales echó al embajador estadounidense. EE.UU. tomó represalias expulsando al embajador de Bolivia en Washington y âdescertificandoâ a Bolivia por no cooperar con las metas estadounidenses para la lucha contra la droga. Después de eso, primero Morales prohibió sobrevuelos de aviones estadounidenses de reconocimiento antidroga y luego, hace dos semanas, echó a la DEA del paÃs.
âLa DEA no regresará mientras yo sea presidenteâ, dijo Morales en castellano a través de un intérprete. Ãl tampoco quiere la ayuda antidroga de EE.UU. Dijo que trabajaba con otros paÃses en la lucha contra el narcotráfico. âHemos discutido los asuntos con Brasil, Rusia y Francia, donde fabrican helicópterosâ, dijo. âQueremos comprar algunos (helicópteros), tal vez usando préstamos de emergencia. Hay un interés en paÃses de Sudamérica y Europa para que se unan a nuestra lucha contra un problema común, que es el narcotráficoâ.
Y Washington es el que sobra. Quizá se calienten las relaciones en general con Obama presidente, pero no si EE.UU. insiste que se permita el regreso de la DEA.
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