Como el resto de los barrios deprimidos en EE.UU., el 130º Distrito de Bridgeport en Connecticut ha sido el punto cero en la guerra contra las drogas hace décadas. En su mayorÃa negro o latino, como otras vecindades de minorÃas por el paÃs, ha sufrido los estragos gemelos de la toxicomanÃa y la prohibición de las drogas. Ahora, un ex oficial de la Marina convertido en reformador de las polÃticas de drogas busca cambiarlo todo con una visión osada y una candidatura advenediza a la Cámara de los Diputados Estaduales.
âEl uso y abuso de estupefacientes es nuestro problema aquà en casaâ, escribió en una carta enderezada a Clinton en la época. âSe deberÃa aplicar las soluciones aquà y no en Colombia o en otro lugar. Gastar esta cantidad adicional de dinero en el extranjero es derrochador y contraproducenteâ.
Avance ocho años y poco ha cambiado. La guerra contra las drogas sigue aprisa, los arrestos y prisioneros por delitos de drogas marcan nuevos máximos cada año. La violencia relacionada con la prohibición de las drogas sigue plagando ciudades como Bridgeport. Y Salcedo está harto.
âLa guerra contra las drogas es una de las más largas de nuestro paÃs, aquà y en el extranjeroâ, dijo mientras anunciaba su candidatura el 29 de mayo. âEs absurda, derrochadora y contraproducente. Es altamente discriminatoria racial y económicamente. Eso dije en los peldaños del Congreso de EE.UU. en Washington, DC, flanqueado y apoyado por los congresistas republicanos Jim Ramstad de Minnesota y Tom Campbell de California en el verano de 2000â, dijo.
âOcho años después, las condiciones son las mismas, si no peores, especialmente para los residentes aislados y desamparados de los enclaves de minorÃas étnicas y barrios como el 130º Distritoâ, prosiguió Salcedo. âQuiero ganar este escaño de diputado estadual para ser un lÃder del cambio. Quiero estar al frente hacia la paz, la comprensión y la cooperación, no a través de la polÃtica del miedo y de la discordia y conflicto étnicos. Esta guerra sin sentido contra los pobres y los sin voz debe terminarâ.
Salcedo no toma medidas incompletas. Propone transformar el 130º Distrito en una especie de mini-Ãmsterdam, una zona de tolerancia de las drogas llena de inyectorios, instalaciones de manutención con opiáceos y ventas tasadas y reglamentadas de marihuana. âGiro en torno a esta idea del Convenio del 130º Distrito, que es declarar el distrito una zona de toleranciaâ, dijo.
âQuiero tomar prestado a modelos como los de Ãmsterdam o Fráncfortâ, explicó. âNo propongo una ley de legalización, sino reconozco el hecho de que el 130º es un área de alto tráfico y consumo de drogas, de marihuana a heroÃna y cocaÃna. Quiero intentar estos abordajes por aquÃ. Si vive en el distrito y es adicto a la heroÃna, colaborarÃamos con usted, ya por un régimen de tratamiento y rehabilitación ya por un régimen de manutención. Si escoge la manutención, recibe el nivel de heroÃna de calidad farmacéutica que necesita. En cualquiera de los casos, recibe servicios médicos, psicológicos y sociales, un examen de admisión, un asistente social y un asesor en materia de drogas que van a colaborar con usted. Pero no será un programa coercitivo o punitivo; en cambio, tendrÃa el designio de desarrollar la relación con el adictoâ.
Aludiendo a los colegios, bibliotecas y demás servicios crónicamente infradotados de Bridgeport, Salcedo también pidió ventas reglamentadas de marihuana como captador de recursos. âQuiero inaugurar una serie de cafeterÃas cannábicas en este distritoâ, dijo. âPueden ser financiadas por la ciudad o pueden ser un proyecto conjunto de iniciativa pública y privada. Si la gente quiere venir acá y consumir, serán bienvenidos, que paguen el precio de mercado y tasen sus compras. Los beneficios pueden ser destinados al fondo general de la ciudad, o, si es una empresa conjunta, una participación va a los empresariosâ, dijo. âSeguiremos la experiencia de Ãmsterdam y la policÃa va a cooperar para que no arreste a la gente que viene de las cafeterÃasâ.
Sin duda, Salcedo tendrá una lucha durÃsima contra el establishment polÃtico del Partido Demócrata de Bridgeport y para convencer a los votantes escépticos de que la misma cantaleta de la lucha contra la droga una y otra vez no es la solución. Pero ya ha pasado por el primer obstáculo al conseguir que 290 residentes del distrito firmaran sus peticiones de nominación. Ahora tiene que recaudar $5,000 hasta agosto para mostrar que es un candidato viable y cumplir los requisitos para otros $20,000 en fondos del Estado de Connecticut para las primarias. Por lo menos 150 residentes de Bridgeport deben donar a su campaña para que esté apto. (Eso no quiere decir que la gente que no vive ni en Bridgeport ni en Connecticut no puede donar â sà puede.)
Puede hacerlo, dijo Salcedo. âFaltan ocho semanas para las primarias y nadie esperaba que lograra las firmas exigidas, pero me las conseguÃ. Y me reunà con cada persona que firmó los documentos de mi nominación. Creo que puedo estar a la altura de este desafÃo tambiénâ.
Va a necesitar un poco de ayuda de la comunidad reformadora de las polÃticas de drogas en general y de los activistas de Connecticut en particular si es que quiere tener una oportunidad. Cliff Thornton, un destacado reformador de Connecticut, fundador de Efficacy y candidato al Gobierno del Estado por el Partido Verde en 2006, está entre los primeros a manifestarse.
âSeguro que voy a ir y hacer algunas cosas por Sylvesterâ, dijo Thornton. âTengo que ayudar al reformadorâ.
Una cosa que va a aconsejar que haga Salcedo es poner su mensaje de reforma de las polÃticas de drogas en la retaguarda. âVamos a intentar afinar su mensajeâ, dijo Thornton. âNo tiene que abrir con las polÃticas de drogas. Ya tiene fama de reformador de las polÃticas de drogas y no tendrá que hablar sobre ello porque la gente le va a preguntar al respecto".
Otra cosa que Salcedo puede hacer es intentar vincular la reforma de las polÃticas de drogas con otras cuestiones que la comunidad enfrenta, dijo Thornton. âGastamos algo por el orden de $600 y $800 millones en prisiones en Connecticut cada añoâ, dijo. âSi lo tomáramos y lo invirtiéramos en la asistencia sanitaria, podÃamos cuidar a todos en el estado. Ãsa es la especie de relación que necesita trazarâ.
SerÃa bueno si organizaciones nacionales de reforma de las polÃticas de drogas proporcionaran más que apoyo simbólico, dijo Thornton, recordando su campaña en 2006. âCuando se trató de sustentar la candidatura de veras, todos desaparecieronâ, dijo. âLas organizaciones madre enviaron a unas cuantas hijuelas aquà y allÃ, pero no lo suficiente para causar impacto. Y eso es una vergüenza. Empezamos a elegir buenos polÃticos reformadores de las polÃticas de drogas, como Roger Goodman en el Estado de Washington y Chris Murphy aquà en Connecticut. Sus oponentes los atacan por su indulgencia en las polÃticas de drogas y suben en las encuestas. Podemos elegir a la gente si la apoyamosâ, dijo Thornton.
Salcedo necesita la ayuda, dijo. âAhorita esto es básicamente una campaña de un hombre y tengo un empleo a jornada completaâ.
Con todo, dijo, puede ser capaz de salirse con una victoria sorpresa. âVa a ser una elección con baja comparecencia, no hay otras cuestiones en votación por aquà y el único motivo por el cual la gente va a las urnas es para votar en mà por el cambio o porque están atados a uno de los candidatos del establishmentâ, dijo. âEn este distrito en esta elección, quizá 200 ó 300 votos pueden hacerme ganar. Voy a dejar de rodeos y conversar cara a cara con la gente. Haré todo lo posible y luego les toca a los electores".
(Esta entrada fue publicada por el ala cabildera de StoptheDrugWar.org, la Drug Reform Coordination Network o Red Coordinadora de Reforma de las PolÃticas de Drogas, que también comparte los costes de mantener esta página web. La Fundación DRCNet no asume posturas respecto a los candidatos a cargos públicos en conformidad con la sección 501(c)(3) de la Ley Tributaria Federal de EE.UU. y no remunera reportajes que puedan ser interpretados o malinterpretados por hacerlo.)
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