La semana pasada, unos 300 delegados que representan a organizaciones de todo el espectro de las polÃticas de drogas se reunieron en Viena para el Foro de ONGs Más Allá de 2008, una labor para proporcionar el aporte de la sociedad civil a las polÃticas de drogas mundiales. Fundándose en una serie de reuniones regionales el año pasado, el foro hizo parte de una campaña corriente para reorganizar la agenda de polÃticas de drogas de las Naciones Unidas mientras la organización mundial forcejea con su plan para los próximos 10 años.
La reunión de las ONGs, que incluyó a grupos del tratamiento de la toxicomanÃa, de la prevención, de la concienciación, de reforma de las polÃticas de drogas y de los derechos humanos de todo el mundo, resultó en una resolución que será presentada a la Comisión de Estupefacientes (CND, por su sigla en inglés) de la ONU en su encuentro del marzo próximo. En ello, la Comisión de Estupefacientes va a redactar la próxima estrategia mundial de 10 años de la ONU para la cuestión de la droga.
De las nueve regiones del mundo, apenas Norteamérica envió dos delegaciones. La primera, que se habÃa reunido en San Petersburgo, Florida, en enero, excluyendo de propósito a grupos de la reducción de daños y reforma de las polÃticas de drogas, era la delegación âoficialâ, la cual representaba a organizaciones prohibicionistas intransigentes aliadas al Gabinete de PolÃtica Nacional de Fiscalización de Drogas (ONDCP, por su sigla en inglés) de EE.UU., como la Drug-Free America Foundation y las Community Anti-Drug Coalitions of America (CADCA, por su sigla en inglés), la Asociación de Agentes Antidrogas de California y la Asociación Nacional de Profesionales de Juzgados de Delitos de Drogas.
El segundo agrupamiento norteamericano, que habÃa celebrado su reunión regional en Vancouver en febrero, incluyó a docenas de organizaciones en la reforma de las polÃticas de drogas y la reducción de daños, bien como grupos de tratamiento, prevención y rehabilitación. Entre las organizaciones de la reunión de Vancouver que fueron a Viena estaban el Proyecto de Reforma de la Legislación sobre la Droga de la ACLU, Students for Sensible Drug Policy, Virginians Against Drug Violence, Law Enforcement Against Prohibition, la Coalición de Reducción de Daños, Break the Chains y el Institute for Policy Studies.
De muchas formas, la reunión de tres dÃas en Viena fue un debate entre los norteamericanos con las ONGs de las otras ocho regiones que, en su mayorÃa, habÃan acordado un abordaje reformador y reduccionista de daños. Y, sorprendentemente, por primera vez en un evento de la ONU, los prohibicionistas se encontraron en una minorÃa distinta.
Tras tres dÃas de discusiones a veces acaloradas, la declaración unánime de las ONGs en Más Allá de 2008 pidió:
- Reconocimiento de âlos abusos de derechos humanos contra los consumidores de drogasâ;
- PolÃticas de drogas comprobadas que se concentren en la âmitigación de los daños de corto y largo plazoâ y en el âpleno respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentalesâ;
- Que la ONU informe las consecuencias colaterales del actual abordaje basado en la justicia penal a la droga y proporcione un âanálisis de las consecuencias imprevistas del sistema de fiscalización de drogasâ;
- Abarcadoras ârevisiones de la aplicación de sanciones penales en cuanto medida de fiscalización de las drogasâ;
- Reconocimiento de la reducción de daños en cuanto respuesta necesaria y valedera a la toxicomanÃa;
- Un cambio en el énfasis primario de la interceptación al tratamiento y prevención;
- Alternativas a la reclusión;
- El dispositivo de ayuda al fomento de agricultores antes de la erradicación de cultivos de coca o adormidera;
- Admisión de que los jóvenes representan una proporción considerable de los consumidores de drogas en todo el mundo, que son afectados desproporcionadamente por las drogas y las polÃticas de drogas y que deberÃan estar involucrados activamente en la instauración de las polÃticas de drogas mundiales.
âLogramos un conjunto de declaraciones de lo que la gente del mundo cree que las polÃticas de drogas deberÃan parecerâ, dijo Graham Boyd del Proyecto de Reforma de la Legislación sobre la Droga de la ACLU. âLlegamos a un consenso sobre un conjunto de polÃticas que es bien diferente de lo que hemos visto hasta el momento. Es una divergencia de la interceptación, de los arrestos y de la reclusión y una convergencia que incluye nociones como derechos humanos y reducción de dañosâ.
âCreo que logramos bastanteâ, dijo Lennice Werth de Virginians Against Drug Violence. âFue muy importante la postura del resto del mundo y, por las reuniones regionales, se hizo evidente que todos los demás mencionaron la reducción de daños y la despenalización del consumo de drogas como objetivos. Al fin de las reuniones, el mundo entero se recostó y vio las dos facciones estadounidenses resolviendo la cuestión a puñetazos. Se hizo evidente que el mundo entero ve la luz, salvo estos intransigentes en Estados Unidosâ.
âFue un baño de realidad buenÃsimo para los prohibicionistas estadounidensesâ, dijo Sanho Tree del Institute for Policy Studies. âNunca han sido forzados a sentarse en una sala con tanta gente que ha evolucionado mucho más allá de ellos. Un verdadero despertar. E hicimos que algunos de ellos entablaran conversación con nosotros y descubrimos que tenemos mucho en común. Eso aÃsla la salida intransigenteâ.
âLa comunidad de las ONGs está unida al insistir que la ONU y los paÃses miembros respeten los derechos humanos de los consumidores de drogas y que se debe redactar todas las estrategias sobre las drogas en el espÃritu de las declaraciones de los derechos humanosâ, dijo Kris Krane, director ejecutivo del SSDP. âSi es adoptado por las Naciones Unidas, esto puede causar un impacto profundo en muchas partes del mundo en que los consumidores de drogas son tratados rutinariamente como infrahumanos y sometidos a un tratamiento que serÃa impensable aun en el contexto de las polÃticas de drogas represivas de Estados Unidosâ.
âHemos logrado unos triunfos importantesâ, dijo Frederick Polak, quien hablaba como integrante de la ENCOD, la Coalición Europea por PolÃticas de Drogas Justas y Eficaces. âPero la cuestión central para la ENCOD y sus 150 organizaciones es poner las polÃticas alternativas de fiscalización de las drogas en la agenda de la CND y de los paÃses individuales. Ya no es aceptable que las polÃticas de drogas simplemente no sean discutidas por los gobiernos y en la ONU, por lo menos no en lo relativo a los legisladoresâ.
A ese respecto, dijo Polak, Más Allá de 2008 no hizo lo suficiente. âProgresamos poquÃsimo en poner la legalización y regulación en la agenda y solamente en el sentido de que la mayorÃa ahora tiene ciencia de que la cuestión âestá en suspensoâ en Vienaâ, dijo.
El regateo entre la margen prohibicionista y el resto de las ONGs no sólo impidió la adopción de un texto más abiertamente antiprohibicionista, dijo Polak, también evitó la discusión de más propuestas a favor de polÃticas alternativas de fiscalización de las drogas, incluso una presentada por la ENCOD.
Pero entre aprobar una resolución de la sociedad civil y hacerla adoptar por la burocracia antidroga mundial hay una enorme distancia. Ahora que Más Allá de 2008 ha redactado sus resoluciones, la meta es hacer que cause algún impacto sobre las deliberaciones de las entidades de la ONU en materia de drogas el año que viene. Eso involucra no solamente comparecer a Viena, sino también inculcar en los gobiernos nacionales que necesitan seguir lo que la sociedad civil les dice.
âFue el primer cuarto de un juego a que aún le faltan tresâ, dijo Boyd. âPero nos salimos bien en el sentido de que, hasta esta conferencia, las ONGs no tenÃan un lugar en la mesa cuando se trata de discutir las polÃticas de drogas internacionales. Lo que esto significa es que cuando el paÃs se reúna y reevalúe las polÃticas de drogas internacionales en los próximos meses, sabremos que las ONGs de todos sus paÃses les han realmente convocado a reevaluar la dirección que están tomandoâ, prosiguió.
âEsto va a proporcionar tracción en pro de la reforma del sistema internacional de fiscalización de las drogas y es aún más poderoso que fuera un documento consensualâ, dijo Tree. âLos prohibicionistas estaban tan marginados que tuvieron que consentir. Algunos aun abrieron sus oÃdos y escucharon. Hemos abierto la puerta para abordajes de polÃticas de drogas como reducción de daños, salud pública, regulación y terminar con la locura de echarles la culpa a otros paÃses por nuestra demandaâ.
âAhora necesitamos asegurar que se escuchen nuestras vocesâ, dijo Boyd. âParte de eso es simplemente aparecer en Viena, pero también hablar con los representantes de nuestro gobierno nacional y garantizar que nos representen de veras. En nuestro caso, nuestro gobierno nacional no ha mostrado mucha empatÃa por las opiniones que hemos adoptado, pero somos una sociedad democrática, entonces espero que incluyan nuestros puntos de vistaâ.
Los reformadores también deben seguir atacando la prohibición de las drogas, dijo Polak de la ENCOD. âLa teorÃa de la prohibición es la de que disminuirá la producción, la oferta y el consumo de drogas. Con todo, en realidad, ha logrado lo contrario y, además, ha creado violencia, corrupción y caos que ahora destruyen millones de vidas. Es seguro decir que la teorÃa de la prohibición ha resultado ser falsaâ, dijo.
âEn cualquier otro campo de las polÃticas, se explorarÃan métodos alternativos, pero en las polÃticas de drogas internacionales, la consideración de las polÃticas alternativas es tabúâ, prosiguió Polak. âCon este argumento, los activistas de las polÃticas de drogas deben intentar convencer a la opinión pública y a los polÃticos en su paÃs de que hay una necesidad urgente de un estudio concienzudo y racional de las polÃticas alternativas de fiscalización de las drogasâ.
âEsto puede ser de baldeâ, dijo Werth, reconociendo el ritmo lento del cambio en la ONU y la incertidumbre respecto a la ocurrencia efectiva del cambio o no. âPero parece que no. La ONU sigue un ritmo vagaroso, pero sabe que no logró un mundo sin drogas y, cuando tome providencias, socavará la pandilla encargada de las polÃticas de drogas en este paÃsâ.
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