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Comunicado de Prensa: Vote Hemp Expone las Mentiras del ONDCP y de la DEA Sobre la Agricultura del Cáñamo

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(comunicado de prensa de la Vote Hemp)

El Gobierno Canadiense Sabe Decir la Diferencia Entre Cáñamo y Marihuana, ¿Por Qué los EE.UU. No?

WASHINGTON, DC – El 28 de enero de 2007 en el artículo del Minneapolis Star Tribune "Industrial hemp producer? Plan raises feds' suspicions” [¿Productor de cáñamo industrial? Plan plantea las sospechas de los federales], se citó la siguiente declaración de Tom Riley del Gabinete de Política Nacional de Control de las Drogas (ONDCP) de la Casa Blanca:

”Hay agricultores legítimos que quieren experimentar un nuevo cultivo”, dijo Riley. “Pero hay otro grupo, muy entusiasta, que quiere permitir el cultivo de cáñamo porque cree que ello llevará a la legalización de facto de la marihuana”. El sr. Riley prosiguió con “La última cosa que la gente de la ley necesita es la diseminación del cultivo de las plantas que aparentan ser marihuana. ¿Vamos a pedirles permiso para ir de fila en fila, campo por campo, para hacer la distinción entre cáñamo legal y marihuana?”

“El ONDCP está equivocado en su caracterización de los defensores del cáñamo industrial y no hay pruebas de que los agricultores que cultivan cáñamo industrial estén escondiendo plantas de marihuana en sus campos, sea en Canadá o en cualquier otro lugar”, dice el presidente de la Vote Hemp, Eric Steenstra. “En razón de la imposibilidad de evitar la polinización cruzada de cáñamo industrial de bajo THC y marihuana de alto THC, los cultivadores de la marihuana ilícita evitan los campos de cáñamo industrial para proteger la potencia de su cultivo del cual se extrae la droga. Es simplemente ilógico que los campos de cáñamo industrial de un agricultor sean lugares ideales para esconder plantas de marihuana con todo el escrutinio extra que acompaña el cultivo de la planta. Es triste que, en vez de un debate real de las políticas sobre la cuestión de cultivar cáñamo industrial en los Estados Unidos con base en la intención legislativa y los hechos agronómicos, el ONDCP y la Administración de Represión a las Drogas (DEA) recurran a hipérboles falsas y a la difamación”, dice Steenstra. “Tom Riley es bienvenido a juntarse a mí en Canadá este verano para el encuentro anual de la Asociación de las Industrias del Cáñamo y ver por sí mismo cómo nuestros vecinos en el norte saben la diferencia existente entre los cultivos de cáñamo industrial e de marihuana”.

La agricultura de cáñamo en Canadá es muy bien reglamentada para asegurar que sólo los agricultores legítimos reciban el permiso y que sólo ellos cultiven el cáñamo de bajo THC aprobado por el gobierno. Los requerimientos incluyen chequeos de los antecedentes del postulante, coordinadas GPS de los campos de cáñamo, el uso de semillas aprobadas de bajo THC compradas de vendedores autorizados de simientes e inspecciones y exámenes aleatorios. Este esquema de autorización asegura que los agricultores sean los únicos a cultivar el cáñamo industrial que no es droga y no la marihuana. Aunque la ley sepa decir la diferencia que hay entre el cáñamo y la marihuana, el proceso de autorización elimina la necesidad de distinguir visualmente entre el cáñamo industrial y su primo psicoactivo.

Las mentiras sobre el cáñamo industrial son frecuentes en las políticas públicas de la DEA también. Steve Robertson, un agente especial de la DEA en Washington, también ha dado su contribución al debate de Dakota del Norte con declaraciones similares:

”La DEA no tiene la autoridad para cambiar la ley federal existente”, dijo Robertson. “Para nosotros es muy sencillo. La ley existe y nosotros imponemos la ley”, dijo él el miércoles. “Somos los que imponen la ley, no los que las hacen”.

-- "State's first hemp farming rules aimed at clearing federal hurdle” [Las primeras normas del estado para la agricultura del cáñamo visan salvar la valla federal], Grand Forks Herald, 03 de mayo de 2006

“Es interesante que el Agente Especial Robertson haga que la DEA pase puramente por una entidad de imposición legal, ya que no lo es”, dice Tom Murphy, Coordinador de Comunicación Nacional de la Vote Hemp. “Como muchas agencias federales, la DEA ha recibido amplia autoridad del Congreso para interpretar los estatutos en el Código de los Estados Unidos, como la Ley de Sustancias Controladas [Controlled Substances Act (CSA)]. Esto incluye la reclasificación de sustancias y la promulgación de reglas y normas detalladas. La DEA puede negociar fácilmente las reglas de agricultura del cáñamo industrial con Dakota del Norte de acuerdo con la Ley de Procedimientos Administrativos [Administrative Procedures Act], 5 USC 563. Es obvio que las reglas actuales no son hechas para que los agricultores siembren un cultivo agrícola que no tiene ningun potencial de consumo como droga”, dice el sr. Murphy. “Al contrario, la DEA escoge interferir en el proceso legislativo al confundir a los legisladores, reporteros y al público con una retórica innecesaria y equívoca”.

Las plantas de cáñamo industrial tienen tallos largos y fuertes, tienen pocas ramas, han sido criadas para la producción máxima de fibras y/o de semillas y llegan a tener hasta 4m87cm de altura. Son plantadas en altas densidades de 100 a 300 plantas por metro cuadrado. Por el otro lado, las variedades del cannabis que son drogas son más cortas, no pueden granar y han sido criadas para maximizar el crecimiento de las ramas y, por lo tanto, de hojas y flores. Son plantas con densidad mucho menor para promover el crecimiento de arbustos. Las variedades que son y no son drogas son cosechadas en épocas distintas y las densidades del plantío parecen muy diferentes desde el aire.

Los últimos cultivos comerciales de cáñamo en los Estados Unidos fueron cultivados en la región central de Wisconsin en 1957 y estos cultivos fueron comprados y procesados por la Rens Hemp Company en Brandon, a cerca de 64 kilómetros de Milwaukee. El principal motivo por el cual el cáñamo industrial no ha sido cultivado en los Estados Unidos desde entonces es la mala clasificación de ello como droga de Clase I en la CSA de 1970. La Ley de Tasación de la Marihuana de 1937 [Marihuana Tax Act of 1937] tenía dispositivos para que los agricultores cultivaran el cáñamo no psicoactivo pagando una tasa anual de ocupación de $1.00. La exención para los productos del cáñamo estaba contenida en la definición de marihuana en la Ley:

”El término ‘marihuana’ significa todas las partes de la planta Cannabis sativa L. ... pero no deberá incluir los tallos maduros de dicha planta, la fibra producida de dichos tallos, el aceite o los queques hechos con las semillas de dicha planta, cualquier otro compuesto, manufactura, sal, derivado, mezcla o preparo de dichos tallos maduros (excepto la resina extraída de ellos), fibra, aceite o queque, o la simiente esterilizada de dicha planta que sea incapaz de germinación”.

El texto de exención fue llevado a cabo casi al pie de la letra para la definición de marihuana en la CSA [21 USC. §802(16)] que suplantó la Ley de Tasación de 1937, pero como no había industria activa del cáñamo en la época los dispositivos para la agricultura del cáñamo no fueron incluidos en la nueva Ley.

También hay una exención para la agricultura del cáñamo en la Convención Única de las Naciones Unidas Sobre las Drogas Narcóticas de 1961 enmendada por el Protocolo de Enmienda de 1972 de la Convención Única Sobre las Drogas Narcóticas de 1961. El artículo 28 declara que:

“2. Esta Convención no deberá aplicarse al cultivo de la planta del cannabis exclusivamente para fines industriales (fibra y simiente) o fines horticulturales”.

Las leyes que permiten la agricultura del cáñamo industrial no entrarían en conflicto con la Convención Única de la cual los EE.UU. son signatarios.

Ahora, siete estados (Hawai, Kentucky, Maine, Maryland, Montana, Dakota del Norte y Virginia Occidental) han cambiado sus leyes para darles a los agricultores un derecho afirmativo a cultivar el cáñamo industrial comercialmente o para fines de pesquisa. Todos requieren un permiso de la DEA para cultivar la planta. Sólo Hawai ha cultivado cáñamo en los últimos años, pero su programa de pesquisa terminó cuando la DEA se rehusó a renovar el permiso. El AB 1147 de California trató de la interferencia de mala fe de la DEA al estipular que el gobierno federal no tiene base ni derecho de interferir en el cáñamo cultivado en California según el AB 1147.

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