El lunes, el gobierno mexicano anunció que ha reemplazado a todos los jefes de la policÃa federal en todos los 31 estados y el Distrito Federal para determinar si están combatiendo el narcotráfico o encubriéndolo. La medida sucede después de seis meses de ofensiva del presidente Felipe Calderón contra los dichos carteles poderosos y violentos que ha presenciado el enjambre de más de 20.000 soldados y policÃas en ciudades y estados considerados semilleros del narcotráfico.
Los 32 jefes purgados deben someterse y pasar en exámenes toxicológicos y en el detector de mentiras antes de ser reconsiderados para sus cargos. Su estatus financiero también será examinado. Si pasan por la inspección, deben ser entrenados nuevamente antes de ser reasignados.
La corrupción relacionada con la prohibición de las drogas ha sido la perdición de las agencias de seguridad mexicanas durante décadas. Ahora, más una vez, la purga de la policÃa es vista como algo necesario por los altos funcionarios. Justo el mes pasado, seis policÃas federales fueron arrestados por proteger cargamentos de cocaÃna en el aeropuerto de Mexicali.
âCada policÃa federal está obligado a desempeñar su cargo con legalidad, honradez y eficienciaâ, dijo el secretario de Seguridad Pública, Genaro GarcÃa Luna, en una rueda de prensa el lunes anunciando la limpia. âEn el combate contra la criminalidad, tenemos estrategias. Uno de los ejes de esta estrategia es la profesionalización y depuración de los cuerpos de policÃaâ.
Cerca de 7.000 de los 20.000 policÃas federales de México, quienes investigan los delitos de drogas y los homicidios, han sido asignados a trabajar junto con los más de 12.000 soldados desplegados en la guerra contra las drogas de Calderón. Han surgido temores de que la policÃa, que trabaja lado a lado con los soldados, pueda estar socavando la campaña de Calderón al pasarles información a los narcotraficantes.
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