El miércoles, John Howard, el primer ministro australiano, lanzó una dura ofensiva contra las drogas y sus usuarios mientras hacÃa campaña en Brisbane â y no escatimó la marihuana. Ãl también afirmó que su postura antidroga rigurosa ha sido justificada por los cambios en la opinión pública australiana.
Howard siempre ha sido un fanático de la guerra a las drogas y enemigo incondicional de cualquier liberalización de las leyes antidrogas, pero, esta semana, lo que lo provocó fue un escándalo a propósito de un astro del fútbol australiano y un incidente en Nueva Gales del Sur en que niños son sospechosos de haber ingerido pastillas de éxtasis en un patio de recreo. Por lo menos los problemas pueden ser parcialmente tratados por intermedio de la semántica, sugirió Howard.
âCreo que una de las cosas que tenemos que hacer es parar de ensalzarlas llamándolas drogas lúdicas o drogas de fiesta. Todas las drogas son maléficasâ, opinó el primer ministro. âDurante 11 años y medio, he predicado una polÃtica de tolerancia cero. Fui ridiculizado hace ocho o nueve años, aun por personas de mi propio partido. Estaban equivocados. Y muchos en el Partido Laborista no tenÃan razónâ.
Howard también se felicitó por enfrentar a un misterioso âellosâ. âEllos querÃan legalizar la marihuanaâ, dijo. âSiempre fui en contra de eso. Por fin, la comunidad, de algunas maneras, ha entrado en razón respecto de la marihuanaâ.
Los australianos precisan cambiar sus conductas con relación a las drogas, reprendió Howard. âSon maléficas, todas ellas, y deberÃa haber una condenación social intransigente de las drogasâ, dijo. â¿Por qué no podemos tener la misma conducta hacia las drogas que una gran parte de la comunidad ha desarrolado hacia el tabaco?â preguntó.
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