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Reportaje: Soplan vientos de cambio en Washington – Por fin reformas en políticas de drogas tramitan en el Congreso de EE. UU.

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Actualización: El pleno de la Cámara de Diputados de EE. UU. aprobó una ley sobre el cambio de jeringas el viernes por la tarde.

Qué diferencia marca un cambio de gobierno. Tras ocho años de casi ningún progreso durante el gobierno Bush, la reforma de las políticas de drogas figura en el orden del día en el Capitolio de EE. UU. y varios proyectos de reforma están avanzando. Con los demócratas firmemente al mando del Senado, de la Cámara y también de la Casa Blanca, el 2009 puede ser el año en que el atolladero de las políticas de drogas federales estadounidenses empieza a hacerse añicos.

el ala del Senado del Capitolio de EE. UU.
Aunque la mayor parte de la atención de EE. UU. y de su Congreso se centre en la reforma de la asistencia médica y la crisis económica, los comités del Congreso trabajan lentamente una serie de cuestiones de reforma en las políticas de drogas. He aquí parte de lo que pasa:

  • Un proyecto de ley que eliminaría la notoria disparidad condenatoria entre la piedra y el polvo de cocaína al sacar todas las alusiones a la cocaína en piedra de legislación federal y condenar a todos los infractores según el actual plan condenatorio para el polvo de cocaína pasó por su primera prueba en un subcomité el miércoles. Hubo colaboración de demócratas y republicanos – la aprobación fue por unanimidad. (Véase el artículo relacionado aquí.)

  • El Comité de Presupuestos de la Cámara ha revocado la veda a la financiación federal de cambios de jeringas, pese a que la ley actual incluya un texto que impida los cambios a menos de 300 metros de colegios. Los militantes esperan que lo eliminen en el comité de conferencia. (Actualización: El pleno de la Cámara de Diputados de EE. UU. aprobó una ley sobre el cambio de jeringas el viernes por la tarde.)
  • La enmienda Barr, la cual impidió que el Distrito de Columbia implemente una ley sobre la marihuana medicinal aprobada por los electores, ha sido revocada por la Cámara;
  • El proyecto de despenalización de la marihuana de Barney Frank ya ha logrado a más copatrocinadores en algunas semanas este año que durante todo el año pasado;
  • El proyecto de ley del senador Jim Webb de Virginia para crear una comisión nacional sobre las políticas de la justicia penal conquista amplio apoyo;
  • Se deslíe la disposición antidroga (conocida últimamente como la “Pena de Eliminación de la Ayuda”) de la Ley de Enseñanza Superior [Higher Education Act (HEA, por sus siglas en inglés)], que crea obstáculos a la obtención de préstamos estudiantiles para estudiantes con condenaciones por delitos de drogas. El miércoles el Comité de Enseñanza y Trabajo de la Cámara aprobó una ley que limitaría la disposición a estudiantes condenados por venta de drogas y la eliminaría para los estudiantes cuyo único delito fue tenencia de drogas. (Véase artículo relacionado aquí.)
  • Se han recortado bastante los fondos de la Ley de Escuelas Seguras y Sin Drogas [Safe and Drug-Free Schools Act] en el presupuesto del gobierno Obama para el 2010;
  • La Cámara ha recortado bastante los fondos de la Campaña Mediática Antidroga Nacional para los Jóvenes del Gabinete de Política Nacional de Fiscalización de Drogas de EE. UU. y también instruyó al ONDCP a utilizar los fondos restantes solamente para anuncios con miras a hacer que los padres conversen con sus hijos.

“Ahora todos los astros están alineados respecto a todas estas cuestiones”, dijo Bill Piper, director de asuntos nacionales de Drug Policy Alliance. “Nunca me he sentido tan optimista con relación a la reforma de las políticas de drogas en DC”.

Mientras mira su bola de cristal, Piper predice un progreso considerable este año. “Tengo un fuerte presentimiento de que se eliminarán la enmienda Barr y la veda a la financiación del cambio de jeringas este año. El proyecto de ley de Webb probablemente será sancionado hasta diciembre. Hay buenas probabilidades de que sancionen también las reformas en HEA y en las penas para la cocaína en piedra. De lo contrario, las sancionaremos el año que viene”, dijo.

“Las cosas se calientan como nunca antes”, exclamó Piper. “Es como una bola de nieve que rueda cuesta abajo. Cuanto más reformas se promulgan, tanto más a gusto los legisladores se sienten al respecto. Cumulativamente, estos proyectos representan un revés considerable en la lucha contra la droga tal y como la conocemos”.

Eric Sterling, ex asesor del Comité de la Cámara sobre el Judiciario de EE. UU., ahora director de Criminal Justice Policy Foundation, fue un poco más comedido. El Congreso de EE. UU. justo empieza a convencerse y hay peligros adelante, dijo.

“Vemos que hay ventanas abiertas por las cuales podemos sentir las primeras brisas de la primavera, pero todavía no es verano”, dijo Sterling. “Hay más personas que hacen preguntas sobre las políticas de drogas en un sentido más general, hay más apertura en el Capitolio al pensar de modo diferente. Los liberales ya no tienen tanto miedo a que el gobierno los ataque. El clima cambia, pero tengo entendido que todavía nos encontramos en la fase en que los congresistas [estadounidenses] justo empiezan a reconocer el campo”.

Puede que el progreso hecho sea desbaratado por la decadente popularidad de los demócratas, la no creación de un cambio cultural suficiente y una base social más sólida para apuntalar el cambio político de parte del movimiento pro reforma de las políticas de drogas y el regreso a la política de la “severidad con las drogas” a la antigua, advirtió Sterling.

“La gente debe darse cuenta de que si el desempleo sigue aumentando, los demócratas tendrán miedo a las repercusiones en las encuestas”, dijo. “Si parece que el estímulo económico no genera empleos, si hay una sensación generalizada de problemas en EE. UU., la cuestión de la droga puede fácilmente volver a recibir el papel de coco para distraer a la gente. Los congresistas pueden empezar a hablar otra vez de ‘luchar para ayudar a proteger a sus familias’. Esos antiguos modos de pensar sobre estas cuestiones y de hablar de ellas absolutamente no han desaparecido”, argumentó Sterling.

Por eso está preocupado por construir una base social para apuntalar y mantener la reforma de las políticas de drogas. “El movimiento pro reforma de las políticas de drogas necesita crear un cambio cultural para apuntalar el político y me temo que no lo hayamos hecho suficientemente”, manifestó con inquietud.

Sterling también hizo advertencias sobre una posible repetición de fines de los años 1970 y principios de los años 1980, cuando el surgimiento de un movimiento antidroga de padres ayudó a sacar la reforma de las políticas de drogas del orden del día durante casi 25 años. El intento del gobierno de quitarle los fondos a la Ley de Escuelas Seguras y Sin Drogas puede provocar la reanudación del interés y aun la revigorización de la movilización antidroga, dijo.

“El gobierno [de EE. UU.] dice que el programa de Escuelas Seguras y Sin Drogas no ha demostrado su eficacia y que los fondos de las subvenciones son escasos para costear intervenciones de calidad, lo que puede muy bien ser la verdad”, expresó. “Pero pequeñas cantidades de ellos se esparcen por los estados y eso quiere decir que muchas personas pueden ser movilizadas para devolverle el golpe. Los padres y los profesionales de la prevención se movilizarán en torno a estas cuestiones con un vigor renovado”, predijo.

El espectáculo del Salvaje Oeste que es la realidad de la marihuana de California también puede energizar a la facción antirreforma, dijo Sterling. “Para nosotros que no somos de California, es difícil desentrañar qué pasa allí. No me parece que alguien en el Este [de EE. UU.] pueda imaginarse un dispensario en funcionamiento a cada 400 metros a lo largo de Connecticut Avenue”, explicó. “Me pregunto si esto crece de modo que pueda crear una posible reacción poderosa como la que presenciamos en los años 1970. Ya ha habido unos cuantos artículos sobre pacientes que consumen marihuana en los colegios. La próxima primavera [u otoño en el hemisferio boreal] ¿habrá denuncias sobre la entrada de la marihuana medicinal a los colegios, sobre niños que se colocan? La gente en el movimiento debe darse cuenta de que estos cambios pueden desatar emociones muy reales y potentes”, advirtió.

Empero, “el ímpetu está de nuestro lado”, dijo Piper. “El proyecto de Webb cuenta con apoyo de demócratas y republicanos, el rollo de las penas despega de modo bipartidista y el proyecto sobre la cocaína en piedra tiene el respaldo del presidente, del vicepresidente, del Ministerio de Justicia [de EE. UU.] y de algunos importantes republicanos en el Senado [de EE. UU.]. Ése es probablemente el reto más difícil que hay que superar, pero creo que lo haremos”.

Todas son cuestiones interiores de políticas de drogas, pero las políticas de drogas afectan asimismo la política exterior y ahí también ha habido algunos cambios considerables – así como una continuidad considerable de las políticas prohibicionistas. Tal situación expone algunas contradicciones considerables. Aquí el gobierno Obama toma la delantera, no el Congreso de EE. UU. El gobierno Obama ha rechazado la erradicación de cultivos por considerarla un fracaso en Afganistán, con todo sigue adhiriéndose a ella en Colombia y ha adoptado la Iniciativa Mérida, el paquete de ayuda antidroga del gobierno Bush a México.

“Afganistán y el fin que el enviado especial Richard Holbrooke dio a la erradicación allá son verdaderamente emocionantes”, dijo Sanho Tree, analista de políticas de drogas de Institute for Policy Studies. “Es importantísimo y tiene repercusiones para el Hemisferio Occidental también. EE. UU. no puede tener dos políticas totalmente discrepantes respecto a la erradicación en los países de origen. En Latinoamérica, sospecho que hay una lucha por el poder entre los luchadores antidrogas y la facción de Holbrooke. Necesitamos a un Holbrooke para Latinoamérica”, dijo.

El candelero mediático sobre la peste de la violencia con la prohibición en México también puede estar implicado, dijo Sterling. “El caos en México seguramente creó muchas ideas sobre cómo hacer las cosas de modo diferente en un momento anterior de este año”, observó. “El clima mediático ha cambiado y tal vez eso sea más importante a estas alturas que el clima en la capillita de Washington, DC”.

Pero la cuestión de México también puede ponerse en contra de la reforma, indicó. “¿De dónde viene toda la marihuana que hay en California?” preguntó. “Si alguien logra argumentar que los carteles mexicanos están abasteciendo el mercado de la marihuana medicinal allí, la cosa puede ponerse feísima”.

Mientras se avecina el receso de agosto, ninguna ley de reforma en las políticas de drogas ha llegado al gabinete del presidente de EE. UU. Pero este año, por primera vez en mucho tiempo, parece que algunas pueden llega”. Hay posibles campos minados adelante y todavía es demasiado temprano para cantar victoria. Pero mantengan el champán bien helado; puede que hagamos saltar algunos corchos hasta el fin del año.

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