En una entrevista concedida al periódico vaticano LâOsservatore Romano esta semana, el regente de la Penitenciaria Apostólica de la Santa Sede anunció que la Iglesia habÃa actualizado su lista de pecados capitales y que el consumo y venta de drogas habÃan entrado en la lista. La venta y consumo de drogas son pecaminosos porque âdebilitan la psique y oscurecen la inteligenciaâ, dijo el obispo Gianfranco Girotti.
Las drogas no son la única cosa en la mente del Vaticano. Junto con el consumo y la venta de drogas, los otros más nuevos pecados son: contaminar el medio ambiente; hacer experiencias con seres humanos, incluso la clonación; la riqueza excesiva; la creación o profundización de la injusticia social; el aborto; y la pedofilia.
Los siete pecados capitales originales â lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia â se concentraban en el comportamiento individual, pero la versión moderna tiene miras al contexto social, dijo Girotti. âSi hasta ayer el pecado tenÃa una dimensión más bien individualista, hoy tiene un valor y una resonancia, amén de individuales, sobre todo sociales, debido al gran fenómeno de la globalizaciónâ, dijo.
Dentro de los siete pecados, las drogas no estaban en la primera fila. El peligro más grande para el hombre moderno era el atractivo seductor de la bioética, de acuerdo con Girotti. âUno no ofende a Dios sólo al robar, blasfemar, o desear la mujer del prójimo. También lo hace cuando daña el medio ambiente, participa en experimentos cientÃficos dudosos o permite manipulaciones genéticas que alteren el ADN o comprometan embrionesâ, dijo.
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