El lunes Michèle Alliot-Marie, ministra de Interior de Francia, se fue al municipio de Antibes en la Riviera francesa para inaugurar públicamente una nueva campaña francesa para castigar ejemplarmente a los conductores drogados. En la nueva campaña, unos 50.000 equipos de examen toxicológico serán distribuidos por toda Francia.

Cualquier resultado positivo debe ser seguido de un examen de sangre para asegurar que otros remedios no estén creando un falso positivo. Las consecuencias de una condenación por conducción drogada son duras: multa máxima de $6,700 y hasta dos años de cárcel.
Los exámenes no deberÃan detectar consumo de cannabis más de algunas horas después de fumar, pero tres de los 10 primeros exámenes intentados en Antibes resultaron positivos por marihuana. Por lo menos uno de los conductores protestó en vano que la última vez que habÃa fumado fue tres dÃas antes.
Los exámenes salivares, parecidos con aquellos utilizados en Australia Meridional, deben salvar cientos de vidas al año, dijeron los funcionarios franceses. Un estudio francés de 2005 indicó que fumar marihuana doblaba el riesgo de un accidente fatal. Cuando el fumar estaba mezclado con el tomar, el riesgo aumentaba 15 veces. El estudio afirmó que la marihuana causaba 230 muertes al año en las carreteras de Francia.
No todos están de acuerdo con la postura francesa respecto a la marihuana y la conducción, incluso algunos de los principales expertos en el área. El octubre último, 11 de ellos instaron polÃticas para rechazar leyes de tolerancia cero contra la conducción con perjuicio psicomotor relacionado con la marihuana. Dichas leyes no están comprobadas y pueden asechar a consumidores de marihuana que no se encuentren perjudicados, dijeron. Por supuesto, si todo lo demás no funciona, la policÃa puede examinar el detrimento real nomás, no importa la causa.
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