Dos incidentes recientes que involucran equipos de la SWAT echan leña al fuego en la polémica emergente por el empleo rutinario de dichas unidades policÃacas paramilitares para perseguir la lucha contra la droga. En Chicago, la PolicÃa de Chicago ha sido golpeada con una demanda de $10 millones por la redada de septiembre contra un club social. Mientras tanto, en Florida, el Equipo de Respuesta Especial de la PolicÃa de Pembroke Pines, una brigada a la SWAT, mató a tiros a un propietario de 46 años en un operativo en la madrugada del 13 de junio que capturó la cantidad impresionante de siete gramos de marihuana.
En la redada de Chicago, cuya grabación en vÃdeo está disponible aquà (parte uno) and aquà (parte dos), oficiales del equipo de la SWAT chicaguense vestidos como si fueran a trabar combate en Bagdad irrumpieron en el Club Motociclista La Familia mientras era utilizado para una fiesta de cumpleaños. Los policÃas hicieron estallar granadas de aturdimiento, apuntaron armas de asalto contra personas que se encogÃan en los vestÃbulos, y, de acuerdo con el abogado que interpuso la demanda, lo hicieron sin presentar orden de registro.
El abogado George Becker dijo que la policÃa se robó $1,500 de juegos electrónicos y $1,000 de un cofre que descerrajaron durante el allanamiento. Becker también dijo que cinco mujeres fueron desnudadas y registradas por policÃas mujeres delante de oficiales y clientes del club del sexo masculino. Becker dijo que no se grabó esas partes de la redada porque los policÃas apuntaron las cámaras de vigilancia hacia el techo.
âMe parece que la PolicÃa de Chicago toma parte en actividad de tipo militarâ, dijo Becker tras exhibir el vÃdeo de la redada.
Pero la policÃa no se arrepiente. âCreemos que los oficiales actuaron dentro de las directrices de la comisarÃa al ejecutar la orden legal de registroâ, dijo Monique Bond, vocera de la comisarÃa.
Pese a que los policÃas dijeran que un informante les habÃa dicho que un cargamento de drogas estaba destinado al edificio, confiscaron apenas una pequeña cantidad de drogas y un revólver. Se hicieron dos arrestos â uno por una orden de caducidad de fianza y el otro por conducta imprudente.
La policÃa de Pembroke Pines en Florida tampoco se arrepiente de su redada con la SWAT que dejó a Victor Hodgkiss muerto. La policÃa ha lanzado pocos detalles sobre lo que pasó exactamente durante el allanamiento madruguero, salvo para decir que fue muerto a balazos tras enfrentarla mientras ingresaba a su hogar con una orden de registro inadvertido de drogas. La redada resultó en un arresto â el del hijo de la novia de Hodgkiss, quien fue acusado de tenencia de cantidad inferior a 20 gramos de marihuana.
âNos valemos del equipo de respuesta especial para todas las órdenes relacionadas con estupefacientesâ, le dijo David Golt, subjefe de la PolicÃa de Pembroke Pines, a Mike Mayo, columnista del Ft. Lauderdale Sun-Sentinel, quien escribió una columna acerba que denunciaba el recurso reflejo a tácticas de la SWAT. âNunca se sabe lo que se va a encontrarâ.
Como indicó Mayo en su columna: âEn este caso, un hombre de 46 años con un permiso de tener armas escondidas sin ningún registro de delito de sangre tropezó con su fallecimiento en su hogar de 14 añosâ.
La policÃa no dijo si Hodgkiss estaba armado cuando fue albeado, pero sà dijo que recobraron un arma de la casa.
La matanza de Hodgkiss posee semejanzas espeluznantes con otro homicidio de la SWAT Florida, la muerte a tiros de Philip Diotaiuto en 2005, un camarero de 23 años baleado 10 veces por policÃas después que agarró un arma cuando irrumpieron en su hogar a causa de una redada de madrugada que aprehendió poco más de 28 gramos de marihuana. Nunca se presentó ninguna queja contra aquellos policÃas, pero una demanda civil interpuesta por la familia de Diotaiuto aún aguarda resolución.
En los dos casos, los policÃas tenÃan ciencia de que sus blancos poseÃan un permiso para portar arma y lo usaron para justificar el recurso a las tácticas de los equipos SWAT. En los dos casos, personas terminaron muertas por cantidades triviales de marihuana.
Los excesos de la vigilancia policÃaca de los equipos SWAT no son novedad, pero parecen estar en su pico mientras las unidades, inicialmente pensadas para lidiar con rehenes u otras situaciones peligrosas, son cada vez más utilizadas rutinariamente para órdenes de registro de drogas y demás fines de imposición de la ley. Radley Balko del Instituto Catón ha compilado la principal fuente para las matanzas de la SWAT y otros abusos, Overkill: The Rise of Paramilitary Police Raids in America [Exceso: El ascenso de las redadas policÃacas paramilitares en Estados Unidos] de 2006.
Add new comment