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Reportaje: Los presidenciables y las políticas de drogas II – Republicanos

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Como las elecciones presidenciales de 2008 ya están a menos de un año de suceder, las campañas para las propuestas demócratas y republicanas a la presidencia ya están en plena marcha. La semana pasada, la Crónica de la Guerra Contra las Drogas examinó las posturas asumidas por los candidatos demócratas respecto de las cuestiones de reforma de las políticas de drogas y qué quiere decir eso sobre el estado del movimiento y las perspectivas para el cambio. Esta semana, les echamos un vistazo a los candidatos republicanos.

¿Cómo será que las encuestas afectarán la guerra a las drogas?
Así como hicimos con los demócratas, la Crónica ha enviado a cada campaña una solicitación de entrevista y una lista de preguntas sobre una variedad de temas de las políticas de drogas que van de la marihuana (despenalización y marihuana medicinal) y la disparidad en las condenas para la piedra y el polvo de cocaína a la cuota de gastos antidrogas federales y cuestiones de políticas de relaciones exteriores relacionadas con las drogas (Afganistán, México, los Andes). Apenas dos de las campañas demócratas se dignaron a dar respuestas pro forma; hasta el momento, ninguna de las republicanas lo ha hecho.

Para los reformadores de las políticas de drogas, en tanto que los demócratas son decepcionantes en su mayoría, el campo republicano es completamente asustador. A excepción de Ron Paul, la mayoría de los candidatos adopta el rol del luchador antidroga, pese a que, como sucedió con los demócratas, la reforma de las políticas de drogas no sea muy importante en la campaña para la propuesta del Partido Republicano.

Esta semana, la Crónica va a utilizar dos guías congresales del votante, uno de la revista Cannabis Culture de Marc Emery y otro de la Drug Policy Alliance. Por supuesto, apenas tres de los candidatos republicanos son congresistas, entonces vamos a ver si hay otras maneras de determinar las posturas de los candidatos en las políticas de drogas también. Además, vamos a proporcionar la nota dada a cada candidato por el Granite Staters for Medical Marijuana, el esfuerzo financiado por el Marijuana Policy Project para hacer que los candidatos se manifiesten públicamente con respecto a la marihuana medicinal.

He aquí los candidatos republicanos y sus posturas e historiales en los temas de las políticas de drogas:

El congresista Ron Paul de Tejas: Pese a que sea un antiguo oponente de la guerra a las drogas y favorezca acabar con la prohibición de las drogas, la página web de Paul no hace mención ni de la criminalidad ni de las drogas. Su página de tema “Vida y libertad” trata de su posición contra el aborto, en tanto que su página de tema “Privacidad y libertad personal” hace advertencias en contra de la Ley Patriota [Patriot Act] y demás intrusiones en la privacidad de los ciudadanos. Con todo, seguramente él ha hecho su parte en pro de la causa en el Congreso, incluso defendiendo la Ley de Derechos de los Estados a la Marihuana Medicinal [ States' Rights to Medical Marijuana Act], la Ley de Eliminación de Barreras para las Víctimas del Katrina [Elimination of Barriers for Katrina Victims Act] y la Ley del Cáñamo Industrial [Industrial Hemp Act], todos los cuales están tramitando en el Congreso. Paul se ha conseguido una puntuación perfecta de la DPA y la Cannabis Culture lo llamó “el congresista más grande del 109º Congreso”. Él se granjeó un “A+” del Granite Staters por su opinión de derechos de los estados en la marihuana medicinal.

El ex alcalde de la Ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani: Giuliani hizo su carrera como fiscal federal que luchaba contra la criminalidad, no hace mención de las drogas en su página web, pero sí asume el crédito por reducir la criminalidad en la Ciudad de Nueva York. Como alcalde, él encabezó un enorme incremento en los arrestos por marihuana como parte de su estrategia “ventanas rotas” de lucha contra la criminalidad. Él también es enemigo de los cambios de jeringa y de la manutención con opiáceos, habiendo intentado forzar a 2.000 adictos a parar de consumir metadona y a entrar en programas de abstinencia, una acción que, por fin, fue cancelada. Giuliani hizo famosamente un recorrido junto con el entonces senador Alphonse D’Amato para arrestar a traficantes de crack y hace alarde de ser “duro con el crimen”. Él se consiguió un “F” del Granite Staters por no solamente rehusarse a decir que detendría los allanamientos de la DEA, sino también por añadir que la marihuana es una pantalla para legalizadores de las drogas. El Giuliani pro policía también difamó la reputación de Patrick Dorismond, un guardia de seguridad negro muerto por oficiales de la Policía de Nueva York después que él se negó a venderles marihuana, diciendo que no era ningún “santo”. Giuliani tiene credenciales consumadas como luchador antidroga y todos los indicios de que va a seguir abrillantándolas.

El ex gobernador de Arkansas, Mike Huckabee: Huckabee no hace mención de las drogas ni de la criminalidad en su página web, pero el pastor baptista que toca la guitarra parece ser a favor de la compasión en lugar de la venganza cuando se trata de las políticas de drogas. Aunque, en los últimos años, él haya pedido más financiación federal para la guerra a las drogas y penas más estrictas para los delitos relacionados con las drogas, este año él ha cambiado de opinión. Ahora, pide más juzgados de delitos de drogas y rehabilitación en vez de la encarcelación y ha condenado lo que llamó “sistema penitenciario basado en la venganza”. Por otro lado, Huckabee dijo que la concienciación sobre las drogas no funciona porque su consumo es parte de una cultura narcisista y que el Medicare se declararía en quiebra en cuanto los viejos hippies se percaten de que pueden recibir drogas gratis. Huckabee recibió un “F” del Granite Staters por decir que le dejaría la pregunta de las redadas a la DEA y cuestionar el valor de la marihuana en cuanto remedio.

El congresista Duncan Hunter de California: La página web de Hunter no hace mención ni de las drogas ni de la criminalidad, salvo en el contexto de la frontera, en que él es un defensor de la construcción de cercas. Él ha votado contra la financiación federal de los cambios de jeringa y la marihuana medicinal en el Distrito de Columbia y votado a favor de los exámenes toxicológicos para funcionarios federales. Conservador fiscal, Hunter se granjeó 50% de la DPA a causa de sus votos en contra de la financiación de las subvenciones Byrne y de la campaña mediática antidroga del secretario antidroga para los jóvenes y en favor de la expansión del acceso a la buprenorfina. Pero Hunter también votó para permitir el proseguimiento de los allanamientos de la DEA y para financiar el Plan Colombia, lo que le consiguió una nota roja de la Cannabis Culture, que lo calificó como “malo para los Estados Unidos y malo para California”. Hunter recibió un “F” del Granite Staters por apoyar las redadas de la DEA contra sus electores que consumen marihuana medicinal.

El senador John McCain de Arizona: John McCain no tiene nada ni sobre las drogas ni sobre la criminalidad en su página web, pero ha sido un halcón de la guerra a las drogas durante años. Él dijo que el gobierno Clinton “desertó de la guerra contra las drogas”, dijo que hemos estado perdiendo la guerra a las drogas desde los días felices de Nancy Reagan, fue autor de un proyecto de ley que prohibiría fondos federales para programas de tratamiento de la drogodependencia que se valen de la terapia de manutención con opiáceos y pidió condenas más largas para delitos de drogas. Aún está haciendo de las suyas este año, pidiendo en septiembre la intensificación de la guerra contra las drogas y rechazando con aspereza el pedido de terminar con las redadas de la DEA contra proveedores y pacientes de marihuana medicinal. Él llama la marihuana “droga inicial”, de acuerdo con el Granite Staters, que le dio un “F”. En más de una ocasión, él ha dicho que discrepa con la ley que les quita la beca universitaria a los estudiantes en razón de condenaciones por delitos de drogas, pero nunca ha hecho nada para eliminarla.

El gobernador de Massachussets, Mitt Romney: En su página web, Romney atacaba las drogas como parte de su agenda pro familia: “Estoy preocupado por la cultura de las drogas, preocupado por la pornografía, la violencia, el sexo, las perversiones que ellos [los niños] ven día sí, día no”, dijo, resaltando sus comentarios en las votaciones no oficiales del Partido Republicano de Iowa en agosto. Aunque su historial en las políticas de drogas sea escaso, este año él felicitó el gobierno colombiano por su lucha contra los “narcoterroristas despiadados” y he aquí su respuesta tortuosa a una pregunta general respecto de las políticas de drogas: “Ha sido decepcionante ver la trayectoria de la guerra contra las drogas. ¿Estamos progresando en algunas áreas? Sí. Gastamos cerca de $750 millones apenas en Colombia para ayudarlos a erradicar el crecimiento de la cocaína allí. Estamos gastando una cantidad considerable en Afganistán para intentar reemplazar aquel cultivo. Este, estamos gastando bastante intentando impedir que las drogas crezcan alrededor del mundo. No estamos haciendo un buen trabajo en ayudar a los niños a decidir no experimentar drogas y ésa es una de las frustraciones que siento. La gente habla de la marihuana medicinal y, ¿sabes qué?, se escucha ese cuento: La gente enferma necesita marihuana medicinal. Pero la marihuana es la droga de entrada para la gente que intenta viciar a los niños en las drogas. No quiero la marihuana medicinal. Hay formas sintéticas de marihuana que están disponibles para las personas que la necesitan por receta. No abran paso para la marihuana medicinal”. Como es lógico, Romney recibe un “F” del Granite Staters.

El congresista Tom Tancredo de Colorado: A fines de los años 1990, Tom Tancredo votó en la prohibición de fondos para el cambio de jeringas y la marihuana medicinal en el Distrito de Columbia, pero ha cambiado de opinión respecto de la segunda cuestión. Él ha votado a favor de la enmienda Hinchey-Rohrabacher y el Granite Staters le dio un “A+” por su postura de derechos de los estados en la cuestión de acabar con los allanamientos de pacientes y proveedores perpetrados por la DEA. Tancredo recibió una puntuación de 67% de la DPA por votar contra las subvenciones Byrne a los destacamentos antidrogas, por la Hinchey, por reducir la financiación para el Plan Colombia y por la expansión del acceso a la buprenorfina. De las cuestiones de la DPA, Tancredo votó equivocadamente apenas en no exigir que los destacamentos antidrogas prohíban la discriminación racial y en la financiación de la campaña mediática antidroga del secretario antidroga para los jóvenes. Postulando ante todo como candidato que está en contra de la inmigración ilegal, los comentarios de Tancredo respecto de las cuestiones de las políticas de drogas se han relacionado principalmente con la seguridad de las fronteras – él quiere más – y las organizaciones mexicanas del narcotráfico – él quiere menos de ellas. La Cannabis Culture le dio una nota “D”, pero aún lo felicitó por apoyar la marihuana medicinal y votar contra la financiación de las subvenciones Byrne.

El ex senador de Tennessee, Fred Thompson: Thompson no hace mención ni de las drogas ni de la criminalidad en su página web, pese a que, en su sección sobre el fortalecimiento de las familias, él dice que favorece los derechos de los estados. Pero esa opinión no ha resultado en una postura clara en oposición a las redadas de la DEA contra pacientes y proveedores de marihuana medicinal. Cuando se trata de eso, el punto de vista de Thompson es más ambiguo, dejándolo con una nota “incompleto” del Granite Staters. Como senador, él votó a favor de gastar fondos internacionales de fomento en la fiscalización de las drogas y a favor de aumentar las penas para delitos de drogas. Pero él también ha criticado la DEA, argumentando que la agencia no tenía metas significativas de desempeño en 2001. En esta campaña, las principales menciones de las drogas relacionadas con la campaña de Thompson tienen que ver con el asesor íntimo que se vio forzado a despedir después que su antigua condenación por tráfico de drogas salió a luz.

Los candidatos republicanos son una mezcolanza a los ojos de los reformadores de las políticas de drogas, que va de lo excelente (Ron Paul) a lo preocupante (Giuliani, McCain), pero, en total, los candidatos del Partido Republicano parecen más hostiles a la reforma de las políticas de drogas que los demócratas.

“Aunque no esperemos mucha cosa de los demócratas, algunos de los republicanos son agresivamente ruines”, dijo Bruce Mirken, director de comunicación del Marijuana Policy Project.

“Es probable que los demócratas sean malos, pero ¿será que pueden ser tan malos como los republicanos?” preguntó Bill Piper, director de asuntos nacionales de la Drug Policy Alliance.

La cosa puede ponerse fea aun antes de las elecciones, dijo Eric Sterling, director de la Criminal Justice Policy Foundation. “Las políticas de drogas no han sido una cuestión muy importante en esta temporada de las primarias, pero alguien como Giuliani, para quien luchar contra la criminalidad es una alegación de suma importancia, puede intentar volverlas una cuestión o en las primarias o en la campaña de las elecciones generales”, dijo. “Me sorprendería si no plantea la cuestión en las generales, pero no sé si va a devenir algo más que un par de discursos en la Orden Fraternal de la Policía o en la Asociación Internacional de los Jefes de Policía”.

Para Kevin Zeese, activista pro reforma de las políticas de drogas de largo tiempo y candidato al Senado de Maryland por un partido tercero en 2006, las opiniones débiles con respecto a las políticas de drogas de los grandes candidatos en los dos partidos es apenas otra señal más de los problemas del sistema bipartidista. “Mire las cuestiones más urgentes del día – millones sin asistencia sanitaria, un récord de muertes en Irak -, el gobierno no puede lidiar con todas estas crisis, ni hablar de cosas como las políticas de drogas en que es demasiado fácil adoptar el estatus quo”.

La respuesta no es dar el voto a partidos que quieran seguir con políticas desastrosas y fracasadas de lucha contra las drogas, dijo Zeese. “Hay que hacer que esos partidos se den cuenta”, dijo. “Alguien va presentarse como candidato verde, alguien va a postular como libertariano. La cuestión es: ¿los reformadores de las políticas de drogas tienen el coraje de votar con sus convicciones o, por el contrario, van a votar en la gente que quiere ponerlos en la cárcel?”.

En muchos sentidos eso no parece incluir a la mayoría de los grandes candidatos en los dos partidos. Los republicanos tienen a Ron Paul y los demócratas tienen a Dennis Kucinich y Mike Gravel. Pero es improbable que los eventuales candidatos sean personas tan esclarecidas como ellos en las políticas de drogas o dispuestas a decirlo.

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