Mientras burócratas antidrogas de la ONU, delegaciones nacionales y grupos interesados de la sociedad civil convergÃan en Viena para la conferencia anual de esta semana del Comité de Drogas Narcóticas (CND, por su sigla en inglés) de las Naciones Unidas, el director de las organizaciones hermanas de la CND, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), fue calmo y sensato el lunes, pero puede haberse metido en un buen lÃo con algunos comentarios desmedidos el miércoles.
Costa llamó la salud un derecho humano básico y dijo que el âprincipio de sanidadâ deberÃa ser la base de la fiscalización de las drogas. Demasiadas personas estaban presas y poquÃsimas recibÃan tratamiento para la toxicomanÃa, dijo.
Costa fue comedido respecto de la cuestión de la pena de muerte para delitos de drogas, dando a entender, pero rehusándose a declararlo de una vez, que los delitos de drogas no son suficientemente graves para justificar la pena de la vida, como han declarado expertos en derechos humanos de la ONU y crÃticos de fuera. âPese a que las drogas maten, no creo que necesitamos matar a causa de las drogasâ, dijo. Por el contrario, les instó a los paÃses a âestudiar con seriedad si la pena capital para crÃmenes relacionados con las drogas es la mejor prácticaâ.
Aunque las posturas de Costa puedan no estar en conformidad con las de los reformadores ardientes de las polÃticas de drogas, su presentación fue profesional. Ãse no fue el caso el miércoles, cuando discursó en una reunión del comité de la ONG de Viena.
Por motivos que aún no han sido explicados, Costa se valió del evento como oportunidad para atacar a los propios integrantes de la sociedad civil â los reformadores y activistas de las polÃticas de drogas â a quienes hacÃa el discurso, o por lo menos sus primos estadounidenses. Aludiendo a su visita a la conferencia de la Drug Policy Alliance en Nueva Orleáns en diciembre, Costa asestó un golpe sin ser provocado a sus anfitriones de otrora.
âAsistà a la reunión de la alianza de las drogas [la DPA] en Nueva Orleáns en diciembre últimoâ, dijo. â1.200 participantes, 1.000 locos, 200 buenas personas para conversar. Obviamente, los demás estaban drogadosâ, de acuerdo con un informe del discurso presentado por el grupo británico reformador de las polÃticas de drogas, la Fundación Transform Drug Policy, en su bitácora.
âNo importa el padrón, fue un comentario extraordinariamente ofensivo, inadecuado y necio para que el director de la ONUDD lo hiciera en cualquier foro público, ni hablar del de una ONG en el cual muchos de los presentes también estaban en Nueva Orleáns (incluso yo, por si acaso)â, escribió Steve Rolles, bloguero de la Transform. âEn verdad, el público en Nueva Orleáns fue muy educado y respetuoso, tanto por el hecho de que él se hubiera esforzado para asistir y tomar parte como por algunos de sus comentarios más conciliatorios (a decir verdad, en Nueva Orleáns, Costa apenas habló con quien le permitirÃa formar una opinión o rotularlos). Ãl ha logrado ofender a un gran segmento de la opinión presente en la DPA, la propia DPA y, efectivamente, a los grupos de consumidores de drogas para quienes el proceso de la ONUDD es nominalmente atractivo en un alto nivelâ.
En cuanto a quien es el loco, Paul Armentano de la NORML rebatió con una entrada que detallaba algunas de las declaraciones más sensacionales de Costa sobre la marihuana. Después de leerlas, parece que serÃa mejor que Costa no incentivara comparaciones respecto a quien tiene las ideas más absurdas acerca de las drogas y las polÃticas de drogas.
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