Animados con los resultados electorales de este mes y alegres con las perspectivas de cambio con un nuevo gobierno en Washington, unos 450 activistas estudiantiles convergieron en el campus de la Universidad de Maryland en College Park el fin de semana pasado para celebrar el 10º aniversario del Students for Sensible Drug Policy (SSDP, por su sigla en inglés) en la conferencia internacional anual del grupo.
Tanto para los veteranos del SSDP como para los recién llegados, la conferencia proporcionó oportunidades para trabajar en red, inspirarse y concienciarse. Para algunos de los asistentes más jóvenes, fue una revelación.
âNo me di cuenta de cuanta gente estaba involucrada en estoâ, dijo la practicante Ericha Richards de la oficina nacional del SSDP, estudiante de primer año en la Universidad Americana. â¡Es emocionante!â
Jimmy Devine de la Universidad Franklin Pierce en Nuevo Hampshire ha estado asistiendo hace varios años, pero todavÃa encontró mucha cosa con qué entusiasmarse. âSiempre es bueno venir a la conferencia nacional para ver qué han hecho las otras sucursales y encontrar a viejos amigosâ, dijo. âY siempre buscamos nuevas ideas para llevar a casa con nosotrosâ.
El viernes, liderados por el cabildero Aaron Houston del Marijuana Policy Project (MPP, por su sigla en inglés), los estudiantes pasaron la mañana puliendo lo básico del cabildeo, luego visitaron a diputados o sus subordinados para presionarles respecto a reducciones en la disparidad entre las penas para la piedra y el polvo de cocaÃna. Los estudiantes comunicaron obtener resultados desiguales, pero eso no cae por sorpresa, y aun con diputados del lado equivocado de las cuestiones, el cabildeo hace parte de cambiar las mentalidades â y los votos.
âEsta elección trataba del cambioâ, dijo Houston del MPP. âEs una época muy emocionante, entonces ¿por qué no estamos conmemorando?â preguntó. Puede ser que, con un gobierno Obama que hace frente a una economÃa en caÃda libre y crisis en el extranjero, le echen cajas destempladas a la reforma de las polÃticas de drogas, contestó el propio Houston. âAdentramos condiciones favorables, pero hay muchas cuestiones a que Obama y el Congreso de EE.UU. hacen frenteâ.
âEl cambio va a sucederâ, dijo Adam Wolf del Proyecto de Reforma de la Legislación sobre la Droga de la ACLU. Wolf marcó una desiderata reformadora de la ACLU de reclasificar la marihuana, terminar con el monopolio del gobierno sobre el cultivo de marihuana para efectos de investigación, terminar con el enjuiciamiento selectivo de pacientes y proveedores de marihuana medicinal, abolir la disparidad en las penas para la piedra y el polvo de cocaÃna y prohibir el perfilamiento racial.
âEstoy tremendamente optimista en cuanto a las perspectivas del cambio en el Congreso de EE.UU.â, dijo Bill Piper, director de asuntos nacionales de la Drug Policy Alliance (DPA, por su sigla en inglés), quien aludió al apoyo a terminar con la veda federal a la financiación del cambio de jeringas y a reducir o eliminar la disparidad en las penas para la piedra y el polvo de cocaÃna entre los demócratas de alto rango. âYa hemos pasado lo peorâ, dijo el veterano del Capitolio. âLa gente ya no teme hablar de polÃticas de drogas y tenemos presidentes de comités fundamentales de nuestro lado. Vamos a revocar la prohibición de las jeringas y reducir las disparidades en la condenaciónâ, predijo.
âLa marihuana es más popular que los tres últimos presidentesâ, le dijo Rob Kampia, director ejecutivo del MPP, a un público que vitoreaba mientras recordaba las victorias de este año para la marihuana medicinal en Michigan y la despenalización en Massachusetts.
Con todo, los activistas estudiantiles no se quedaron en zaga a los profesionales y la anchura de las labores reformadores de las sucursales del SSDP y el número de campi que las encabezaban o auxiliaban era impresionante. Los frecuentadores de la conferencia pudieron oÃr hablar de campañas universitarias que incluyen instaurar programas de conducción segura (reducir la conducción intoxicada sin exponer a los estudiantes a la amenaza de la pena); polÃticas de sobredosis del Buen Samaritano (ni el estudiante que necesita ayuda médica ni el estudiante que la reporta enfrentan la amenaza de arresto); hacer que las escuelas paren de llamar a la policÃa para que ingrese a los dormitorios a causa de infracciones de la legislación antidroga; reformar las polÃticas de desalojo de dormitorios por violaciones en razón de consumo o tráfico de sustancias; trabajar con campañas por iniciativas electorales como las de Michigan y Berkeley; labores de concienciación pública; campañas estatales de cabildeo; entre otras.
Una sucursal, la de la Facultad Kalamazoo en Michigan parecÃa haber hecho de todo, y todo durante su primer año. En el Banquete de Premiación anual, donde los representantes recibieron el Galardón de Sucursal Destacada, se listó cantidad de logros impresionantes en la presentación. El SSDP Kalamazoo no solamente instauró un programa de conducción segura, el Buen Samaritano y polÃticas de no llamar a la policÃa para que ingrese a los dormitorios por delitos leves de drogas, también salieron del campus para reunir a una coalición de grupos comunitarios, agencias del gobierno y la policÃa en orden a obtener la aprobación para un programa de cambio de jeringas en la ciudad por primera vez.
Un punto alto de la conferencia fue el debate del sábado entre Kris Krane, director ejecutivo del SSDP, y Kevin Sabet de Students Taking Action Not Drugs. El toma y daca entre los dos, moderado por Courtland Milloy, columnista del Washington Post, cautivó al público â y lo dejó anotando los puntos en el debate como si fuera boxeo.
Si Sabet buscaba la concordancia de Krane o del público, no encontró mucho de ella. âNuestra métrica en guerra contra las drogas está equivocadaâ, dijo Krane. âDeberÃamos estar midiendo la toxicomanÃa, el consumo problemático, las tasas de contagio â no los Ãndices de consumo de drogasâ, argumentó. âHay que ser arrestado para recibir tratamiento y eso es al revésâ, dijo.
En vez de fundamentarse en el Santo Grial de la reducción del consumo de drogas, las polÃticas de drogas deberÃan tener directrices distintas, argumentó Krane. âPrimero, nadie deberÃa ser castigado por consumir drogas sin perjuicio a los demás. Segundo, deberÃamos adoptar un armazón de reducción de daños y, tercero, deberÃamos adoptar un armazón de derechos humanosâ.
âEl consumo de drogas no sucede en un vacuoâ, replicó Sabet. âMucho consumo de drogas es problemático y se puede tratar de parte de ello al lidiar con la pobreza, la atención médica y la falta de vivienda. Hay algo en comúnâ, volvió a intentar.
Momento, contestó Krane, argumentando que el consumo de drogas deberÃa ser tratado como problema de salud pública, no el ámbito de la fuerza pública.
âEl narcotráfico no es un problema de salud pública, es un problema de policÃaâ, rebatió Sabet.
âEl narcotráfico es un problema de prohibición, no un problema de policÃaâ, replicó Krane para vÃtores del público.
Davis también dijo que estaba optimista. âHay una sensación de esperanza de que podemos desarrollar una polÃtica sana en el modo por que tratamos las drogasâ, les dijo a los estudiantes, âpero hay que seguir comprometidos e involucrados. Hay que creer que el cambio no solamente es posible, sino inevitableâ.
Si el sábado fue un dÃa para panelistas y discursos, el domingo sirvió para entrar en detalles prácticos al paso que los jóvenes activistas asistÃan a una plétora de sesiones presentadas por más veteranos avezados. Los estudiantes escucharon presentaciones sobre las mejores prácticas para organización de sucursales, recaudación de fondos, ofrecer argumentos rápidos sobre la reforma, trabajar en red, habérselas con los medios, cooperar con las comunidades jóvenes y mirar más allá de la reforma universitaria, entre otros. Y se trabajó en el almuerzo, con activistas dividiéndose por regiones y tomando decisiones sobre ubicaciones para la celebración de conferencias regionales en la primavera.
Desde su principio en el Noreste de EE.UU. en 1998 con un puñado de estudiantes indignados con la disposición antidroga de la Ley de Enseñanza Superior [Higher Education Act], el SSDP se ha convertido en una organización internacional con 140 sucursales universitarias en EE.UU., Canadá, el Reino Unido y Nigeria. Con todo lo que aprendieron en la conferencia de este año, la más nueva generación de activistas pro reforma de las polÃticas de drogas ahora regresa a casa para difundir la idea y el movimiento a la próxima.
Visite el blog Drug WarRant para la serie de siete partes de Pete Guither de reportes escritos en directo desde la conferencia.
ventana del SSDP UMD, Centro Estudiantil Stamp
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