Si está exacta una encuesta abarcadora publicada el fin de semana pasado â y no existen motivos para creer que no esté -, la opinión pública británica sobre las polÃticas de drogas va fuera de camino. La encuesta realizada por ICM Research para los periódicos Observer y Guardian descubrió que la conducta del público para con el consumo de drogas, los usuarios y vendedores de drogas se habÃa puesto decididamente más intransigente recientemente.
De acuerdo con la encuesta, la proporción de personas que cree que la legislación sobre la droga es âdemasiado liberalâ ha subido de un 25% en 2002 para el 32% ahora. Al mismo tiempo, el número de personas que cree que la legislación sobre la droga no es âsuficientemente liberalâ ha caÃdo de un 30% para un 18% y el apoyo a la despenalización de drogas blandas ha caÃdo de un 38% para el 27%.
Los encuestados demostraron poca simpatÃa por la gente que distribuye drogas, ya sean narcotraficantes profesionales ya simplemente las compartan con sus amigos. Cerca del 70% dijo que todos los traficantes deberÃan ser tratados del mismo modo â con penas de prisión. Y un 63% dijo que los drogadictos deberÃan ir presos.
De modo un tanto paradójico, hay bastante apoyo, pese a que no una mayorÃa, a la despenalización de la tenencia de drogas (38%) y la oferta de drogas a adictos bajo receta (44%).
La ministra Jacqui Smith del Interior le dijo a los periódicos que el endurecimiento de la conducta del público era motivado en parte por temores sobre las variedades más potentes del cannabis. Tanto el gobierno laborista como la prensa sensacionalista británica han tomado parte en una campaña a veces histérica para incitar el miedo al skunk en particular, como si esa variedad especÃfica de alta potencia fuera algo diferente de la marihuana ânormalâ.
âEs un determinante importantÃsimo de nuestra decisión de reclasificar [el cannabis de droga de la Clase C a la B]. Es una droga distinta aun de la que fue rebajada de la B a la C [en 2003]â, afirmó. âAhora la gente empieza a reconocer que no es solamente una especie de cosa inofensiva, sino que puede causar un impacto grave sobre la salud mental de los jóvenesâ. La gente también percibió que la producción de marihuana involucraba al crimen organizado, añadió.
Pero Martin Smith, director de Drugscope, les dijo a los periódicos que los medios y el gobierno habÃan retratado falsamente el problema de la droga como algo peor de lo que era en realidad. âPese a que el consumo de drogas ilÃcitas en general haya estado cayendo y se haya hecho un progreso considerable respecto a afrontar la delincuencia relacionada con la droga, mucha gente cree que, a lo mejor, las cosas no están mejorandoâ, dijo.
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