La apartidista New Zealand Drug Foundation (NZDF, por la sigla en inglés) está intentando empezar la renovación del debate nacional a propósito de las polÃticas de marihuana en el paÃs y parece que está funcionando. Desde su pedido de una âconversación nacionalâ hace una semana, la NZDF se ha conseguido bastante atención de los medios y ha provocado respuestas de grupos activistas, partidos polÃticos y funcionarios del gobierno.
De acuerdo con una reciente investigación nacional, 18% de los neocelandeses que tienen entre 15 y 45 años son consumidores asiduos, en tanto que 58% de ese grupo la han consumido por lo menos una vez. Pero aunque los niveles de consumo sean relativamente altos, el apoyo a la legalización de la marihuana ha caÃdo, de acuerdo con encuestas encargadas por la NZDF que fueron lanzadas la semana pasada.
Esas encuestas descubrieron que apenas 19% quieren que las leyes sobre la marihuana sean liberalizadas, una caÃda con relación a los 60% en 2000. El estudio encontró que 46% estaban satisfechos con el estado de las cosas, mientras que 34% querÃan que las leyes fueran más rigurosas.
La NZDF no opina respecto de la reforma de la ley sobre la marihuana, pero argumenta que las polÃticas deberÃan estar basadas en pruebas cientÃficas. âLa mala información y la histeria no ayudan una sociedad a tratar con el consumo de cannabis con eficiencia y los estigmas en torno al consumo y el recelo de enjuiciamiento prohÃben a menudo que la gente dependiente del cannabis busque la ayuda tan necesariaâ, dijo Bell.
âEl parlamento no ha tratado del cannabis desde la Investigación de la Comisión de Sanidad en 2000, que sà hizo una serie de recomendaciones. Sin embargo, el debate fue sofocado por el acuerdo de coalición en 2003 entre el gobierno y el United Future, que congeló de hecho el estatus legal del cannabisâ, señaló Bell.
âPero aunque los polÃticos ignoren el problema de la marihuana, siguen sus perjuicios sociales acompañantes. Nosotros necesitamos que el gobierno se ponga a la cabeza en la formulación de una discusión de polÃticas buenas y bien investigadas que estén basadas en las mejores pruebas. Necesitamos que los sectores del tratamiento de la adicción, de la salud pública y de las polÃticas de drogas se manifiesten e inyecten su conocimiento en el debate tambiénâ, dijo.
El Partido Verde de Nueva Zelanda fue rápido en aclamar el pedido de renovación de la conversación sobre la marihuana. âEl debate de las drogas en Nueva Zelanda queda dominado por el miedo y la ansiedad con mucha rapidezâ, dijo la parlamentaria verde Metiria Turei en un comunicado de prensa la semana pasada. âDesarrollar un abordaje sensible a los consumos de drogas deviene muy difÃcil en ese tipo de climaâ.
Citando cifras del consumo de marihuana, Turei dijo: âEn vez de que estos datos indiquen que uno en cada dos neocelandeses es un criminal estropeado por las drogas, ellos muestran que las polÃticas del gobierno actual no están basadas en la realidad de la situación y no contribuyen para el desarrollo de un comportamiento socialmente responsableâ.
El cannabis deberÃa pertenecer a un sistema reglamentar general para las drogas que incluya el alcohol y el tabaco y el pedido de la NZDF es un primer paso importante, dijo ella. âUn debate nacional equilibrado e informado que sea facilitado por la Drug Foundation será un paso excelente hacia desarrollar un abordaje constructivo al consumo de drogas, en vez de la respuesta oficial vaga, soñadora y, por fin, perjudicial que existe actualmenteâ, de acuerdo con Turei.
Jim Anderton, viceministro de Sanidad para polÃticas de drogas, no estuvo de acuerdo con la afirmación de Bell de que el gobierno habÃa ignorado la marihuana en busca de la amenaza de la droga del dÃa. âDebo decir que estoy sorprendido y preocupado por los comentarios del director ejecutivo de la Drug Foundation, la de que los polÃticos no quieren conversar sobre el cannabis porque ello no es una âcuestión ganadora de votosâ. ¡No es posible que hable de mÃ!â dijo Anderton en su propio comunicado de prensa. âHe hablado del mal que hace en encuentros por todo el paÃs y en algunos de esos él también estaba presenteâ, observó.
âEl parlamento no va a ignorar la cuestiónâ, dijo Jim Anderton, señalando la investigación de cuatro años atrás. âHubo una investigación del cannabis hecha por el Comité Selecto de Sanidad en 2003 con varias recomendaciones hechas al gobierno. Las labores delineadas arriba han sido parte de la respuesta del gobierno a esas recomendacionesâ.
âA mi juicio, ahora el jurado trata del cannabis â a partir de investigaciones en Nueva Zelanda y en el extranjero, el cannabis es una droga mucho más nociva que sus defensores han declarado hasta el momento y alentarÃamos su consumo con riesgo especÃfico para nuestros jóvenes ciudadanos. Seguramente, en el alcohol y el tabaco tenemos problemas serios suficientes de consumo inmoderado que tratar y me sorprende que la New Zealand Drug Foundation tenga cualesquier dudas con respecto a esoâ, dijo Anderton.
La NORML Nueva Zelanda, a su vez, pidió un abordaje âlúcidoâ a una nueva discusión de las polÃticas de marihuana. También discrepó con las nuevas cifras de la encuesta que daban a entender que el apoyo a la legalización habÃa caÃdo.
âLa última encuesta preguntó si las leyes sobre el cannabis deberÃan ponerse âmás durasâ o âmás liberalesâ, pero las anteriores habÃan preguntado si la gente querÃa la continuación de la prohibición, la despenalización o la legalización. Si se cambia la pregunta, por supuesto que el resultado va a cambiar. No hay que pensarloâ, dijo el grupo en un comunicado de prensa. âSi hubieran hecho la misma pregunta, creemos que hallarÃan que hay un fuerte apoyo a la reforma de la legislación sobre el cannabis. Hay muy poco apetito público de arrestar y prender a adultos responsables que consumen cannabis en la privacidad de sus propios hogares, con todo, ésa es la realidad cotidiana de las leyes existentes sobre el cannabisâ.
La prohibición no es la respuesta, dijo la NORML Nueva Zelanda. âMuchos quieren que el acceso al cannabis sea más riguroso, pero la prohibición apenas da una ilusión de severidad. Detrás de fachada, es muy fácil que menores de edad tengan acceso al cannabis siempre que quieran. No se pide identificación y los compradores entran frecuentemente en contacto con otras drogas. Si queremos en serio leyes que sean más duras con el cannabis, la mejor manera de hacerlo es regularizar y autorizar su venta, inclusive con la imposición estricta de una edad para la compraâ.
Y asà empieza otra vez la conversación en Nueva Zelanda.
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annana
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