Una encuesta Zogby de votantes probables ha descubierto que 45% serÃan a favor de volver los cigarrillos ilegales dentro de los próximos cinco o 10 años. Actualmente, los cigarrillos no son ilegales en ningún lugar en los Estados Unidos (excepto en algunas cárceles y prisiones, donde son considerados contrabando), pese a que acciones para restringir el fumo y tasar los productos de tabaco estén teniendo amplia aceptación.
De acuerdo con la encuesta, que fue encargada por la Drug Policy Alliance (DPA) y conducida en Julio, la prohibición de los cigarrillos es apoyada por los ciudadanos mayores (51%), los conservadores (51%), los cristianos renacidos (52%) y los adultos de baja escolaridad (55%). Pero, sorpresivamente â y una señal de problemas venideros para los antiprohibicionistas â el grupo de edad que más apoya la ilegalización de los cigarrillos es el de los jóvenes. Entre los jóvenes con 18 a 29 años, el apoyo a la prohibición del cigarrillo estuvo en los 57%.
Pero, una ligera mayorÃa (52%) se opone a la prohibición de los cigarrillos. La oposición a la prohibición es más fuerte entre las personas con 50 a 64 años de edad, los electores independientes, los liberales, los moderados, los universitarios, la gente con alguna enseñanza superior, los hombres y los habitantes de áreas rurales y del Sur. Entre estos subgrupos, casi 60% se oponen a la prohibición.
El jueves, en una rueda de prensa en Nueva York, el director ejecutivo de la DPA, Ethan Nadelmann, advirtió que penalizar los cigarrillos tendrÃa consecuencias desastrosas. âSi los cigarrillos fueran ilegales, correrÃamos el riesgo de tener tiroteos a la ley seca y la violencia que caracterizó la era Al Caponeâ, dijo Nadelmann. âMillones de nuestros compatriotas â nuestros amigos y nuestras familias â serÃan considerados criminales. Ya tenemos demasiada gente con problemas de adicción cumpliendo largas sentencias de prisión. La última cosa que necesitamos es arruinar mucho más vidas con otra estrategia ineficaz de la prohibiciónâ.
Allen Rosenfield, decano de la Facultad Mailman de Salud Pública en la Universidad de Columbia, estuvo de acuerdo con Nadelmann y pidió un abordaje de salud pública al tabaco. âEstoy sorprendido con los números de personas que apoyan la ilegalización de los cigarrillos y estoy totalmente de acuerdo con las declaraciones de la Drug Policy Allianceâ, dijo Rosenfield. âDesde una perspectiva de la salud pública, el enfoque deberÃa estar en la prevención a través de la expansión de campañas de concienciación del público, como las campañas muy eficaces administradas por la American Legacy Foundation, los impuestos sobre los cigarrillos, la prohibición de las ventas a adolescentes y la prohibición de fumo en lugares cerrados como restaurantes y bares. Pero volver los cigarrillos ilegales serÃa un enorme errorâ.
Quién también habló en la rueda de prensa â vÃa teléfono celular desde el aeropuerto de Denver cerrado a causa de la nieve â fue el ex comisario de la policÃa de Seattle, Norm Stamper, ahora un miembro importante de la Law Enforcement Against Prohibition (LEAP). â¿Ilegalizar los cigarrillos? Los fumadores de tabaco corren enormes riesgos a la salud y los costos a los contribuyentes son considerables. Pero, como no-fumador y con 34 años de servicios prestados a la ley, no puedo imaginarme una ley más peligrosa y corta de vistaâ, dijo Stamper. âHemos cortado el fumo de cigarrillos por la mitad, resultado de la concienciación, tasación y reglamentación â sin meter a un único fumador de cigarrillos a la cárcel. Estamos por buen camino, que no seamos descarrilladosâ.
Stamper avisó que la prohibición del cigarrillo puede llevar a una repetición de la criminalidad y de la violencia asociadas con la Ley Seca y la actual prohibición de las drogas. âVerÃamos la creación de una subclase criminal con niveles inauditos de violencia y personas inocentes atrapadas en el fuego cruzado, lo mismo que estamos experimentando con la guerra a las drogasâ, dijo. âCreemos que la prohibición de los cigarrillos aumentarÃa las tensiones en nuestra sociedad a niveles casi inimaginables. La prohibición de los cigarrillos llevarÃa a un aumento en las muertes, las enfermedades, la criminalidad y la adicción, asà como con las demás drogas prohibidasâ.
Como resultado de décadas de campañas de concienciación del público, el fumo de cigarrillos ha estado cayendo firmemente en los Estados Unidos y ahora está concentrado entre las poblaciones más pobres y menos instruidas y las minorÃas, las cuales, advirtió Rosenfield, pueden facilitar la imposición de la prohibición del fumo. âComo con las drogas ilÃcitas, serÃan principalmente las personas de baja renta pertenecientes a las minorÃas las que serÃan puestas en la cárcelâ, dijo. âDeberÃamos prohibir a las empresas de hacer propaganda del tabaco, la ilegalización de las ventas a menores deberÃa seguir, pero el enfoque deberÃa estar en la concienciación y la reglamentación, no en la ilegalización del fumoâ.
Cuando indagado por la Crónica de la Guerra Contra las Drogas si alardear el hecho de que hay fuerte apoyo a la prohibición de los cigarrillos no era caer en las manos de los proibicionistas, Nadelmann reconoció dichas preocupaciones, pero dijo que eran superadas por la necesidad de tomar acciones de precedencia para inhibir cualesquiera acciones en germen. âDebatimos esta cuestión dentro de la DPA antes de salir a públicoâ, dijo. âSi lo exponemos, ¿ello ayudarÃa a aquellos que favorecen la penalización? Decidimos que andamos en una cuerda floja de veras, entonces pensamos que era importante tocar la alarma ahora, mientras la mayorÃa aún se opone a prohibir los cigarrillos. Necesitamos empezar el diálogo de que el fin lógico de una campaña de salud pública no es la prohibiciónâ.
La DPA está preparándose para lanzar una campaña de concienciación para los polÃticos y el público acerca de las consecuencias involuntarias que pueden resultar de una nueva prohibición de los cigarrillos, añadió Nadelmann. âLos funcionarios de la salud pública, la ley y los proveedores de tratamiento deberÃan pronunciarse a plenos pulmones en contra de la prohibición de los cigarrillosâ, dijo. âNo podemos permitir que la histeria supere las respuestas racionales a las preocupaciones legÃtimas con los males de los cigarrillos. No podemos repetir los mismos errores que cometimos con otras sustancias nocivasâ.
Bueno, fumadores, fúmenlos si los tienen, porque si esta encuesta sirve de indicio, es posible que no los tengan en algunos años â a menos que ustedes estén dispuestos a recurrir al mercado negro.
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