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Policial: Las historias de policías corruptos de esta semana

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Un cuento vil desde Tulsa, un policía de Nueva York se escapa del castigo y la Policía de Boston no está segura del paradero de las drogas. Más otra semana de corrupción policíaca relacionada con la prohibición de las drogas. Vamos a ello:

temperaturas calientes en Tulsa
En Tulsa, Oklahoma, una acción federal de derechos civiles abierta por el esposo de una bailarina está echando luz sobre algunos negocios sórdidos que involucran a un par de oficiales de la Policía de Tulsa. La acción fue abierta por Shannon Coyle, el esposo de la bailarina Crystal Garr. Coyle fue preso bajo acusaciones de delitos de drogas el año pasado por el Oficial Travis Ludwig, después que Coyle hizo una denuncia de asuntos internos contra Ludwig porque él se estaba acostando con Garr. Coyle fue preso primero bajo acusaciones de tenencia de marihuana, de ahí nuevamente bajo acusaciones de metanfetamina y pertrechos de consumo de drogas en allanamientos conducidos por Ludwig. Cuando Coyle descubrió que Ludwig se estaba acostando con su mujer, le mandó un mensaje, avisándole que se alejara. Entonces, Coyle llevó esos mensajes a una subfiscal que permitió que Coyle fuera detenido nuevamente, de esta vez por intimidar a un testigo – Ludwig. Todas las acusaciones fueron retiradas apenas los oficiales tuvieron ciencia del caso y Ludwig ha sido disciplinado por el departamento, pero aún se enfrenta a la acción judicial de Coyle. Lo mismo le pasa al Oficial Israel Rodríguez, a quien Coyle acusa de acostarse con su mujer. Actualmente, Ludwig y Garr viven juntos, pese a que ella sigue casada con Coyle, padre de sus cuatro hijos. Ah, a propósito, ¿se acuerda de la subfiscal que permitió la tercera detención de Coyle? Ella también había estado acostándose con el ocupado Ludwig. Lea todo sobre este chisme en la ley de Oklahoma en el Newsday. El ex detective Julio Vásquez, 46, estaba entre los cinco policías de la NYPD arrestados en el esquema, que se desenmarañó cuando los agentes federales que vigilaban a un sospechoso de delito de drogas lo vieron siendo robado por Vásquez y su compañero, el policía Thomas Rachko. Todos los otros policías se han confesado culpables también. Vásquez recibió una sentencia de seis años de la Jueza Federal Carol Amon el 05 de Octubre después que los fiscales encontraron una carta que decía que él había cooperado con los investigadores. De acuerdo con las normas federales de condenación, él debería haberse enfrentado a una sentencia de 17 a 22 años.

En Boston, una auditoría del depósito de drogas de la Policía de Boston ha revelado que el departamento no puede responder por algunas de las drogas confiscadas durante todos estos años, informó el Boston Globe el domingo. El Comisionado de la Policía Albert Goslin le dijo al Globe que era demasiado temprano para sugerir que había corrupción y que las drogas – confiscadas como pruebas durante años – pueden haber sido perdidas. Mientras sigue la auditoría, tres oficiales están intentando rastrear las drogas que sirvieron como pruebas en 190.000 casos, unos que remontan a más de 20 años.

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