Phillip S. Smith, redactor/editor
Solemos reservar este espacio para libros nuevos, pero en el caso de "Over the Influence" hacemos una excepción. Este libro es suficientemente especial para que lo volvamos una prima para nuestros contribuidores y, considerando que publicamos un artÃculo esta semana sobre el número rápidamente creciente de las sobredosis de drogas, creemos que su importancia es evidente en sÃ.Como la mayorÃa interesada en la reforma de las leyes sobre las drogas, creo que el consumo de drogas es una constante en los asuntos humanos y que â como demuestra la historia estadounidense a lo largo de las últimas décadas -, nada menos que el totalitarismo puede pisotearlo y, aun asÃ, es muy probable que sea sólo temporalmente. También creo que el consumo de drogas no equivale automáticamente a toxicomanÃa o adicción.
Tampoco me siento a gusto con el âmodelo patológicoâ de la adicción defendido por los cientÃficos locos de los NIDA y también por demasiados reformadores bien intencionados de las polÃticas de drogas y, quizá, proveedores interesados de tratamiento para la drogodependencia. Paralelamente al modelo patológico, que busca reemplazar la agencia humana por el determinismo biopsicofarmacológico, hay el dogma de tratamiento de la adicción fundado en los Alcohólicos Anónimos que dice que las personas con vicios problemáticos en drogas son adictas, vÃctimas de una enfermedad progresiva e incurable cuya única cura es la abstinencia por toda la vida.
Como señalan los autores de "Over the Influence", a parte las objeciones filosóficas, el gran, gran problema del tratamiento abstemio de la drogodependencia es que simplemente no funciona. Pese a que los programas basados en la abstinencia respondan de más de nueve en cada diez en EE.UU., parece que eso se debe más a la inercia que a los resultados. Dichos programas, que definen âéxitoâ como abstinencia de todas drogas, funcionan solamente entre 5% y 39% de las veces y eso vale para la pequeña minorÃa de usuarios que realmente los concluye.
En vez de depender de programas y modelos que se fÃan en el modelo patológico y la insistencia en que el único éxito es llevar una vida completamente sana, los autores de "Over the Influence" indican que aplicamos los principios de la reducción de daños al consumo de drogas en nuestras vidas personales. Aunque la idea de reducción de daños en este contexto sea polémica, ella no deberÃa serlo â porque no pasa de buen sentido.
La reducción de daños acepta que las personas pueden hacer cosas que suponen posibles riesgos o perjuicios para ellas y â no me digas â busca reducirlos. A algunos les gusta correr con automóviles. La abstinencia dice que no deberÃan correr nunca, la reducción de daños que deberÃan usar cascos y prenda protectora. A algunos (como los malditos adolescentes) les gusta hacer sexo sin esperar matrimonio. La abstinencia dice que deberÃan seguir vÃrgenes hasta que llegue el santo dÃa; la reducción de daños dice denles control de la natalidad y protecciones contra enfermedades si van a ser sexualmente activos.
Cuando se trata del consumo de drogas, los partidarios de la abstinencia son aún más insistentes. La única manera de curar la enfermedad es nunca consumir ninguna sustancia psicoactiva (salvo cigarrillos y café, como lo sabe cualquier veterano de AA). Pero Denning, Little y Glickman, los cuales poseen una larga experiencia en reducción de daños y terapia en su haber, se atreven a indicar lo que ha sido hasta este momento un anatema en la comunidad del tratamiento: Hay otras opciones además de parar. En verdad, adoptan como mantra el eslogan popularizado por la Chicago Recovery Alliance: Any Positive Change [Cualquier cambio positivo].
¿Qué significa eso? DÃgase que usted cree que su consumo de cocaÃna se está descontrolando. Usted habÃa estado esnifando apenas los fines de semana, pero ahora se encuentra haciéndolo todos los dÃas. ¿Puede por lo menos pasar por alto los martes y jueves? Si logra hacerlo, no sólo ha reducido el posible daño del consumo crónico de cocaÃna, usted también ha probado para sà mismo que puede controlar su relación con la droga que escogió, que usted no es una vÃctima desamparada condenada a una caÃda en picado de adicción y desdicha.
O tal vez a usted le guste tomar, pero cree que su botella de vino de todas las noches lo está dejando tan perezoso al dÃa siguiente que no está terminando su trabajo y su empleo puede estar en riesgo. ¿Puede ser media botella? En caso afirmativo, más una vez, usted ha reducido el daño de su consumo de sustancia y ha demostrado tener control sobre su propia vida. Y usted no ha desistido del fruto del vino, apenas ha moderado su consumo.
Por supuesto, no todos van a despertarse un dÃa, decidir cambiar sus hábitos de consumo de drogas y tener éxito. Pero aunque uno no tenga éxito la primera vez, la propia acción de intentar evaluar y regularizar el propio consumo de drogas es un paso en la dirección de la reducción de daños. Uno de los elementos que vuelve "Over the Influence" tan útil para consumidores de drogas (y los preocupados por ellos) es que muestra a los lectores cómo pensar crÃticamente sobre su consumo de drogas, sus beneficios y sus posibles daños. Un poco de introspección no hace mal a nadie y cuando se trata de sustancias potencialmente letales como el alcohol o las drogas duras, un poco de introspección puede salvar vidas.
"Over the Influence" es absolutamente esencial para cualquiera que busque lidiar con su consumo de drogas y aún más para amigos y familiares de personas que están teniendo problemas con ello. Diferentemente de programas abstemios basados en AA, que parecen funcionar apenas para un pequeño porcentaje de personas, aplicar los principios de la reducción de daños al consumo de drogas probablemente causará impacto en el mundo más grande de la gente aún usuaria de drogas.
Parece tan sensato. ¿Cómo es posible que esto sea polémico?
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