Suroeste Asiático: Plan de EE.UU. para fumigación aérea de las adormideras afganas está en espera – por ahora

Por ahora, el gobierno de los EE.UU. ha desistido de las labores de persuasión del gobierno afgano del presidente Hamid Karzai para que permita la fumigación aérea del cultivo de adormideras del país, dijo un alto funcionario de los EE.UU. citado por la Reuters el miércoles. El Departamento de Estado de los EE.UU. y el Gabinete de Política Nacional de Control de las Drogas (ONDCP, por la sigla en inglés) habían hecho mucha presión por la fumigación, pero se toparon con la oposición no sólo de los afganos, sino también de aliados europeos de los EE.UU. y aun de otras partes del gobierno estadounidense, inclusivo el Congreso y el Pentágono, que teme que tal intento pueda salir por la culata y llevar los afganos a los brazos pacientes del Talibán.

“Hemos conversado con el presidente Karzai sobre el programa en que queremos trabajar con él esta temporada”, le dijo Thomas Schweich, coordinador de operativos antidrogas de los EE.UU. en Afganistán, a la agencia de noticias. “Él ha dicho que no quiere hacer la erradicación aérea, entonces no la haremos. Si cambia de opinión, la haremos”, dijo Schweich en Bruselas.

En vez de la fumigación aérea de herbicidas, dijo Schweich, los EE.UU. se van a fiar en la erradicación por tierra. Este año, un programa de erradicación por tierra logró erradicar apenas 9% del cultivo, de acuerdo con las Naciones Unidas.

“Ese programa va a seguir”, dijo Schweich. “Hizo cerca de 15-16,000 hectáreas el año pasado. No creíamos que era lo suficiente, entonces vamos a monitorearlo muy estrechamente para ver si es hecho de manera equitativa”, dijo añadiendo que hay señales de que algunos personajes poderosos en Afganistán están usando sus puestos para asegurar que sus adormiderales no sean blancos.

Afganistán produjo 93% de la oferta de adormideras del mundo este año, de acuerdo con la Oficina de la ONU Contra la Droga y el Delito en un informe lanzado el mes pasado. Además de llegar a los bolsillos de funcionarios corruptos del gobierno y labradores afganos pobres, los beneficios del tráfico de la adormidera también han alimentado la insurgencia talibán, dejando a los legisladores occidentales con un verdadero dilema: ¿Toman medidas severas contra la adormidera y conducen los agricultores a las manos del Talibán o hacen la vista gorda y observan los lucros de la adormidera comprar nuevas armas lustrosas para el Talibán? La prohibición parece haber creado para el Occidente una situación en que todos salen perdiendo.