Un jurado totalmente blanco declaró inocente de todas las acusaciones al sargento Joe Chavalia de la PolicÃa de Lima en OhÃo por la muerte a tiros de Tarika Wilson, 27, durante una redada de la SWAT en enero contra la casa de un pequeño traficante de piedra de cocaÃna que era su concubino. Wilson fue muerta a balazos cuando se acurrucaba en la puerta de un cuarto en el segundo piso sujetando a su hijo párvulo, Sincere Wilson, en sus brazos. También le dio al niño; amputaron su dedo a causa de sus heridas.
Durante su testimonio en el juicio, el sargento Chavalia dijo que creÃa que su vida corrÃa peligro cuando ingresó a la casa y vio una âfigura sombrÃaâ en el vestÃbulo al mismo tiempo en que escuchó disparos. Luego abrió fuego, matando a Wilson. Las declaraciones en el juicio determinaron que, en realidad, los disparos que Chavalia escuchó fueron hechos por dos otros integrantes del equipo SWAT, quienes mataban a dos pit bulls en la planta baja.
âSeguro, segurÃsimo, no tenÃa dudas en aquel momento y en aquel lugar de que, sea lo que fuere, es tiroteo e intentan matarmeâ, le dijo al jurado.
Bill Kluge, abogado de Chavalia, expuso el caso con agresividad, aun rebajándose a echarle la culpa a la vÃctima por hacerse matar. Wilson habÃa escogido vivir con un narcotraficante, dijo, y no se habÃa identificado a los intrusos gritones que derrumbaron su puerta.
â¿Por qué pondrÃa a esos niños en esa situación? No sé la respuesta para esoâ, dijo Kluge. âEl amor es raroâ.
Tras escuchar tres dÃas y medio de testimonios en el caso, el jurado deliberó durante tres horas antes de declarar inocente a Chavalia.
â¿Debemos aceptarlo sonriendo? ¿Debemos creer en la justicia?â preguntó un incrédulo Ivory Austin II, hermanastro de Wilson, en comentarios reportados por el Toledo Blade.
âTenemos que hacer algo mejor. Le hemos dado a la gente la licencia para matarâ, dijo después Jason Upthegrove, presidente de la sucursal de la NAACP en Lima.
El reverendo Arnold Manley, pastor de la Iglesia Baptista del Descanso Peregrino, le dijo al Blade que fue al juicio para ver la justicia prevalecer, pero eso no sucedió. âComo pastor, estoy profundamente herido por que podamos alejarnos de esto y decir que se ha hecho justiciaâ, dijo. â¿Cómo puedo salir a decirle a la gente en las calles: âQue prevalezca la leyâ? ¿Cómo puedo decirlo? Justicia de blanco. Pesar de negroâ.
Darla Kaye Jennings, abuela de Sincere Wilson, contestó a la âjusticia de blancoâ de Lima al interponer una demanda federal de derechos civiles contra Chavalia y la Ciudad de Lima un dÃa después de anunciado el veredicto. La demanda pide compensación por las lesiones de Sincere y también un fin al âabuso policÃaco al exigir que las ejecuciones de órdenes de registro de alto riesgo se limiten a situaciones en que sean verdaderamente necesarias y en que se emplee la menor cantidad de fuerza necesaria en la situaciónâ.
De acuerdo con la demanda, el tiroteo que resultó en la muerte de Wilson y en las lesiones de su hijo fue âexcesivo, irrazonable y completamente innecesarioâ. La demanda agregó que el sargento Chavalia actuó âde modo negligenteâ cuando se valió de fuerza letal.
Otro policÃa asesino se ha zafado. Pero tal vez la Ciudad de Lima aprenda una dura lección cuando sea forzada a pagar por sus fechorÃas.
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