Un proyecto presentado en la legislatura pensilvana permitirÃa que jueces ordenen el tratamiento involuntario de la toxicomanÃa para personas âdependientes de las drogasâ, incluso internamiento, por petición de los familiares de esa persona. Presentado por el diputado Thaddeus Kirkland (D-Delaware), el HB 1594 contarÃa con órdenes de internamiento de 90 dÃas â aparentemente sin fin.
El proyecto permitirÃa que los tribunales ordenen una evaluación de drogas y alcohol hecha por un psiquiatra, un psicólogo especializado en evaluaciones y tratamiento para drogas y alcohol o un asesor titulado de adicción. Si los asesores consideran que el demandado necesita tratamiento, el tribunal puede imponer una orden de tratamiento de 90 dÃas. Antes que se termine el perÃodo, otra audiencia serÃa realizada y otra orden de 90 dÃas puede ser expedida. De acuerdo con el proyecto: âEl tribunal puede continuar al demandado en el tratamiento por perÃodos sucesivos de noventa dÃas según determinaciones de que la persona saque provecho de los servicios durante más noventa dÃas. El tribunal también puede ordenar seguimiento terapéutico adecuado. Si el tribunal descubre después de la audiencia que el demandado no obedeció voluntariamente a una orden, el tribunal puede declarar a la persona en desacato civil al tribunal y, en su discreción, hacer una orden adecuada, incluso internamiento del demandado en prisión por un perÃodo que no exceda seis mesesâ.
En otras palabras, si un tribunal te considera un dependiente de la droga que necesita tratamiento, en teorÃa usted puede ser detenido indefinidamente en el tratamiento o aun ser reducido a prisión si el tribunal no está satisfecho con su progreso.
Lo que vuelve el proyecto especialmente asustador es la vaguedad del concepto patrón de âdependencia de las drogasâ, el más empleado de los cuales es el que está en el Manual Diagnóstico y EstadÃstico IV (DSM-IV, por su sigla en inglés). Según sus criterios, incontables fumadores de marihuana â y aun bebedores de café â pueden ser considerados âdependientes de las drogasâ. De acuerdo con el Servicio Administrativo de Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA, por su sigla en inglés), en 2000 unos 14.5 millones de estadounidenses cuadraban con la descripción.
De acuerdo con observadores del Keystone State, es improbable que el proyecto resulte en algo. Ha estado parado en el comité durante meses. Pero, dado que representa un ejemplo espantoso del impulso totalitario de la lucha contra la droga, vale la pena mencionarlo.
Add new comment