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El libertariano Instituto Catón fue la escena de la confrontación de las polÃticas de drogas el jueves último, mientras un destacado funcionario del Gabinete de PolÃtica Nacional de Control de las Drogas (ONDCP, sigla en inglés â la secretarÃa antidroga) y dos de los crÃticos académicos más duros del ONDCP intercambiaron pullas y expusieron estadÃsticas respecto de las metas del ONDCP, si las logra y cómo trata â o maltrata â los datos.
El Dr. David Murray, jefe de ciencia del ONDCP, estuvo en un aprieto cuando los profesores de la Universidad Estadual Apalache, Matthew Robinson (justicia penal) y Renee Scherlen (ciencia polÃtica), los autores de "Lies, Damned, Lies, and Drug War Statistics: A Critical Analysis of Claims Made by the Office of National Drug Control Policyâ [Mentiras, malditas mentiras y las estadÃsticas de la guerra a las drogas: Un análisis crÃtico de las afirmaciones hechas por el Gabinete de PolÃtica Nacional de Control de las Drogas] sometieron su agencia a un ataque sostenido por lo que ellos llamaron mal uso y manipulación de los datos usados para evaluar si el ONDCP está haciendo su trabajo.
Explicando que Scherlen y él habÃan analizado consecutivas Estrategias Nacionales de Control de las Drogas anuales, el documento en que el ONDCP establece sus metas y mide sus éxitos en alcanzarlas, Robinson pasó inmediatamente a la ofensiva. âNuestro análisis sugiere que la estrategia sobre las drogas no es un documento honesto, sino, en verdad, apenas un documento polÃtico que apenas refuerza la ideologÃa dominante de la guerra a las drogas y mantiene el estatus quoâ, dijo él.
Entonces, Scherlen y él pasaron los próximos 30 ó 40 minutos mostrando cómo exactamente el ONDCP manipulaba los datos, cambiaba las metas, mezclaba las estadÃsticas y apalancaba los datos sobre el consumo de drogas, sobre el costo de la guerra a las drogas y sobre el éxito de las polÃticas de drogas estadounidenses en Latinoamérica. âEl ONDCP cambió los blancos en sus presupuestos y estrategias nacionales, imposibilitando evaluar si está cumpliendo bien sus metas de la guerra a las drogas o noâ, dijo Robinson. âSe concentra en buenas noticias como caÃdas de corto plazo e ignora las malas noticias, presenta selectivamente las estadÃsticas favorables a su caso y a veces hace afirmaciones que son puramente falsasâ.
âCuando se trata de estadÃsticas, ellos inventan los documentosâ, resumió Scherlen.
âÃste no es el mejor momento del [Instituto] Catónâ, replicó Murray, tras pasar por el ataque sostenido. âHemos presenciado un ataque contra mi integridad, la de mi jefe y la del ONDCP. ¡Vaya!â, exclamó. âEs una incriminación devastadora... si fuera verdad, pero no lo es. En cambio, es una serie de confusiones, malentendidos e ignorancia de la parte de los investigadores, que proyectan en nosotros en cuanto nuestra perfidia y engaño intencionalâ.
Murray atacó a Robinson y Scherlen por incluir los datos de consumo de drogas de los años 1990 y sugirió que el ONDCP y su director actual, John Walters, no deberÃan ser culpados por lo que él describió como los fracasos del gobierno Clinton. âNo fue este gobierno que estaba estableciendo las metas y rindiendo cuentas entonces. Hemos presenciado progreso desde que Walters asumió en 2001â, dijo, citando las recientes tendencias descendentes en el consumo de drogas entre los jóvenes.
Murray también hizo la afirmación atÃpica de que las menciones en las salas de urgencias y muertes relacionadas con las drogas en alza âno son medidas actuales del consumo de drogas en alza o bajadaâ, sino, en cambio, reflejan las decisiones de años atrás de comenzar el consumo de drogas.
Ãl también atacó la idea de que terminar la prohibición de las drogas reducirÃa el daño, diciendo que la idea de que las leyes sobre las drogas, no las drogas, eran el problema era âun engaño salido de discusiones de dormitorio en noches toledanas en la facultadâ. Pero, más una vez, él usó unos argumentos poco comunes. âMiren como está México, la muerte y la destrucción del narcotráficoâ, discutió, â¿son las leyes que hicieron que esto suceda o que estas sustancias sean profundamente peligrosas?â Algunos alientos después, Murray se burló diciendo: â¿Creen que las personas no les pegarÃan a sus esposas cuando estuvieran colocadas?â si las drogas fueran legales.
Aparte del exceso retórico, Murray también se valió del argumento prohibicionista más fuerte: âEstamos salvando vidas y reduciendo las patologÃas sociales; cuando diminuimos el abuso quÃmico, causamos impacto. Tenemos que intentar reducir la oferta y la demandaâ.
Fue un buen evento, dijo Timothy Lynch, director del Proyecto de Justicia Penal del Instituto Catón, quien presentó la discusión. âNormalmente, se es rechazado por el ONDCP, entonces quedamos satisfechos que ellos decidieran mandar a un representanteâ, dijo Lynch. âFue la primera vez que he visto a este tipo. Ãl llegó y su presentación empezó con energÃa, pero mientras proseguÃa empezó a perder a las personas y se puso condescendiente. No creo que estuviera conquistando a alguien para su posiciónâ.
Escuchar la discusión debe ser útil para los demás también. âSerá un buen recurso para la gente que se prepara para la venida del secretario antidroga Walters o Murray a sus áreasâ, dijo Lynch. âPueden escuchar los argumentos y preparar sus refutacionesâ.
âLos autores hicieron un buenÃsimo trabajo delineando una serie de problemas en la manera que los datos son presentados por el ONDCPâ, dijo Eric Sterling, director de la Criminal Justice Policy Foundation. âLa respuesta de Murray no fue muy directa y él tomó parte en ataques ad hominem. Pero, es un agente de relaciones públicas muy eficaz, él tiene voz y presencia buenas y parece tener mucha autoridadâ.
Una cosa que espantó a Sterling, dijo, fue el cambio de tÃtulo de Murray. âÃl solÃa ser un analista sénior de polÃticas, pero ahora él lleva el tÃtulo de jefe de ciencia. Parece muy creÃble y confiable, pero es una pasada de relaciones públicas que alguien que es, en esencia, un vocero y propagandista asuma ese tÃtuloâ, dijo Sterling.
âRespeto muchÃsimo al Dr. Murray por venir a estos eventos y ponerse en una situación en que está totalmente en desventajaâ, dijo Tom Angell, director de relaciones gubernamentales del Students for Sensible Drug Policy. âPor supuesto, no estoy de acuerdo con 99% de lo que dice, pero es bueno que esté saliendo para conversarâ.
Como dijo el Mahatma Gandhi: âPrimero te ignoran. Luego se rÃen de ti. Después te atacan. Entonces ganasâ. Por la presencia de Murray y la respuesta a las crÃticas, parece que ahora estamos en algún lugar entre los estadios dos y tres.
Vea o escuche el foro en inglés en los archivos de la página web del Instituto Catón aquÃ.
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