De un puñado de pacientes federalmente aprobados a fines de los años 1970 y 1980, el movimiento estadounidense pro marihuana medicinal ha crecido a pasos agigantados, con decenas de miles de personas en una docena de estados ahora oficialmente registradas como usuarias de marihuana medicinal. No se sabe cuántas personas en los 38 estados restantes en que ella aún es ilegal están fumando marihuana para el alivio del dolor, la inducción del apetito, la reducción de la nausea asociada con la quimioterapia, el tratamiento de glaucoma, la reducción de los temblores y los espasmos asociados con la esclerosis múltiple o una lista creciente de enfermedades ayudadas por una tragada o un mordisco de un queque hecho con marihuana.
Mientras las investigaciones académicas y cientÃficas de los usos medicinales de la marihuana ganan Ãmpetu, el listado de sus aplicaciones parece crecer cada vez más. Dentro de las últimas semanas, los investigadores informaron que la marihuana puede ayudar a prevenir el principio del mal de Alzheimer.Pero la resistencia a la marihuana medicinal sigue fuerte. El gobierno federal â especialmente sus burocracias antidrogas, la DEA y el Gabinete de PolÃtica Nacional de Control de las Drogas â es inalterablemente contrario a su uso, en tanto que los grupos antidrogas compuestos por padres temen que permitir el uso medicinal de marihuana âenviará el mensaje equivocadoâ a sus hijos. Para los demás enemigos, la marihuana medicinal es simplemente más un frente en la guerra cultural contra los hippies y liberales que ha estado ocurriendo durante cuatro décadas.
En poco más de una hora, âWaiting to Inhaleâ, el vÃdeo recién lanzado por el documentalista Jed Riffe cuenta la historia de la batalla por la hierba curadora. Aunque decididamente tenga simpatÃa por la marihuana medicinal, el vÃdeo también se esmera en presentar la otra versión de la historia.
Escuchamos al vocero del ONDCP, David Murray, retratando una conspiración sombrÃa para legalizar las drogas. â¿Quién hace presión por esto? y ¿por qué se está haciendo presión?â pregunta. âLa agenda es bien financiada y motivada a quitar las barreras entre ellos y la droga que a ellos les gusta o en la cual están viciadosâ. Después, Murray llama la marihuana medicinal de âfraudeâ.
Similarmente, y con más realismo, el vocero de la DEA en San francisco, Richard Meyer, advierte que âalgunos traficantes están usando [la ley de marihuana medicinal de California] la Prop. 215 como cortina de humoâ.
Riffe también hace espacio para el movimiento de los padres antidrogas, con entrevistas con la leyendaria defensora de la guerra a las drogas, Sue Rusche, que explica que, hace años, un viaje a una tienda de discos con sus hijos en que ellos fueron expuestos a un mostrador de narguiles, pipas y otros pertrechos relacionados con la marihuana la hizo tomar el curso del activismo. Riffe muestra un movimiento antidroga de los padres que, aunque aún luzca hediondamente regresivo a los reformadores de las polÃticas de drogas, muestra señales de moderación y sofisticación. En una escena, Rusche expresa la antigua cantaleta sobre âlas drogas inicialesâ, pero dice que ellas incluyen âal tabaco, al alcohol y a la marihuanaâ. En otra escena, los miembros de un grupo de padres conversan sobre dar información honesta â y no solamente asustar a los niños.
Aunque el movimiento antidroga de los padres â bastión fundamental de apoyo a la guerra renovada contra las drogas de la era Reagan en delante â pueda estar adaptándose a la adversidad, también está siendo cambiado desde adentro. Riffe entrevista al consejero de la juventud de Nuevo México, Miguel Santesteban, que está trabajando con el grupo antidroga Parents United, y él tiene cosas sorprendentes que decir. âQuizá cuando se trate de la marihuanaâ, dijo, âel mejor mensaje para ellos sea el de que hay un contexto responsable para el consumoâ. Santesteban no parecÃa muy impresionado con los esfuerzos antidrogas federales, diciendo, âSi yo fuera un secretario antidroga, darÃa mitad de mi presupuesto a las escuelas públicasâ y âEsta cosa de mandar el mensaje equivocado es una tonterÃaâ.
Pero, a pesar del tiempo dado al lado contrario, está claro que el interés y el corazón de Riffe están con los pacientes de marihuana medicinal y su lucha por el acceso seguro a su remedio. El vÃdeo empieza con Mike y Valerie Corral, los fundadores de la cooperativa Wo/Men's Alliance for Medical Marijuana (WAMM) en las afueras de Santa Cruz, recontando cómo la DEA los allanó a punto de tiro en 2002, de ahà pasa la palabra a Irv Rosenfeld, âPaciente #1â en el programa de acceso compasivo del gobierno federal, el cual permitÃa que un número diminuto de pacientes fumara la hierba producida federalmente hasta que el Presidente Bush Padre lo terminó en 1992. Rosenfeld y siete otros fueron los abuelos y Rosenfeld, un corredor de bolsa de Florida, fuma 10 pitillos de la hierba federal por dÃa en un esfuerzo casi exitoso de defenderse del dolor de una enfermedad ósea crónica.
Riffe también incluye en la mezcla a los médicos e investigadores que han renovado la ciencia de la marihuana medicinal tras medio siglo de lagunas creadas por la prohibición de la marihuana. Riffe entrevista a Raphael Mechoulam, el investigador israelà que aisló el THC, el cual explica que la marihuana tiene una historia medicinal de millares de años, y también entrevista al Dr. Lester Grinspoon, uno de los primeros defensores académicos de la marihuana medicinal en los EE.UU.
Después de la prohibición de la marihuana, explica Grinspoon, âlos médicos han ignorado el cannabisâ en razón de la propaganda Locura del Pitillo del director de la Agencia Federal de Narcóticos, Harry Anslinger, en contra de ello. Con médicos desavisados regurgitando las afirmaciones de los guerreros antidrogas sobre la hierba mala, âlos médicos no solamente se volvieron las vÃctimas, sino también los agentes eficaces de la propagandaâ.
Mientras Irv Rosenfeld y Robert Randall (âPaciente #0â) en el programa federal de acceso compasivo estaban fumando su hierba federal en los años 1980, la epidemia de SIDA estaba empezando a mostrar su cara fea, especialmente en San Francisco, y Riffe muestra con mucha habilidad cómo lo que habÃa sido un movimiento por los derechos de los homosexuales se transformó en un movimiento por los derechos de los pacientes de SIDA y de ahà se volvió más una corriente en el movimiento pro marihuana medicinal que crecÃa rápidamente.
Riffe conversa con más personas â pacientes, médicos, investigadores, polÃticos â que tengo espacio para mencionar y "Waiting to Inhale" es excelente en reunir las distintas corrientes que forman la historia de la marihuana medicinal. Por más que sea un elogio de las maravillas de la marihuana medicinal, "Waiting to Inhale" logra contar la historia compleja y complicada de un movimiento de masas, de una jornada cientÃfica y de una batalla polÃtica corriente, y lo hace de una manera envolvente y conmovedora. Para los curiosos sobre los contornos de la cuestión de la marihuana medicinal, "Waiting to Inhale" es un recurso valioso y notablemente asistible.
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