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Reducción de daños: Están en curso las discusiones sobre el local de inyección segura de San Francisco

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Ahora, Vancouver es la única ciudad en Norteamérica a tener un local de inyección segura para consumidores de drogas, pero, si algunos activistas y funcionarios de la salud pública se salen con la suya, San Francisco puede ser la próxima. El jueves, la Secretaría de Salud Pública de la ciudad realizó un simposio de un día entero sobre el tema y aunque los funcionarios públicos estén guardando las distancias, el simposio puede ser el primer paso en un esfuerzo para traer la medida de reducción de daños a los EE.UU.

Actualmente, los locales de inyección segura están funcionando en unas 65 ciudades en ocho países – la mayor parte en Europa, pero también en Australia y Canadá. Dichos locales han demostrado reducir sobredosis, el comparto de jeringas y la proliferación de enfermedades de transmisión sanguínea como el VIH/SIDA y la hepatitis C y también los delitos de poca gravedad y demás problemas sociales. También han demostrado seducir a algunos clientes al tratamiento de la drogodependencia sin incrementar el consumo de drogas en general.

En San Francisco, las sobredosis son una de las principales causas de muerte y la hepatitis C está alcanzando niveles epidémicos, de acuerdo con funcionarios de la salud. La Secretaría de Salud Pública dice que no va a adoptar una postura respecto de los locales de inyección segura, sino que apenas quiere abrir un diálogo sobre el tema.

“Todo lo que queremos es tener reacciones”, le dijo Grant Coffax de la secretaría a KGO News. “La meta de la secretaría es hacer que los adictos y usuarios de drogas ingresen al tratamiento, hacer que entren en el tratamiento para reducir su daño, hacer que, en última instancia, paren de consumir”, dijo.

Con todo, la secretaría parece muy interesada en la idea. “Hay datos que apoyan el abordaje en términos de reducir sobredosis y reducir realmente las jeringas desechadas alrededor del perímetro de estos locales”, señaló Coffax.

La policía de San Francisco está menos entusiasmada. “Aún habría esa gente que vende estupefacientes en las calles de San Francisco, que tan frecuentemente se transforman en confrontos violentos, aún pudiendo hacerlo y facilitarlo”, dijo el subjefe de policía Morris Tabak. Como les sucede con tanta frecuencia a los oficiales de la ley, Tabak no observó que los problemas que describió son el resultado de la prohibición de las drogas, no cualquier calidad inherente a ellas o a sus propios usuarios, ni tampoco que la ciudad ya tiene que enfrentarse ahora a las ventas de esas drogas en la calle.

Y la alcaldía tampoco está pidiendo la adopción de la idea a gritos. “El alcalde no está dispuesto a apoyar este abordaje, que, si va a decir verdad, puede terminar creando más problemas que los que trata”, le dijo el vocero Nathan Ballard al columnista C.W. Nevius del San Francisco Chronicle, quien ha estado escribiendo sobre el tema durante los dos últimos meses.

A activistas como Hilary McQuie, directora de la Harm Reduction Coalition en la región oeste, eso no les coge de nuevas. “En el futuro habrá un montón de sentimientos fuertes”, dijo. “Es un tema importante y esperamos entablar una conversación”.

Oficialmente, esa conversa entró en curso ayer, demasiado tarde para que los pormenores fueran incluidos en la Crónica esta semana. Busque una actualización la semana que viene.

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