Con la ocupación occidental de Afganistán acercándose ahora de los siete años y plagada por una insurgencia cada vez más poderosa y mortÃfera revitalizada por los tremendos beneficios del tráfico de opio, funcionarios occidentales lograron un poco de consolación esta semana cuando las Naciones Unidas anunciaron que la producción de opio allá habÃa caÃdo un poco con relación al nivel plusmarquista del año pasado. Pero la pequeña caÃda sucede mientras el Talibán e insurgentes relacionados se fortalecen precisamente en las regiones en que más se cultiva la adormidera y, a lo mejor, la luz al final del túnel es apenas un rayo distante.
La ONU atribuyó la caÃda en la producción a las condiciones de sequÃa y las labores de un pequeño número de gobernadores afganos y lÃderes tribales y religiosos para persuadir a los agricultores a desistir del cultivo ilÃcito. También hizo alarde de que el número de provincias sin opio en el paÃs habÃa aumentado de 13 para 18, pese a que dejara de mencionar que, en muchos casos, los agricultores en aquellas provincias simplemente pasaron del cultivo de la adormidera al del cannabis.
Este año, casi todo el cultivo de adormidera â cerca del 98% - se encuentra concentrado ahora en siete provincias al suroeste de Afganistán que abrigan asentamientos talibanes permanentes y son la sede de carteles del narcotráfico vinculados que pagan tributo a varias facciones del Talibán sobre sus transacciones con el opio. El Talibán gana entre $200 y $400 millones al año con la tributación de los agricultores y comerciantes de la adormidera, dijo Costa a principios de este año. En el informe, Costa hizo referencia a la Provincia de Helmand, una de las que más están dominadas por el Talibán en el paÃs. âEl ejemplo más manifiesto es el de la Provincia de Helmand, donde se cultivaron 103.000 hectáreas de adormidera este año â dos tercios de toda la adormidera en Afganistánâ, escribió Costa. âSi Helmand fuera un paÃs, serÃa otra vez el productor más grande de drogas ilÃcitas del mundoâ.
La ONU dijo que la erradicación manual casi no desempeñó ningún papel en la caÃda, afectando solamente cerca del 3% del cultivo. Lo que la erradicación manual sà logró fueron las muertes de unos 77 trabajadores y policÃas antidrogas en las manos de insurgentes y agricultores molestos. El miércoles Costa le dijo al presidente afgano Hamid Karzai que deberÃa abandonar la erradicación manual por ser inútil y aun contraproducente.
Aunque la producción afgana de la adormidera haya caÃdo un poco, aún supera la demanda mundial por sus productos finales ilÃcitos. Y tras varios años de cultivos más grandes que la demanda mundial, es probable que los comerciantes afganos estén almacenando enormes reservas de opio, entonces aunque se redujera la producción considerablemente, eso no causarÃa un desorden significativo en los mercados mundiales de opio y heroÃna.
Con todo y eso, con las noticias de la guerra desde Afganistán por lo visto cada vez peores de dÃa en dÃa, funcionarios de la ONU y del Occidente estaban ansiosos por abalanzarse sobre cualquier buena noticia que pudieran encontrar. âLas aguas de la inundación de opio en Afganistán han empezado a bajarâ, escribió en el informe Antonio Maria costa, director ejecutivo de la ONUDD, sedeada en Viena. âEste año, la marca histórica del nivel máximo del agua de 193.000 hectáreas de adormidera cultivada en 2007 ha caÃdo el 19 por ciento para 157.000 hectáreasâ.
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), encargada de las labores para proveer el desarrollo alternativo a agricultores como parte de la estrategia general estadounidense de lucha contra la droga y la insurgencia, también buscó una perspectiva consoladora en las nubes de tormenta sobre Afganistán. Sus trabajos están âdándole frutos a Afganistán en la guerra contra la producción de adormideraâ, dijo en un comunicado de prensa el martes.
El Ministerio de Relaciones Exteriores británico también sumó su voz, siendo que Lord Malloch-Brown, ministro de Asuntos Exteriores, sacó una declaración que les daba la bienvenida a los hallazgos del informe. âEsto muestra que la Estrategia de Fiscalización de la Droga del gobierno afgano está empezando a arrojar dividendosâ, dijo.
Con todo, Malloch-Brown advirtió que aún faltaba mucho. âSin embargo, no puede haber complacenciaâ, dijo. âAfganistán todavÃa es el abastecedor más grande de heroÃna del mundo. Altos niveles de cultivo están concentrados en el inestable sur, donde trabajamos con el gobierno de Afganistán, los gobernadores de la zona y colaboradores internacionales para construir seguridad y gobernanzaâ.
Otros observadores no gubernamentales fueron mucho menos optimistas respecto a lo que significaba la pequeña caÃda en la producción de opio. âCreo que no se ha hecho ningún progreso realâ, dijo Raheem Yaseer, director adjunto del Centro de Estudios sobre Afganistán de la Universidad de Nebraska en Omaha. âPero se ha invertido tanto dinero y presión que sienten que tienen que justificar sus labores. Es verdad que el cultivo ha terminado en algunas provincias, pero otras regiones lo están compensandoâ.
Gran parte del problema es que demasiados actores importantes están involucrados y obteniendo beneficios con el tráfico, dijo Yaseer. âHay muchÃsima gente principal y poderosa involucrada â personas influyentes en el gobierno afgano y junto a gobernadores, parlamentarios, comandantes de la policÃa provincial â y a menos que las supriman, nada cambiará. Hay mucha preocupación, pero el negocio es caliente y todos ganan dineroâ, dijo.
Yaseer también indicó la capacidad cada vez más grande de los insurgentes para causar desorden. âLa seguridad es horrible, se pone cada vez peor precisamente en esas regiones de cultivo y donde la seguridad se empeora hay más oportunidades para el negocio de la drogaâ, dijo. âTodos se aprovechan de la falta de seguridad y del caosâ.
El informe de la ONUDD da una âfalsa esperanzaâ solamente, dijo el Consejo de Senlis, el comité de expertos parisino sin ánimo de lucro que trata de las cuestiones de la droga y de la seguridad y que hace mucho ha propuesto acaparar los cultivos ilÃcitos de adormideras y desviarlos para el mercado medicinal lÃcito como manera de poder con la producción ilÃcita y el sustento a la violencia polÃtica que proporciona.
âEl opio es el cáncer que destruye el sur de Afganistánâ, dijo Emmanuel Reinert, el director ejecutivo del grupo en una declaración el miércoles. âLas actuales polÃticas de lucha contra los estupefacientes no tratan de la pérdida de las provincias sureñas para el doble azote de la producción de adormideras y del terrorismoâ.
La disminución del cultivo de adormideras surtirá un efecto mÃnimo en el narcotráfico, dado el crecimiento exponencial de la producción de opio desde 2002. âEsta reducción no pasa de una ola en el océanoâ, añadió Reinert. âSin un cambio urgente de dirección en las polÃticas de lucha contra los estupefacientes del paÃs, la comunidad internacional no logrará prevenir la consolidación de la producción de opio al sur del paÃs ni la consolidación del Talibán, financiado por el tráfico de drogas ilegalesâ.
En vez de empujar a los agricultores hacia los brazos pacientes del Talibán y de grupos insurgentes relacionados al buscar la erradicación de cultivos, el Occidente y el gobierno afgano deberÃan revisar la propuesta del Consejo de Senlis, rechazada de inmediato cuando presentada en 2005, dijo Gabrielle Archer, analista de polÃticas de Senlis. âEstá claro que se exige una solución sostenible a largo plazo para resolver la crisis del opio de Afganistán â y prevenir la financiación de la insurgencia por el cultivo ilegalâ, dijo. âLa Adormidera para Medicina permitirÃa que los agricultores diversificaran sus cultivos y le darÃa a Afganistán una oportunidad de hacer parte de un sector farmacéutico legal. Necesitamos que el pueblo afgano pase a nuestro lado si es que vamos a tener éxito allá y esta iniciativa harÃa mucho para recobrar las simpatÃas muy necesarias, que serÃan altamente benéficas para nuestros efectivos que luchan alláâ.
Las simpatÃas de la población afgana se vuelven cada vez más contra el Occidente y la ocupación del paÃs de parte de tropas extranjeras, advirtió Yaseer, lo que provoca una serie aparentemente interminable de incidentes en que civiles afganos han sido muertos por fuerzas de la coalición, siendo que los últimos fueron las muertes reportadas de 90 civiles â 60 de ellos niños â en un bombardeo de la OTAN la semana pasada. Ese ataque incitó al presidente afgano Hamid Karzai a pedir esta semana una reevaluación de la presencia militar extranjera en su paÃs.
âCada dÃa hay nuevos alborotos en el Parlamento y en los concejos localesâ, dijo Yaseer. âDicen que no hay diferencia entre los soviets y las fuerzas de coalición. Bombardean pueblos enteros en plena noche porque oyen decir que hay cuatro o cinco talibanes allá. Esas matanzas siguen sucediendo todo el tiempo y la gente está molesta con eso. Todo esto está pasando rapidÃsimo ahora. â¿Por qué han traÃdo esta guerra a Afganistán?â pregunta la gente. La brecha entre el pueblo y el gobierno está aumentando todos los dÃasâ, dijo Yaseer.
Con las bajas militares de la coalición en alza, el Talibán enriquecido con los beneficios del opio y cada vez más agresivo y la hostilidad creciente hacia el Occidente en la población afgana, un pequeño bache en la producción de opio no parece tan impresionante.
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